· Cómo se alteran las relaciones si no existe jerarquía, orden ni equilibrio?
· En otros artículos se habló de qué son las Constelaciones Familiares y tipos de Constelaciones Familiares
· . Esta vez se ha elaborado un artículo para ampliar la información sobre los principios (las 3 leyes sistémicas) que se utilizan para detectar el desorden familiar en una Constelación Familiar y cómo nos afecta en nuestro presente.
Además, he preparado algunos ejercicios sencillos para que descubras si existe desorden en tu clan familiar y cuál podría ser el posible origen (si es que lo hay) desde la mirada sistémica.
El orden y el desorden sistémico
El orden sistémico se da cuando las relaciones en el clan familiar son sanas, armoniosas, respetuosas y se definen los límites (límites con amor) y la jerarquía entre los miembros que forman parte.
La falta de límites y jerarquías definidas en un sistema familiar genera sensación de caos, incluso puede llegar a alterar tanto las relaciones intrafamiliares que los miembros del sistema sientan que están dentro de una "familia disfuncional".
Vivir en el caos o la disfunción familiar es agotador y eso hace que las relaciones con otros miembros de la familia puedan romperse, complicarse o se vivan como "tóxicas".
Algunas de las frases que se suelen compartir en consulta y que nos ponen en alerta ante un desorden familiar son:
- Todas mis conversaciones acaban en discusión familiar.
- Escondo mis sentimientos para evitar el conflicto.
- Siento que no formo parte de mi familia.
- Mi opinión no tiene valor.
- Me avergüenzo de mi familia.
- Siento el peso de la familia encima de mi espalda.
- Me siento culpable por no querer pasar tiempo con mi familia.
- Me siento alejado/a de mi familia y no sé por qué.
- …
Si alguna de las frases anteriores ha resonado en ti, es posible que exista algún tipo de conflicto o desavenencia familiar que esté afectándote actualmente.
Pero ¿Sabes cómo puede afectarte el desorden sistémico en tu día a día? ¿Has pensado cómo afecta a tus hijos/as el desorden sistémico? ¿Cómo podemos sanar las heridas para recuperar el orden familiar?
Si quieres saber más sobre las heridas te recomiendo el podcast de Ángeles Wolder de "heridas de la infancia".
La respuesta está en el orden sistémico: al ocupar el lugar que nos corresponde en nuestro clan, podemos sanar viejas heridas y dejar de mirar el pasado para vivir sanamente el presente.
Puede parecer sencillo, pero para recuperar este orden hemos de poner conciencia para sanar el dolor, las lealtades, las fidelidades, los duelos inconclusos y los anhelos de la infancia.
Los principios del orden sistémico
Cada sistema familiar tiene sus propias reglas para funcionar y mantener un orden y jerarquía. Cuando estas reglas o leyes no escritas (las leyes sistémicas) se cumplen, los miembros del clan pueden vivir desde la libertad y libres de cargas y fidelidades.
En cambio, cuando no hay orden el sistema se tambalea y transfiere al inconsciente familiar y colectivo los miedos, las creencias limitantes, las lealtades, las fidelidades y anhelos inconscientes a los descendientes del clan familiar apareciendo problemas transgeneracionales.
En Constelaciones Familiares nos basamos en estos tres principios para poder acompañar en consulta. Si seguimos los principios de las leyes sistémicas, podremos observar rápidamente si existe desorden (o disfunción) familiar.
Veamos en profundidad cada una de estas leyes y cómo detectar si en nuestro clan hay disfuncionalidad.
Primera Ley "El principio de pertenencia"
El sentimiento de pertenencia es la toma de conciencia de formar parte de un grupo en el que adquirimos modelos de referencia para, posteriormente, construir nuestra identidad. El primer sentimiento de pertenencia se origina en la familia, ya que es el primer grupo al que pertenecemos.
Todas las personas que nacen o están en el seno de una familia tienen el derecho a pertenecer y a no ser excluidas.
Existe un vínculo invisible entre todas aquellas personas que son o han sido parte de un grupo o familia, por tanto, tienen derecho a ser reconocidas como tal.
El sentimiento de pertenencia es clave para el desarrollo de nuestra personalidad y supervivencia.
Necesitamos sentir que pertenecemos para sentirnos vivos.
Potenciar este sentimiento de pertenencia en el sistema de relaciones favorece el valor, el apoyo, la empatía y el cariño de la identidad familiar.
La falta de reconocimiento en el clan se vive con mucho dolor, desvalorización y puede generar distanciamiento entre los miembros del clan.
Una de las huellas más profundas es la de soledad o abandono, en la que la persona siente que no tiene su lugar.
Te invito a realizar un breve ejercicio sobre la pertenencia para conectar con tu clan familiar.
Ejercicio de pertenencia
- Busca una fotografía (o varias) de tu familia y póntela delante.
- Mira a cada persona que aparece en la foto y di en voz alta: "Te reconozco".
· Pon atención a las sensaciones que aparecen cuando lo vas diciendo y qué cambia en ti al decirlo repetidamente.
- Cuando hayas realizado este ejercicio cierra los ojos y conecta con tu alma familiar y di en voz alta: "Yo soy uno/a de vosotros/as aunque lo haga diferente"
· Pon atención a las sensaciones que aparecen cuando lo vas diciendo. Si aparece una emoción profunda, transítala y escúchala.
