Como me gustaría, “Justiciero” (primero, lo primero) verte frente al General Müller para ver hasta donde te llega lo igualado. Estoy seguro que cualquier consecuencia orgánica indeseada, no sería por la risa.
No es para nada extraño este tipo de arengas desproporcionadas en un momento comicial, donde el desespero irracional cunde entre quienes solo tienen por instinto dividir. Divisionismo salvaje, pues.
Sabiendo que el Vicepresidente de nuestro partido, ha sido capaz de luchar sin tregua y eficientemente contra el “nido de alacranes” y que goza de un pensamiento claro, doy por descontado que reirá ante tus dudas.
Es fácil detectar la ¿estrategia? de inducir a una matriz de opinión partiendo de algunas verdades, que estíticamente tratas de generalizar. El proceso de cambios profundos que vivimos está por darle uno de los golpes más contundentes a la apátrida, atrabiliaria, descocada y mafiosa dirigencia opositora, a despecho de cagatintas y pitiyanquis que como sucedáneo ideológico, acuden a raspar el “sobrado” en las ollas mediáticas.
El candidato del PSUV que no se adapte a los lineamientos de transferencia de poder al Pueblo, quién siendo elegido por vía electoral para un cargo de representación popular y no se avoque a la consolidación de las comunas, sabe que sus días dentro del partido están contados. Se trata, Panchito, de lineamientos de carácter estratégico para la construcción del Socialismo, cuyos elementos de acción son primordialmente comunitarios e imbuidos de la solidaridad que tiene aroma de café recién colado.
Solo para ilustrarte con un hermoso ejemplo, Panchito: Con las intensas lluvias ocurridas en estos días, el bravo Pueblo ha salido a las calles a ayudar a restablecer la circulación vehicular, a rescatar a los vecinos, a ofrecerles refugio, junto a las autoridades nacionales y regionales. Fue pura solidaridad, amor, compromiso y lealtad. La otra cara de la moneda; un alcalde papanatas con aspiraciones a gobernador, que solo atinó a hablar paja en los medios. Dios los crían y las coincidencias los delatan.
Se trata en todo caso, de una versión en positivo del nuevo ciudadano que debe ser el producto de una dialéctica profundamente ética y moral, vigorizada por el poder creativo de la gente, por las raíces y tradiciones los abuelos, por la audacia e irreverencia de los estudiantes de verdad, por la imaginación de los papagayos satelitales de los muchachos que miran al cielo buscando telecomunicarse con el Padre de la Patria, por el tesón inagotable de las mujeres para parir esperanzas y logros. Son todos un Pueblo de luz que espanta las sombras.
Se trata, Panchito, de cosas que a nosotros nos hace sonreír porque sabemos que estamos venciendo y que a otros mueve a carcajearse impúdicamente, porque jamás podrán entender eso, ni el espíritu joven de un hombre que con ochenta combates en su haber, va a la vanguardia de los cambios.
Plácido R. Delgado. v-8.620.247.