¿Es que somos los venezolanos un hatajo de gente cochina?

La Basura

Viernes, 03 de marzo de 2023.- El crecimiento poblacional en todo el planeta azul que habitamos, así como el crecimiento y el desarrollo de grandes conglomerados humanos que requieren de alimentación, de vivienda, de salud, de centros de trabajo y espacios de recreación exigen paralelamente el uso, muchas veces irracional, de los recursos disponibles para satisfacer las necesidades básicas y creadas de los seres humanos pisatarios de este miembro de la Vía Láctea.

La respuestas que dan los países y las civilizaciones a la necesidad de sobrevivir y a las exigencias que estas conllevan, han sido heterogéneas, diferentes respuestas ante situaciones similares, unas más eficaces que otras.

El observar y estudiar detenidamente las diferentes formas en que otros han manejado y manejan sus dinámicas sociales y resuelven los problemas que confrontan pueden darnos luces para resolver los nuestros.

Asesorémonos con los más eficientes.

Uno de los problemas fundamentales que tenemos en Caracas y prácticamente en toda Venezuela, en todo el territorio nacional de este hermoso, golpeado y descuidado país nuestro, es el manejo inadecuado de La Basura.

Producimos un volumen tal de basura que, de acuerdo a todos los indicadores, y a la simple y sencilla observación cotidiana, nos rebasa, salvo contadas excepciones.

Producimos más basura de la que podemos manejar, evidentemente, no lo estamos haciendo bien, pero podemos hacerlo.

Esto es un hecho irrefutable, una realidad innegable de la que debemos partir, para buscar soluciones, antes de que sea demasiado tarde y aparezcan enfermedades y epidemias que impacten severamente a la población, esto es un asunto social de orden sanitario.

Producto de ese mal manejo, de esa ineficiencia en el manejo de los desechos sólidos, del deterioro sistemático del entorno urbano, calles sucias, fachadas ruinosas, un descuido que nos penetra y que nos impone montañas de basura por todas partes y esa aparente indiferencia ante semejante y aplastante situación parece estar anclada en nuestro diario devenir, en nuestra cotidianidad, a pesar de ser un pueblo cuidadoso, en líneas generales, con respecto a nuestro aseo personal, vivimos prácticamente en un chiquero y todo señala que nos hemos acostumbrado a ello.

Dentro de las excepciones de espacios con un manejo adecuado de la basura podemos señalar algunas zonas de la ciudad que se ven limpias, ordenadas, algunos entes privados, como clínicas, corporaciones y pequeños negocios, así como urbanizaciones privadas, donde se ha logrado un buen control ambiental.

En el sector público también se observan organismos que mantienen bajo control el manejo de la basura y han logrado un sano ambiente de trabajo, en el 23 de Enero se ven unos superbloques más organizados que otros y en las instituciones armadas se percibe orden y limpieza.

Cuando usted visita el área de Conejo Blanco, Fuerte Tiuna, La Academia Militar y todas las instituciones que funcionan en el complejo militar, así como su complejo habitacional, se nota la diferencia con el resto de la ciudad, está esta zona mucho más limpia y organizada.

Hay ejemplos de manejo adecuado de la basura que se pueden seguir.

El vivir en una constante situación irregular, como la señalada, nos hace percibirla como normal, nos hace pensar que así son las cosas en nuestro país, que eso es normal y por lo tanto no puede cambiar.

Nada más lejos de la realidad, puede y debe cambiar, debe mejorarse, la solución al problema de la basura está en nuestras propias manos, tanto de las autoridades, como de la ciudadanía, de todos nosotros.

Tenemos que tener presente que esa repulsión, que en determinado momento sentimos cuando transitamos por una calle sucia, deteriorada, ese rechazo por movernos en un ambiente insalubre es compartido por muchos y que a todos nos beneficiaría el vivir en ciudades más limpias.

Es posible y podemos lograrlo.

Y no se trata, solamente diseñar y estructurar un eficiente sistema de recolección de basura y mantenimiento del ornato y del orden urbano, esa es una variable fundamental de la ecuación, como también lo es el educar a la población en el manejo personal, familiar e institucional de la misma, de la basura, crear y mantener campañas constantes de conciencia ecológica y establecer una cultura del reciclaje, apoyado por la infraestructura y el manejo eficiente del mismo.

Iniciar con proyectos piloto de mejoramiento de territorios específicos que sirvan de modelo y motivación a la comunidad que demuestren con hechos que es posible mejorar y rescatar sus propias áreas.

Campañas constantes de reeducación de la población y su respectivo seguimiento y evaluación.

Esto puede y debe hacerse, no contentarnos con tener solo algunas áreas limpias y ordenadas, sin basura y el resto un desastre.

¿O es que somos los venezolanos un hatajo de gente cochina?


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Luis Enrique Sánchez P.


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