· Poco a poco cambiará las sensaciones hasta recuperar la armonía.
Lo que resuena en nosotros nos da información sobre lo que aún duele y necesita ser escuchado. Permítelo.
Segunda Ley "El principio de jerarquía"
La jerarquía familiar se define como el grado de autoridad o influencia que tiene un miembro en el sistema familiar.
La jerarquía establece un orden natural y roles en los subsistemas familiares. Por ejemplo, en una familia con hijos/as existen dos subsistemas.
El subsistema parental y el subsistema filial (hijos/as).
La segunda ley sistémica establece que el orden de llegada al sistema familiar es el orden de precedencia o jerarquía y viene determinado por el momento del nacimiento y/o ingreso al clan.
Es un orden natural que nos permite tener claro el rol que ocupamos en la familia (abuelo/a, padre/madre, hijo/a, nieto/a, pareja…).
¿Has oído alguna vez la frase "no hagas de padre o madre"? ¿Has visto comportamientos dentro de una familia en la que parece que los roles están invertidos entre padres/madres e hijos/as? Seguramente estamos ante un desorden sistémico en el que los roles se invierten porque el sistema se ha descompensado.
Ocupar el lugar que nos corresponde es sumamente importante para el sistema, pero sobre todo para la persona que siente que no encuentra su lugar.
Puede vivir con una constante sensación de vivir la vida de otra persona o incluso que lleva una carga que no le toca y no sabe cómo deshacerse de ella.
En consulta es común encontrar desorden en la jerarquía cuando los padres no han podido ocupar su lugar (por el motivo que sea) y los hijos/as asumen ese rol. Incluso intervienen en los conflictos de la pareja sintiendo que forman parte.
Pero no sólo encontramos el desorden entre padres e hijos/as, este se puede dar en cualquier línea (horizontal o vertical) dentro del árbol familiar, alterando la homeostasis familiar.
Te invito a reflexionar sobre este principio con un breve ejercicio.
Ejercicio de jerarquía
- ¿Has decidido algo en nombre de tu padre o madre?
- ¿Has defendido o te has posicionado en los conflictos (si los has vivido) entre tus padres?
- ¿Sientes que decides sobre aspectos de tu familia que no te competen?
Estas preguntas te pueden ayudar a detectar si existe algún desorden familiar y puedes aplicarlo en todos los roles que ocupas (hijo/a, pareja, madre/padre, abuelo/a, hermano/a, etc.).
Tercera Ley "El principio de equilibrio o compensación"
Desde el punto de vista sistémico siempre debe existir un equilibrio entre dar y recibir, a excepción del vínculo entre padres e hijos/as (puesto que la vida es algo que no se puede compensar con absolutamente nada, solo aceptarla y tomarla).
En cambio, existen otro tipo de equilibrios que, al alterarse, fracturan el sistema. Es el caso, por ejemplo, del equilibrio o desequilibrio en la pareja, entre hermanos/as, en la empresa, etc.
El sistema busca compensar en generaciones posteriores aquello que las anteriores han infligido, sufrido y dejado inconcluso.
Cuando hay pérdida o exclusión de algún elemento de forma trágica o imprevista, hay una tendencia natural a incorporar a otros individuos para preservar el balance y la expansión del sistema.
¿Cómo saber si el sistema está compensando por historias inconclusas? Existen múltiples síntomas sistémicos que nos hablan de compensación.
Estos son algunos de los más comunes y que responden a una lealtad familiar:
- Los excluídos o autoexcluídos del sistema familiar ("la oveja negra de la familia").
- Los secretos o temas tabús de los miembros de la familia que causan rechazo, dolor o vergüenza.
- Los duelos no elaborados (muertes tempranas, muertes trágicas, etc.).
Con el siguiente ejercicio quiero acompañarte a reflexionar sobre el equilibrio dentro de tu sistema familiar.
Ejercicio de equilibrio o compensación
- Cierra los ojos y coloca las palmas de tu mano hacia arriba.
- En la mano derecha siente como recibes la vida.
- En la mano izquierda siente como das amor.
- Pon atención en las dos manos y reflexiona:
· ¿Te cuesta recibir? ¿Te cuesta dar?
· ¿Qué sientes al recibir la vida?
· ¿Qué sientes al dar amor?
Permite que las sensaciones y emociones fluyan y transítalas. Si aprendemos a tomar la vida, sabremos dar amor. Solo aceptando la vida tal como es podemos avanzar hacia el cambio.
Aquí te dejo un video donde resumo las tres leyes sistémicas que hemos explicado:
Cómo aplicar las 3 leyes sistémicas en consulta
Las Constelaciones Familiares ayudan a recuperar el orden sistémico.
Con el trabajo de las Constelaciones familiares ayudamos a reestablecer y reequilibrar el sistema familiar.
En consulta (individual o grupal) empleamos los principios del orden sistémico para detectar donde se originó el desorden sistémico y acompañamos a recuperar el orden, el lugar y el equilibrio que faltó.
Conocer sobre constelaciones familiares
Es una herramienta gran aliada para los terapeutas, puesto que permite tener una mirada amplia sobre el sistema familiar, sus conflictos y las necesidades.
Además, no solo tiene en cuenta los objetivos de la persona, sino que mira por subsanar las lealtades y fidelidades familiares.
Transitar el dolor, acompañarlo y recuperar el lugar que le corresponde a cada uno/a es el camino para que el equilibrio perdure
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