El análisis y la acción después del 2-D debe motivarnos a tomar el barrio como escuela del Socialismo

Por ahora la burocracia pudo más. Desde el corazón lo digo, fueron la burocracia, la derecha endógena, la boliburguesía, la flojera y la falta de compromiso de muchos de nosotros lo que atentó contra el Sí. Esas son las causas, no solo de que ganara el no, pero sí de que esta vez perdiera el pueblo, los afro descendientes, los creadores y artistas, los trabajadores no dependientes, los trabajadores formales y las millones de familias que esperaban la inembargabilidad de su vivienda como derecho consagrado.

Y digo que no son responsables de la pírrica victoria del no, porque sencillamente también es gallardo reconocer que existe una oposición, solo haciéndolo podemos enfrentarla como Dios manda. Ya basta de tratar de ridiculizar a la oposición. Está allí, convivimos con ella, somos mayoría, pero ellos existen, no se trata solo de “cabeza e´motor”, Ismael y cuatro traidores más, no señor; existen, tienen poder, tienen dinero y tienen un plan. Mosca con el simplismo político de creer que solo existimos los rojo, rojitos.

Pero además en ese cuadro, debemos revisar, contar y trazar las estrategias, necesarias contra la oposición interna. Esos mismos que desde algunas alcaldías que se dicen bolivarianas trabajaron por el No. Esos mismos alcaldes, concejales y diputados que están aterrados con la explosión del poder popular, hicieron lo posible y lo imposible o, simplemente no hicieron nada a favor del SI, temerosos como estaban de que ese poder de la gente adquiriera gracias a la Reforma, rango constitucional lo que a la larga iba a representar el reemplazo y la renovación de liderazgos, entre otros significativos cambios.

No se trata como dice el presidente de que se le pasó factura a alcaldes o gobernadores malos, eso sería simple. Se trata eso sí de que algunos de esos alcaldes y gobernadores no asumieron el compromiso, no entendieron la reforma, les asustaba el tema de la propiedad privada porque tocaba sus ansías capitalistas, se entrometía en sus “proyectos” y simplemente no hicieron nada por el SI, no hicieron nada por informar a la gente o por combatir la campaña mediática de la oposición que fue sistemática, sostenida y certera porque fue a los mercados, a la mesa de los venezolanos con la escasez de la leche, fue a los hogares asustando a todos con falsedades diabólicas como la amenaza de que les iban a quitar a sus hijos. Hubo gente que lo creyó, me consta. Cuántas veces tuve que desmentirlo ante un taxista, un buhonero e incluso ante muchos de franelas rojas que se dejaron envolver con ese y otros cuentos perversos de la oposición.

Los burócratas tampoco pudieron calarse una Reforma como esa. Dios, era mucho lo que perdían. La consagración de las misiones y la desburocratización es mucho para ellos. Los burócratas siguen sentados detrás de su escritorio, en oficinas con aire acondicionado, discurseando sobre un socialismo que no practican. ¡¡¡Alguien que los saque a la calle por favor!!!, quizá así se enamoren y se hagan solidarios con un pueblo hermoso, noble y necesitado que tiene sus esperanzas cifradas en Chávez, en la Revolución y que sabe que su futuro debe ser socialista.

Chávez no estás solo. Te percibo solo en el pesar. No lo pienses así, millones estamos contigo, millones caminamos hoy con este dolor clavado en el pecho, al ver al imperio acechándonos, a la oposición venezolana abriéndole camino y a algunos compatriotas incapaces de asumir el tan necesario análisis sobre este comportamiento electoral que está gritando cosas aún por interpretar.

Junto al análisis: la acción. A la calle…la calle y el barrio son la escuela del socialismo. Vamos todos, sin descanso, sin desmayo, sin poses, con dignidad y con el mayor desprendimiento.

natachainatti@gmailcom


Esta nota ha sido leída aproximadamente 1966 veces.



Natacha Inatti


Visite el perfil de Natacha Inatti para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter



Natacha Inatti

Natacha Inatti

Más artículos de este autor


Notas relacionadas