Ganó Chávez pero perdió el PSUV

Las palabras: reflexión y autocrítica son la clave, en el seno del psuv, para descifrar, no la perdida de la consulta, por final de fotografía, sino el por que un poco mas de tres (3) millones de viejos votantes Chavistas no salieron a apoyar la reforma constitucional, y prefirieron quedarse en casa, absteniéndose, mientras algunos otros, se dice, que hasta votaron por el NO. Esto, mientras el Presidente solo fue capaz de halar a los cuatro (4) millones y pico que apoyaron su propuesta. Siempre ha sido muy delicado y difícil ser “el Partido de una revolución”. En el pasado los partidos de revoluciones exitosas, se formaron al calor de las luchas y batallas clandestinas, del peligro y de la precariedad de fondos económicos para autofinanciar sus acciones. Pero fundamentalmente, se formaron al calor de las discusiones ideológicas, de las estrategias a largo plazo para la toma del poder y sus ejecutorias después del acceso al mismo. Muchos piensan que en el desaparecido “Movimiento Quinta República” (MVR), había más cohesión y mística revolucionaria que en su sucesor el psuv. El MVR venia de la lucha casi clandestina, en medio de una precaria situación económica para los cometidos de movilización del partido, previo a la llegada al poder. En su seno se hablaba de la revolución Bolivariana con la mística de quien emprende algo de la nada y lo ve crecer y empezar a consolidarse. De aquel movimiento, que algunos llamaron “aluvional” por haber aceptado en su seno gente de los viejos partidos de la IV República y de muchos otros sin militancia (los ni ni de la Cuarta), se paso a un “nuevo Partido” (psuv) que derrocha abundancia económica, que cojea en la transmisión a sus militantes de espíritu, mística y conciencia revolucionaria, y que pareciera ser solo “el partido del gobierno” y no “el partido de la revolución”. Lo mas grave: el nuevo partido esta naciendo y desarrollándose en medio de agudas contradicciones del “como y cuando”, de luchas personalistas, de liderazgos locales, de búsquedas de figuraciones, etc. La gran contradicción a analizar, es el contraste entre el espíritu revolucionario y organizativo de los anónimos militantes de base, en el seno del psuv, en todos los rincones y barrios del país, y el de los los cuadros medios y altos de su dirección política del partido, que parecieron haber nacido burocratizados y en busca de posiciones de poder y no de sacrificios personales y hasta económicos. A los militantes de las bases del partido les molesta los “camaradas ricos” y los dirigentes presuntuosos, que derrochan el fácil “triunfalismo” y son pobres en el trabajo ideológica. Un partido disciplinado en lo ideológico no debería necesitar autobuses o viáticos para hacer masivas y multitudinarias concentraciones, como las que hacia el MVR antes de la llegada al poder del Comandante Hugo Chávez. El facilismo, el burocratismo y la ineficacia son, según dice el Presidente, los peores enemigos de la Revolución Bolivariana. La autocrítica debe empezar por identificar, corregir y aprender de los errores.


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