Bienvenida la propuesta de la reforma constitucional, pero ésta bienvenida, si preserva el criterio y espíritu sobre la cual se erige, debe ser una bienvenida crítica y fundamentalmente dialéctica. Afirmo esto, montado sobre el ánimo de aportar un grano de arena en la realización concreta del socialismo del siglo XXI a la venezolana, no permitiéndome ver críticamente una propuesta que en esencia comparto, pero sería falso si afirmo que no es perfectible.
Siendo la propuesto originada del puño y letra del presidente, en este momento ésta es una condición superada, y ahora es de nosotros, el pueblo en la reafirmación de su soberanía. En ese sentido me permitiré hacer una serie de observaciones con el ánimo de fomentar la discusión, asumiendo la propuesta de reforma constitucional como una herramienta para la construcción colectiva, que no sólo derive de la inspiración del líder, sino de todos aquellos que creemos en un Estado Socialista y Bolivariano.
En este sentido; 1.- La vuelta a la figura del Distrito Federal como figura político-administrativa pareciera una vuelta al pasado. Esto como referente no favorece el desarrollo de lo que se desea en esencia, que entiendo es generar un estructura con mayor participación ciudadana dentro de una estructura compartida por el gobierno central y las comunidades.
2.- La preservación de los Municipios, definidos según la Real Academia Española como un conjunto de habitantes de un mismo término jurisdiccional, regido por un ayuntamiento y entendiéndose al ayuntamiento como una corporación compuesta de un alcalde y varios concejales para la administración de los intereses de un municipio, mantiene en esencia un modelo absolutamente representativo que no permitirá el natural desenvolvimiento de lo que el presidente ha llamado “comunidades, comunas y ciudades”, obstaculizando el desarrollo concreto y real del Poder Popular.
Es por ello que sugiero retomar de la propuesta de “La Comuna de Caracas”, la sustitución de los Municipios por Comunas, con una estructura que no mantenga el modelo representativo, sino, que integre nuevas formas de cogobierno, eliminando la figura de los “alcaldes” y sustituyéndola por la de los “voceros comunales”, democratizando además, otras figurar de acción comunal (actualmente municipal) a través de la elección de estos por medio de los sectores comunales y los circuitos comunales.
Para explicarlo mejor; el Presidente plantea que los niveles de organización sea: Comunidades, Comunas, Ciudades, Municipios, Gobernaciones; la propuesta es, conservando el espíritu de la propuesta, asumir como niveles de organización popular y político administrativa: los Consejos Comunales (como Comunidades), Los Sectores Comunales (en lugar de Comunas), Los Circuitos Comunales (en lugar de las Ciudades, aunque podría preservarse el espíritu que rescata el concepto de Ciudades), Las Comunas (en lugar de Municipios), y discutir más a profundidad la figura de las Gobernaciones que mantienen el mismo precepto de los Municipios.
Por otra parte, al remitirnos a la propuesta de modificación del artículo 136 encontramos lo que parece una ubicación inadecuada del poder popular dentro de la distribución territorial del Poder Público. Esto lo afirmo con la intensión de abrir la discusión sobre lo popular. Esta categoría generalmente se utiliza para estratificar sectores sociales tales como el sector obrero, campesino, estudiantil, etc., por lo que cuando se desarrolla la distribución como “poder popular, poder municipal, poder estatal y el poder nacional”, estamos subordinando estos sectores sociales al nivel municipal, lo que creo no es la intensión del proponente, en este sentido es adecuado utilizar el “poder comunal” como categoría para una distribución territorial. Esto no implica dejar de lado el “Poder Popular”, sino colocarlo en su justo lugar, es por ello que cuando se habla de la organización del poder público, pareciera más pertinente ubicar al Poder Popular aquí, de la siguiente manera “Popular, Legislativo, Judicial, Moral y Electoral” dando así el rango de funcionamiento más pertinente, retomando la propuesta original del Libertador en cuanto a la necesidad de darle rango constitucional a lo moral.
Esto permitiría por una parte, ubicar a los consejos comunales, comunas y ciudades en un espacio de definición territorial, y por otra parte darle (sin limitaciones territoriales de subordinación) al Poder Popular, la capacidad de generar organizaciones en los distintos niveles hasta el nacional a través de los “Consejos” que lo componen.
En este sentido, ratifico la incompatibilidad de coexistencia de un poder comunal con uno municipal, dada la incapacidad del modelo municipal actual que no posee las condiciones para adaptarse a la democracia participativa. Entiendo la coexistencia que aun debe existir entro lo dos tipos de democracia, pero está más que evidenciado que los municipio son un “tapón” para el emerger de las organizaciones comunitarias con autonomía y capacidad de autogobierno, por lo que sería más traumático persistir en la subsistencia de un nivel municipal. En este sentido propongo que los municipios sean sustituidos por Comunas, a través de la figura de Ciudades Comunales que agrupen a las distintas “Ciudades” propuestas por el presidente.
Por otra parte, la propuesta planteada en el artículo 18, vinculada a una ley especial para llamar a Caracas, Reina de “Guaraira Repano” es incongruente con los principios anti-imperialistas que implica la superación de los reinados como sistemas políticos. Entiendo el esfuerzo literario y romántico, que busca destacar lo aborigen de nuestras raíces, por lo que planteo subordinar a Caracas al Guaraira Repano, invirtiendo la relación propuesta por el presidente, vinculándolo con el significado que contiene la montaña como “madre tierra”, es por ello que recomendamos que diga “hija del Guaraira Repano” para darle mayor consistencia a la propuesta.
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