“Maldito el soldado que dispare contra su propio pueblo”
Simón
Bolívar
“¡Trimaldito el soldado del ejército, guardia nacional o sicario que dispare, agreda, insulte, golpee a un indio, ancestro de sus propios ancestros, trimaldito!”
Quien
esto firma, un maracucho cualquiera
Con el perdón de los lectores pero no es otro el sentimiento que produce la cobardía de los ilustres miembros de nuestras Fuerzas Armadas Nacionales acantonadas en la frontera que existe entre la sociedad criolla y el pueblo Yukpa de la Sierra de Perijá en nuestro país, armados para defender los intereses de la patria, para proteger el proyecto de transformación social que lidera el comandante Chávez, usan esas armas para someter y atemorizar a ciudadanos solidarios con las causas de los más débiles, traicionando a su propio comandante en jefe, traicionando los intereses de su propia estirpe, Quién los comanda? Qué intereses defienden? Los del capital? Los del capitalismo que ve en riesgo que las verdades históricas reclamen los espacios y los sitiales que le corresponden a los sobrevivientes de cinco siglos de guerras contra la conquista y colonización que desde Europa se impuso y que ahora el imperio yanqui impone?
Ana Karina Rote Amucon Papororo Itoto Nanto!! es un grito Karibe, Caribe es el pueblo Yukpa también, a la llegada de la espada a las tierras del Lago de Maracaibo este pueblo habitaba en sus orillas, pueblo en plena expansión de sus dominios culturales y territoriales comienza desde entonces a enfrentar el baño de sangre que la conquista española impuso sobre este territorio. Se repliegan, huyen y esconden en las sabanas del interior donde logran establecer sus comunidades por un lapso de doscientos años, es recién en 1722 que se funda la Villa del Rosario de Perijá, avanzada sobre el territorio indígena, un siglo después comienza la fundación de Machiques de Perijá, y desde entonces a sangre, fuego, veneno, engaño y trampas comienza la conquista y colonización de los territorios Yukpa para la fundación de haciendas ganaderas.
Nadie existe en este continente hoy llamado América, nadie en este país, mucho menos alguien dueño de haciendas en el piedemonte de la Sierra de Perijá que pueda mostrar un título de propiedad de tierras que tenga más de quinientos años de existencia, mientras que nuestros indios Yukpa en sus genes conservan el testimonio vivo de más de veinte mil años de poblamiento de este continente, o más si es preciso, diez mil años sobre territorio venezolano, cinco mil años sobre territorio zuliano. Quinientos años de guerra por la diferencia, por el derecho a amar a la naturaleza, por el querer un destino diferente a la esclavitud que el capital impone a nuestras sociedades occidentales. Ignorante el soldado, ignorante sus superiores si ordenan agredir a estos hombres y mujeres. Es más, cobardes.
Ya quisiéramos encontrarnos con estos mismos militares en los senderos del Parque Nacional Sierra de Perijá, nuestra frontera con Colombia se encuentra totalmente desprotegida, no hay un solo militar que preste apoyo a la población que por allí transita, sea indígena, venezolano o colombiano. Durante muchos años dijeron “indígenas defensores de nuestras fronteras”, pues ahora lo sé, por cobardes no son capaces de encaramarse en esas montañas y establecer sus rutinas de selva en contacto con la naturaleza, pues ellos mismos han mounstrificado al indio al punto de no sentirlo su hermano, por lo tanto son incapaces de aprehender de ellos los rudimentos mínimos para sobrevivir en esos paisajes. Que fácil es establecer la frontera en el piedemonte de la Sierra de Perijá bajo la protección de los dueños de las haciendas, de sus cuerpos de vigilancia y sus sicarios contratados. Así es fácil hacer de guarda fronteras, dejando a sus espaldas una inmensidad de patria a merced de lo que pueda suceder, total eso es tierra de nadie. Irresponsables.
Hasta los años cincuenta del siglo pasado no existieron los Yukpas, ni los Barí, ni los Japrerias, solo habían Motilones en Perijá, ellos no eran gente para la sociedad criolla incapaz de ver la diferencia, reconocerla y respetarla, y con el afán de someter a la naturaleza estos dueños de haciendas, sus padres, sus abuelos, o los abuelos de quienes les vendieron a ellos, se encargaron de matar, asesinar, envenenar, espantar, correr o pagar a especialistas para que se ocuparan de limpiar de los salvajes motilones a las tierras que serían luego sus propiedades.
