El epílogo

Mario Silva García vs Médicos Venezolanos

El viernes 15 de junio de 2007, fuimos objeto de una metralla terrible por parte del señor Mario Silva García a través de su programa La Hojilla por el simple hecho de disentir de él en cuanto a una postura equivocada, a nuestro entender, que mantiene en torno al ejercicio de la medicina en Venezuela y de los médicos venezolanos.

El 14 de junio de 2007 publicamos por aporrea un artículo, especie de reflexión, que titulamos Mario Silva García vs Médicos Venezolanos. El viernes 15 en su programa, el señor Mario Silva García tuvo a bien tomar en cuenta mi escrito y procedió a darle lectura a través del canal de todos los venezolanos.

Durante la lectura que hacía de nuestras reflexiones, vimos a un señor Mario Silva García fuera de sus cabales; bufeaba durante la lectura; leía en forma atropellada; jadeante; se le veía enojado; giró en varias oportunidades la hoja del escrito para recordar mí nombre el cual pronunció nítidamente en dos oportunidades. En tono despectivo me llamó “señor doctor” (a mucha honra señor Mario Silva García). Mientras transcurría la lectura, a través de mí móvil celular, recibía llamadas de mis amigos correvolucionarios en distintas ciudades de Venezuela que me conocen por mí trayectoria política y de médico que no daban crédito a lo que veían; no al escrito, sino al comportamiento totalmente fuera de contexto del señor Mario Silva García.

Como asiduo tele oyente de su programa, recuerdo perfectamente su postura la noche en que el colectivo “Alexis Vives” fue a manifestar a las puertas de Globovisión en los días previos al cese de la concesión de RCTV pintando “grafitis” en sus murales, paredes y fachadas. Aquello al señor Mario Silva García, le pareció acabo de mundo, se molestó a tal punto, que en tono regañón, al parecer ese es su estilo, llegó a decir que, con ese proceder del colectivo “Alexis Vives”, se le daban armas a la contra revolución para que nos atacara. Ahora yo le pregunto ¿y qué cree usted que hizo cuando mostró una imagen tomográfica de un paciente al cual no conoce? del cual supongo que ni su autorización la tenía para hacerlo y brazo en alto, exhibiendo la imagen, usted preguntó señalando al cuerpo extraño; es decir, a la pinza hemostática que se veía, ¿este es el tipo de medicina que practican nuestros médicos venezolanos? Y no conforme con eso, remató arengando al afectado a emprender acciones judiciales en contra del médico por semejante acto de mal praxis médica. Señor Mario Silva García, ¿usted no ha escuchado una conseja popular que da cuenta de que es malo escupir hacia arriba porque te puedes salpicar? ¿Usted no se ha detenido a pensar ni por un instante si la mal praxis médica viniera del lado cubano que pasaría con ese médico? ¿Le daría usted espacio en su programa a la denuncia en contra de un caso de mal praxis médica por parte de cubanos? ¿Lo haría señor Mario Silva García? No lo creo.

Usted, señor Mario Silva García, se molestó porque hice alusión a la Ley del Ejercicio de la Medicina en mí reflexión. Eso fue lo que más le molestó y lo corroboré la noche del 19 de junio de 2007 cuando haciendo referencia a la intromisión del Juez español Baltazar Garzón en asuntos internos del país, usted me volvió a nombrar indirectamente al referirse a mí como “…el médico ese que mencionó esa ley...” y vuelve hacer alusión a mí artículo de nuevo en su programa del día 25 de Junio de 2007 cuando volvió a tomar el tema de la Ley del Ejercicio de la Medicina para aludirme como si estuviese opuesto a que se le lleve la salud al pueblo venezolano.

Cuando en 2003 el Estado arranca el “Plan Barrio Adentro” en el municipio Libertador del Distrito Capital, idea de Fredy Bernal y se habló de implementarla con médicos cubanos, entendimos la estrategia gubernamental de evadir la existencia de la Ley del Ejercicio de la Medicina presentando el Plan, hoy Misión Barrio Adentro, como un programa de ayuda humanitaria dada la gran deuda social que mantenía el Estado con los connacionales excluidos, soslayando la ley y dándole marco jurídico al Plan Barrio Adentro en base al artículo 83 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela que habla sobre la obligación del Estado en garantizar la salud como derecho social fundamental y de esta forma evitarse lo que representaba todo el trámite de cumplir con lo establecido en la Ley en torno al ejercicio de la profesión médica en el país. Pero usted la puso esa noche, cuando aparece en pantalla haciendo lo que hizo, con esa acción usted le dio armas a la derecha para atacarnos a través de esa ley, porque si usted, amparado en el marco legal establecido en nuestras leyes incita a una demanda, totalmente justificada por cierto, en contra de un médico venezolano, hace blanco, por retruque, como decimos los zulianos, al médico cubano también. ¿O es que usted cree que en caso de una mala práctica médica cubana quien demande no denunciará el ejercicio médico ilegal amparado en la Ley del Ejercicio de la Medicina además de demandar la mal praxis? Dice nuestro refranero: La salsa que es buena para el pavo también es buena para la pava.

