Manolo y Cecilia, dos visiones constitucionales

“Me cago en la puta madre”, así con rabieta, iniciaba Manolo, alguna que otra vez, sus manifestaciones de protesta y a esta frase agregaba una larga lista de personas, instituciones y situaciones, entre quienes pocas veces faltaban Franco y el ausente rey de España. El joven andaluz, andariego, zapatero remendón, buen futbolista, aprendiz de torero, llegó a Venezuela con una maleta pobretona, fugado de aquel país, después de haber estado con los combatientes del Quinto Regimiento, en el frente de Madrid.

Con orgullo enfatizaba que era republicano y socialista hasta el “tuétano de los huesos”. Como Pedro el Melchorita, el matarife de mi barrio, también decía, “todo mi cuerpo es republicano y socialista.”

Pasados los años, muerto Franco, casi con el “Guernica”, Manolo volvió a su tierra. Cuando lo hizo, seguía definiéndose políticamente de la misma manera que cuando aquí llegó.

Poco tiempo después de su regreso se aprobó la Constitución Española. Ésta, en su artículo 1º, parte 3, sentencia que “La forma política del Estado español es la Monarquía parlamentaria.”

Manolo, a esta altura de su vida, aunque viejo, permanece vinculado al Partido Socialista Español (PSOE), continúa con su grito de rabieta y la invariable lista de personas e instituciones a quien se lo dedica. Es decir, pese la definición constitucional citada, este andaluz, continúa fiel a sus viejos principios republicanos, viviendo en paz bajo la ciudadanía española.

Y es que esa ley madre del país ibérico, en su artículo primero, consagra la libertad, justicia, igualdad y el pluralismo político, como valores supremos.

Pese a que en su patria se estableció la monarquía, circunstancia con la cual Manolo no concuerda, tiene cabida y continúa, pese sus años, combatiendo por erradicarla.

A este viejo republicano le parece todavía intolerable que el Rey sea el jefe del Estado. No admite la pertinencia de ese “derecho divino” y que esa figura tenga tanto poder y privilegios. No se aviene con aquello que “La persona del Rey de España es inviolable y no está sujeta a responsabilidad.” (1) Pero aún siendo así las cosas, continúa en su puesto de lucha y ocupando los espacios que aquel régimen de Monarquía parlamentaria le permite. Su condición de español no está afectada y él, perseguido de Franco y combatiente de la guerra civil, así lo admite.

Por eso, cuando por Internet se comunica e intercambia información y opinión con sus amigos, manifiesta no entender lo que aquí dice el sector opositor, en el sentido que “en la constitución de Hugo Chávez, no cabe el que no sea socialista” (2). Si bien la oración es una cita de declaraciones de Cecilia Sosa, recoge lo que toda la oposición venezolana dice.

Y de esa manera se expresan, aunque como la constitución española, la nuestra, en su artículo 2º “propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico y de su actuación, la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad social y, en general, la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político.”

Pese a que la ley obliga a Manolo y a la mayoría de los españoles, acatar la figura del Rey y todo lo que de eso se deriva, a aquel no le impide seguir combatiendo para que, dentro de los límites de la legalidad, algún día, cuando la soberanía lo decida, España pueda declararse republicana.

Por esto mismo, es falso de toda falsedad, lo que la oposición toda, como Cecilia Sosa, manifiesta que “en la propuesta que tenemos no se puede pensar de otra manera. O trabajas para construir este socialismo o estás fuera.” (3)

Quienes en la Venezuela de la IV república asumieron la idea del socialismo y a ella se mantuvieron fieles, contrariando la definición, estructura y superestructura de la sociedad, tuvieron que desenvolverse dentro de los parámetros establecidos, pero eso no les impidió, incluso en los períodos de dictadura, luchar por sus ideales. Como también en la época de la institucionalidad puntofijista, cuando se les acusó de salirse de la legalidad, pagaron con cárcel, persecución, exilio, tortura, la vida misma y verdadero marginamiento.

Hoy, con la constitución vigente, su artículo 350, lo emanado de la sentencia del TSJ del 22-01-07, mencionado por la misma Cecilia Sosa y los preceptos 347-348, la oposición puede acceder al favor del soberano y revertir lo que se apruebe del proyecto de reforma y hasta elaborar una Carta Magna nueva. Todo eso sin que se vean privados de sus derechos y libertad. Y quede claro que esto, se le debe a quienes hoy aspiran definir a nuestro país como socialista. En cambio la IV República, se cuidó de blindar la anterior constitución para asegurar el capitalismo y las políticas neoliberales, sólo que la soberanía popular deshizo aquellos planes. Recordemos como Rómulo Betancourt, pocos dìas después de promulgada la constitución del 61, suspendió las garantías y así las mantuvo por años.

Como Manolo, aún en su país de Monarquía parlamentaria que otorga a una èlite privilegios con el nacimiento, lo que parece contradecir el principio de igualdad, lucha por establecer la república, los no socialistas pueden hacer lo mismo en procura de regresar a épocas pretéritas. Decir lo contrario, es como solía hacerlo Carlos Andrés Pérez, un maniqueísmo.

(1) Constitución Española, art. 56.

(2-3) El tiempo”, Puerto La Cruz, 17-09-07. Pág. 10

pacadomas1@cantv.net






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Eligio Damas

Militante de la izquierda de toda la vida. Nunca ha sido candidato a nada y menos ser llevado a tribunal alguno. Libre para opinar, sin tapaojos ni ataduras. Maestro de escuela de los de abajo.

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