Argumentan que de esas unidades productivas sale la leche, el queso y la carne que nuestros niños, niñas, mujeres embarazadas, ancianos y ancianas, nuestro pueblo pues, consume para alimentarse. Ese es uno de los pocos aportes alimentarios de Europa a nuestro continente, ya sabemos que es mucha la tierra que se necesita para alimentar a una sola vaca, que es mucho más la tierra que se necesita para alimentar a un solo caballo. Mientras que el conuco indio mató el hambre de Europa y buena parte del resto del mundo: maíz, papa, auyama, yuca, tomate, ñame, ocumo, batatas, ajíes, cacao, amaranto, quinua, mani, guayaba, lechoza, entre otros frutos. El conuco, ese gran laboratorio agrícola, permitió a nuestros pueblos originarios resolver los problemas alimentarios que nuestra agroindustria apenas intenta aplacar. Imposible para la lógica del capital satisfacer las necesidades de alimentación de un pueblo sin atentar contra los valores de la oferta y la demanda.
Guardias Nacionales y soldados del Ejército de la República Bolivariana de Venezuela maldiciendo vientres indios, pues que mueran de hambre, es su condena, no en vano han sido formados por los esbirros del imperio y entrenados en las diferentes dictaduras y democracias representativas que han desangrado a nuestra patria y aún desangran a nuestra América. Quién puede impedir el sentimiento de solidaridad que los pueblos sabios del Zulia inspiran? Es acaso el problema de la demarcación del hábitat del pueblo Yukpa un problema de ellos solamente? se equivoca quien así piense. No están solos los Yukpa, no están aislados, como tampoco son insensibles los jóvenes, investigadores, comunicadores, y contestatarios en general que conocen las penalidades de la vida de estos pueblos. Por qué impedir el acceso de alimentos, medicinas, arte, entretenimiento y encuentro de culturas a un pueblo en guerra permanente por su sobrevivencia? Qué les hemos dado a los Yukpa como para exigirles sumisión a cambio? Pues nada, nada, absolutamente nada, esta revolución asumió la deuda social de la República con este pueblo. Asignar un territorio al piedemonte de la Sierra de Perijá es apenas el primer paso para disminuir la distancia que nos separa.
Nadie piense que el pueblo Yukpa es un pueblo homogéneo, o que cualquier otro pueblo indígena es homogéneo, nada más alejado de la realidad. En el caso Yukpa, son varias las subtribus o parcialidades, cada una ocupa una cuenca hidrográfica de la Sierra de Perijá: Aroy, Apón, Tukuko, Atapsi, Yaza. Lugares estos donde se escondieron y protegieron del exterminio criollo que desde Machiques, hasta la década de 1950 o más acá, se impulsaba. Infantes con sus cabezas estrelladas contra las piedras, o esclavizados sobrevivientes en casas de familias criollas, horrores y espantos que aún sobreviven en los rostros y en las voces de los sobrevivientes. Muerte hasta hoy, no más. Recordamos la masacre de Kasmera, tarea que tuvo que enfrentar la primera gobernadora socialista que tuvo el Estado Zulia, la Dra. Lolita Aniyar de Castro, causalmente la misma comunidad que está en pie de guerra por sus tierras, casualmente otros soldados dispararon sobre cuerpos indios obedeciendo pretensiones ganaderas.
Los Yukpa Pariríes de la cuenca del Río Yaza andan con sus familias deambulando por la ciudad de Maracaibo, sobreviviendo gracias a la mendicidad que en sus calles practican. Pues que sepan los Alcaldes de Maracaibo y el Gobernador del Estado Zulia, que los Yukpa tienen derechos a territorio también en esta ciudad, recuerden Karibe, pueblo Caribe habitante de orillas del Lago de Maracaibo, nosotros somos los usurpadores de sus tierras, estamos en deuda con su sociedad. Varias veces se invirtió dineros públicos para recoger a todos los Yukpa Pariríes y devolverlos a la Sierra de Perijá para allí encontrarse de nuevo entre las laderas de las montañas y las haciendas ganaderas impidiendo su libre tránsito. Ya basta, esas tierras son Yukpa y a ellos les corresponde su atención, a más nadie. Basta de paños calientes administrados por Ministerios con caciques asalariados y Ministros temerosos de tropezar con verdades mal administradas por subalternos. Consulta, participación y protagonismo en las soluciones de raíz que el pueblo Yukpa impone, un solo anciano muerto por una salvaje golpiza de sicarios bien pagados justifica la compensación que el Estado socialista pueda hacer al pagar bienhechurías y activos a los capitalistas de campo perijanero.
Indios esclavizando a sus hermanos o vendiendo a su madre hemos visto y tienen su lugar en la memoria, también a emisarios gubernamentales pidiendo protección en los fuertes militares para acercarse al conflicto desde refugio seguro para allí oír, ver, decir y más nada, no sabemos qué verdad, periódicos del negocio de la información pescando en río revuelto para sembrar cizaña y más desinformación, tergiversación y mentiras. Contra todo esto solidaridad orgánica, la frente en alto, manos limpias, pulso preciso y mirada al sol que nadie puede ni podrá ocultar, él, gran padre constante vuelve a calentar nuestras vidas luego de cada noche fría y oscura, seguros estamos del sol, de nada y de nadie más.
Yukpa somos!!!