El día que Chávez se vuelva “decente” nos jodimos

Yo no quiero para mi país, más nunca un Presidente “decente” como cuantos hemos tenidos en nuestra triste y acomplejada historia. No queremos un Presidente como Páez que se le puso en cuatro manos al servicio de la oligarquía; se perfumaba en exceso y vestía de paño fino y se buscó una amante de buen ver, y dejó de lado a su mujer Dominga Ortiz porque era muy humilde para empatarse con aquella “bella” Barbarita Nieves. Ni mucho menos aquel afectado Carlos Soublette que para pedir silencio hacía sonar una campanita. Tampoco afrancesado como Antonio Guzmán Blanco cuya máxima aspiración era casar a sus hijas con duques y marqueses.

No queremos un Presidente florido en palabras de buen tono, que cargue un pañuelito fino para pasárselo por la frente; que lo acompañen con una sombrilla, que no tenga el coraje, como lo hizo el nuestro, de coger un pito y mandar al diablo a los gerentes criminales de PDVSA. Yo no quiero un Presidente con la educación formal de un Rafael Caldera, por ejemplo, que para decir hay que echarle bolas, farfullaba delicadísimo: “echémosle pichón”. Eso fue lo más grande que dijo en toda su vida; cultivado en la melosa hipocresía de los jesuitas. Mucho menos un Presidente como Rómulo Betancourt, que por dársela de fashionable, cogió el feo defecto de andar criando perritos de lujo, al estilo gringo. Esto se lo copio de presidentes como F. D. Roosevelt y Richard Nixon.

No queremos por presidente a alguien que tenga a su esposa entregada a juegos de canasta, de reunión en reunión con intelectuales beodos y jalabolas, y con emperifolladas damas de la high society. No queremos a un presidente al que se le anden haciendo arrocitos sorpresas, que lo gobierne una barragana, que lo enrede la banca, que lo maree y estafe Fedecámaras y cuya política exterior sea calco de lo que ordene el Departamento de Estado.

No queremos un presidente de fina dicción y de palabritas melosamente falsas, que en lugar de llamarle a un niño, carajito o carajita diga, “niñito bello” o “nenita preciosa”. Que si alguien pone una plasta salga y diga: “Ay, pusieron la torta”. Que si otro presidente de otro país, le ofende porque él sin rodeos ni tapujo está decidido a defender nuestra soberanía, le responda con contundencia, con valor y dignidad. A fin de cuentas la historia acaba confirmando todo lo que con genuina y contundente entereza se sostiene con autoridad en su debido momento. Bush pervivirá con su hediondez a azufre. Fox será cachorro hasta mucho más allá de su muerte. Alan García bandido y lacayo de alto pelaje y nadie le rebajará un pelo ese copete. Uribe se quedará cobarde, mentiroso y traidor para siempre. Oscar Arias como el pelele de Washington igual que su par, el fallecido ex presidente José Figueres. José María Aznar con su chapa de fascista en la frente, Menen con su aureola de gandul y de ladrón. Lucio Gutiérrez como el más lambucio del Sur. Qué buena colección de lacayos Dios mío ha parido y sigue pariendo esta América.

Y eso que no ha mandado al carajo a la Bachelet porque a las damas ni con el pétalo… pero se lo merece por boba.

¿Dónde en el 2013 encontraremos a otro Presidente así? No lo vemos todavía en el horizonte del actual PSUV. No lo vemos entre los militares. ¿Estará entre los estudiantes bolivarianos? Ojalá que si está naciendo ese ser supremo, que lo dejemos formándose en la adversidad. Que ojalá no vaya a recibir mucha protección ni ayuda de Miraflores porque lo acojonan y le anulan o le reducen las condiciones silvestres de la indecencia que puedan tener. Ojalá no le vayan a dar una beca para que se vaya a dedicar a vivir de la divagación. Ojalá no lo paseen muchos por buenos aviones y hoteles cinco estrellas, y comience a ver la miseria y el dolor desde los bellos cristales del poder. Ojalá no lo habitúen a comer de lo fino y de lo caro, y le dañen las tripas y el corazón. Lo protocolicen hasta la ridiculez. Que no le suavicen en exceso las gónadas con elogios y alabanzas. ¿Dónde estará formándose ese líder que deberá asumir los grandes compromisos con la patria grande de América y que deba suceder a Chávez?

Tiene que ser un líder jodido y de recio carácter, que le continúe cantando las verdades al mundo, y sosteniendo una guerra sin cuartel contra el imperio norteamericano. Un revolucionario socialista hasta más allá de los calcañales. Un hombre sin medias tintas. Un hombre genuinamente amante de los pobres, de los miserables, de los desdentados. Un HOMBRE, coño, un HOMBRE.

jrodriula.ve


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José Sant Roz

Director de Ensartaos.com.ve. Profesor de matemáticas en la Universidad de Los Andes (ULA). autor de más de veinte libros sobre política e historia.

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