Ningún médico, señor Mario Silva García, indistintamente de su nacionalidad merece verse incurso en una mal praxis médica, porque el fin único y último de la práctica médica es curar y no hacer daño y lo que usted pretendió esa noche fue crear animadversión hacia el médico venezolano pero, lo que en realidad consiguió fue activar xenofobia hacia los médicos cubanos y eso no es bueno para un proceso revolucionario que está pregonando la integración; usted le hizo, con su actitud, daño al proceso.

En cuanto a los jóvenes médicos venezolanos del batallón 51, todos egresados de la Escuela Latinoamericana de Medicina (E.L.A.M.) mi admiración. Reconocemos su desprendimiento y nos llenamos de orgullo como médico venezolano al saber que ya tenemos compatriotas en el exterior prestando ayuda humanitaria, enalteciendo la patria de Bolívar más allá de sus fronteras; pero, no por eso debemos olvidar los otros médicos venezolanos que fueron formados con otro criterio de ver y hacer la medicina pero que también hacen labor de patria desde las aulas de las escuelas de medicina impartiendo docencia, desde las universidades e institutos de investigaciones científicas haciendo lo propio, desde las salas de emergencia y quirófanos salvando vidas; e incluso, desde los post grados de medicina general integral en donde ya se han incorporado. Ellos, señor Mario Silva García, también son nobles médicos venezolanos tan dignos de reconocimiento como los compatriotas del batallón 51 y no me importa lo que piensen del proceso; cuál sea su postura política, eso es problema de ellos, pero lo que sí me atrevo a garantizar es que ni desestabilizadores, ni golpistas; frustrados sí, porque como yo, muchos de ellos, vieron pasar los mejores años de su vida esperando que los gobiernos de cuarta dignificaran nuestros hospitales con tecnología de punta como lo está haciendo el gobierno revolucionario.

Finalmente, me gustaría preguntarle algo porque usted me tildó de opositor: ¿Quién le confiere a usted como un simpatizante más de este proceso, la patente de corso para decidir, en libre arbitrio, quién es Chavista o de oposición? ¿Quién? ¿Simplemente porque alguien afecto al proceso no comparta su estilo o modo de ver las cosas usted utilizando la alta sintonía de su programa lo descalifica?

Usted, señor Mario Silva García, no es la revolución; usted, es una mínima expresión de ella; una partícula, de tal forma que cuando escribí mí reflexión no lo hice en contra de la revolución; fue dirigido única y exclusivamente hacia usted. No me venga como la camarilla de curas del episcopado venezolano que cuando se les critica dicen que se ataca a la Iglesia. No, la cosa es con usted y sólo con usted señor Mario Silva García, la revolución déjemela quieta no la meta en esto.

Reflexiono: ¿Qué van a hacer conmigo los Mario Silva García, cuando el debate de ideas, la guerra de ideas abra fuegos en la conformación del Partido Socialista Unido de Venezuela del cual soy su aspirante? ¿Me excluirán acaso?

Para mí, el objetivo es alcanzar el socialismo, el método, ya lo veremos.

Somos revolucionarios y como todo revolucionario somos contestatarios, inconformes, rebeldes y críticos, particularidad esta última muy recomendada por el líder de la revolución. Nuestra rebeldía llega al límite de amotinarnos dentro del vientre materno, cuando nos negamos a nacer a las cuarenta semanas de la gestación como es lo normal y decidimos, porque nos dio la gana, adelantar nuestro nacimiento diez semanas antes porque nos urgía salir al campo de la batalla de las ideas. Somos, incluso, más antiguo como revolucionario que el mismo líder del proceso ya que le llevamos un año y cuatro meses de vida por delante en batalla revolucionaria contra de la derecha.

Señor Mario Silva García, es tiempo de eliminar odios entre médicos; el odio no es filosofía de la medicina; el odio no conduce a nada; el odio empobrece el alma; allá usted si lo quiere fomentar y practicar; pero permita que la hermandad, la camaradería y la buena voluntad de brindar salud a la patria reine entre venezolanos y cubanos ¡no lo perturbe¡

PD:

Quien refrenda este escrito, creyendo en el espíritu revolucionario del señor Mario Silva García y en su apego a la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela; emblema de la revolución de la cual dice ser adicto, le solicitó, a través de sendas comunicaciones (2) dirigidas a la Presidencia de Venezolana de Televisión y a la producción del programa La Hojilla, el derecho a réplica consagrado en el artículo 58 de la Carta Magna.

Esta, nunca se concedió.

¡Qué pena por usted, señor Mario Silva García!
¡Quien tenga oídos, que oiga!


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Eliécer Alvarado

Médico y revolucionario.

 elieceralvarado@hotmail.com

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