Como todos los últimos tres sábados, ayer por la noche en el sector de la Pedregosa, acudí a la reunión pactada para las 6 de la tarde. Formamos mesas de trabajo para discutir la reforma constitucional y deliberamos de manera ágil y profunda sobre todo lo concerniente a la nueva forma que pueden llevar los artículos 11 y 16. Quedamos entonces en elevar ante la Asamblea Nacional, desde nuestro Batallón, nuestras propuestas para que fuesen tomadas en cuenta, y todo no quedase en meras palabras. Todo transcurría muy bien y serenamente, cuando se nos acercó una joven y nos solicitó nuestras propuestas y se las llevó. Igual hizo con todas las restantes mesas. Se encontraban allí presentes personas del poder constituido con una acción que había sido muy bien definida desde sus comandos de sabotaje. Primero habían presionado a la Propulsora para que se retirara y renunciara a sus funciones, y ante la negativa de ésta, tomaron las actas y se las llevaron. Luego querían elegir a los voceros, todo aquello en un franco y descarado irrespeto al pueblo, a las proposiciones y decisiones del Presidente Chávez. De manera amenazante y grosera, estos señores comenzaron a decir que tenían derecho a llevarse las actas como ciudadanos que eran, y también copias de las Actas. Eran muy pocos y representaban menos del 7 por ciento del total de la Asamblea, pero contaban con el poder de la agresividad, del apoyo de la Gobernación del Estado y de la fuerza bruta que tantos estragos han causado y están causando en los partidos, sindicatos, gremios y consejos comunales. Sentimos en ese instante todo el inmenso peligro que se cierne sobre el PSUV, sobre su conformación, seriamente intervenida por las fuerzas regresivas del pasado; por la forma como aquí siempre han funcionado los partidos estalinistas, por el criterio vil y degradante de comprar votos, de manipular asambleas, de malear personas, de destruir y adulterar datas, documentos, actas y firmas de asistencia. Son los mismos que toman las direcciones telefónicas para luego llamar y decir que el lugar de las reuniones ha sido cambiado, que ya no habrán más asambleas. Yo, ante estos actos veía claramente, cómo desde un principio está siendo dividida, fracturada y minada por elementos extraños, la base misma y fundamental de la propia revolución bolivariana.
Considero altamente irrespetuoso e incluso de lo más bajo e inmoral, que en propagandas en periódicos, por radio, televisión, libros, folletos, revistas, panfletos relativos a la conformación del PSUV en Mérida, esté apareciendo la fotografía del señor gobernador Florencio Porras, como una gran cosota. ¿Qué es eso, señores?; bájense de esa nube, porque ¡NO PASARÁN!, ¿o es que pretenden seguir con lo mismo, desde las alturas de los abusos que les da el poder; de los negocios, de los contubernios, de las prebendas, seguir manejando este nuevo partido?
Está claro, que así como no permitieron que en el MVR desde su fundación que las bases tuvieran participación alguna en la conformación de los cuadros básicos, así mismo pretenden ahora seguir controlando, manoseando y desfigurando la participación popular. Pueblo, no dejes que de ninguna manera esto ocurra, o habremos traicionado el verdadero espíritu de lo que aspira nuestro Presidente. Tengamos carácter, fuerza y decisión para impedir esta grandísima sinvergüenzura, este grandísimo crimen contra las aspiraciones del pueblo. El que quiera seguir con las malditas mañas de los escuálidos que cojan para Primero Justicia, AD, COPEI o Un Nuevo Tiempo.
NO PASARÁN, PATRIA, SOCIALISMO O… MUERTO.
jrodri@ula.ve
