Antes que nada diré que fui a cumplir con el compromiso de la Patria. Voté SI -SI luego de debatir profundamente la propuesta, de despejar dudas y malentendidos, pues consideré fundamental ir contra las voces agoreras que presagiaban caos, dejando de ser un simple “conocedor mediático”. A quienes se levantaron con el ánimo engripado: ¡ A curarse!
Admito si, que me sorprende el resultado. Adelantar hipótesis sobre cuales elementos son claves en lo ocurrido, no resulta fácil ahora. Es momento de reflexión, de revisión. Esta es una etapa de endurecimiento de la fibra revolucionaria y de demostración del espíritu democrático de quienes acompañamos de una u otra forma este proceso.
Se deja expuesto ante el mundo que es un invento mediático el cacareado ambiente de tiranía que sufre el país. Se echa abajo la tesis que pretendía matizar de hegemonia y totalitarismo la propuesta impulsada por el Comandante.
Debo decir también que mi sorpresa no sobrevino pasada la media noche con el boletín de resultados emitido por el CNE, sino cinco horas antes cuando escuchaba al Vicepresidente Jorge Rodriguez, informando sobre lo reñido de la contienda. Pude apreciar la caras de "ponchao"que había a su alrededor. Pero esa sensación de un resultado inesperado se me convirtió antes del anuncio del CNE en un instintivo "por ahora" que luego fue recordado, racionalizado y repontenciado por el propio Presidente en una demostración ante el pueblo y el mundo entero de ética y coraje solo comunes en muy pocos.
Hay una realidad que nos señala una revisión. Estamos, eso creo, en una fase de introspección, sin caer en la tentación de justificaciones fáciles ni consuelos artificiales. No podemos culpar al contendor de su triunfo democrático; las cifras emitidas lo confirman y lo aceptamos. No es tiempo de cacerías de brujas pero si lo es de deslastrarnos de la inercia escondida en nuestras filas, de la molicie evidenciada en quienes dicen ¡Señor, Señor! Pero no acompañan sus ruegos con acciones.
Probablemente, ahora verán con claridad lo que hace poco muchos ( haciéndose los locos) ignoraban: La presencia, la tangibilidad de los neo adecos, boliburgueses o como quieran llamarlos que desde hace tiempo horadan la base revolucionaria y succionan de la teta estatal. Contra ellos también era la propuesta de reforma, por eso propiciaron subterraneamente el no. Las maquinarias políticas regionales y locales arroparon a nuestro SI. Preguntas hay muchas pero no hay oráculos que nos den la clave develadora del misterio. Ya aparecieron los profetas flagelantes, los entendidos compasivos y los politólogos reilones con su hipocresía revestida de sapiencia blandiendo sus corolarios de " yo se los dije pero no hicieron caso"
Que la cuerda no reviente por lo más delgado, que no se induzca a sospechas o se lance como señuelos a los batallones. Quien quiera saber de realidades que ocurrieron y que ocurren en las trincheras revolucionarias debe preguntar allí; acudan a consultarles. Alguna vez escribí que no debe venir ningun doctor a diagnosticarnos nuestras pústulas y que la revolución debe tener la capacidad de autoextirpárselas. Incluso he escuchado voces que increiblemente opinan que ya el PSUV no sirve y que lo ocurrido es demostración de ello.¡Falso! Lo que hay que hacer es terminar de organizarlo y profundizar desde sus bases su potencial político ideológico. Particularmente lo estimo urgente.
La disposición de lucha está intacta. Nuestro piso electoral es el techo opositor (4,3 millones de votos). Identifiquemos el porqué de la ausencia de millón y medio de votos de aspirantes a militantes. Revisemos la ecuación, admitamos la falla y recuperemos esos votos. La necesaria introspección y el consecuente fortalecimiento no implica detenerse, pues ahora hay que prepararse para la próxima contienda electoral para gobernaciones, alcaldías y diputaciones, antes de la cuales veremos nuevas caras saltando la tapia (revisen los resultados por estados y municipios). La lucha continúa, solo ha sido un cambio en la borrasca. Que no osen los fascistas inferir que tienen campo para accionar y negociar. Creo firmemente que la reforma es indispensable para darle agilidad a la República y que serán contados los días en que la acuñaremos en nuestra carta magna.
Debe ser punto focal de los análisis que hagamos el cambio de paradigma sobre la abstención; fenómeno que ha sido visto con ligereza mientras no significó un escollo para nuestra causa. Ya está bueno de decir que históricamente su comportamiento es tal o cual. El voto revolucionario no debe ser condicionado por el tipo de elección. Nuestro voto debe ser constante y la abstención en nuestras filas no puede ser permitida ni excusada con estándares estadísticos.
Invoco de nuevo la frase del Comandante: "Sopla tiempo que tengo tempestades para maniobrarte". Vienen nuevos tiempos de lucha, seamos tempestad de conciencia. ¡Recarguen y de frente a la batalla!
pladel@cantv.net