Que el amor supremo hable

El Si y el No de la Revoluciones

En Venezuela se está jugando la posibilidad real que en el siglo XXI los pueblos desheredados de la tierra puedan alcanzar sus metas de emancipación por la vía pacífica. He allí por qué desde todos los rincones de este hermoso globo azul surgen hoy miles de voces implorando que este intento no se nos caiga, no vaya a ser que la esperanza se nos muera antes de que el niño siquiera haya nacido.

Será posible que los mismos que asesinaron a Allende, desaparecieron a una generación de jóvenes chilenos, torturaron a mujeres embarazadas, le cortaron las manos a Victor Jara e hicieron morir de tristeza a Pablo Neruda sean los mismos que el día 2 de diciembre en la noche reconozcan el triunfo electoral de SI en buena lid.

Será posible que quienes hemos defendido la lucha revolucionaria en todas sus formas, estemos dispuestos a utilizar de una vez por todas, los espacios democráticos que el pueblo se labró en cruentas luchas para profundizar este proceso hasta el punto que nuestro adversario entienda que NO hay otra salida.

Será posible que quienes no dudaron en apoyar el sabotaje del avión de Cubana de Aviación y el asesinato de Jorge Rodríguez, sean los mismos que vean en las urnas electorales la luz al final del túnel de toda su crueldad, ignorancia y alevosía. Y que quienes hemos visto los procesos en blanco y negro podamos de una vez por todas entender que la dialéctica SI hace presente el futuro.

Será posible que quienes apuntaron al corazón de Monseñor José Arnulfo Romero, los cerebros de los jesuitas caídos y los cuerpos inocentes de las monjas Mariknol en El Salvador puedan intercambiar con los rojos y respetar las reglas del juego de la roja, rojita. Y que quienes la defendemos NO temamos el debate de las ideas, la lucha ideológica y política con nuestro contendor y dentro de nosotros mismos.

Qué tal si quienes han creído que pueden comprar la razón de un obrero, de su prole y de su clase ahora comiencen a ver que su riqueza no depende de ese negocio y SI de reconocer el esfuerzo y el trabajo del quienes realmente crean la abundancia en esta tierra.

Y entonces, “empoderándonos” de la verdad histórica, asumimos de una vez por todas el poder que tenemos y que desde el 3 de diciembre estará escrito para que la letra muerta sea avive, los discursos se caigan y la verdad se levante para siempre.

Qué tal si dejamos que el amor supremo hable alto, se deje escuchar y Venezuela se erija en un camino, uno nuevo, en honor de todos aquellos que ya pagaron un precio muy caro por todos nosotros. Así sea.

clarac8@cantv.net


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Carmen Cecilia Lara

Profesora de comunicación social de la UBV

 sathya954@yahoo.com

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