Sin duda, que siguen muchos análisis acerca de los resultados
arrojados en las elecciones de hace ya cinco días, hay múltiples
lecturas, múltiples análisis, múltiples ópticas, múltiples criterios, y
de alguna manera, se descuida acerca de la nueva fase y los nuevos
retos que nos depara el proyecto revolucionario para el año 2009.
En primer lugar, sin negar que el oposicionismo, que la extrema
derecha logró el control del centro del país, de zonas sumamente
estratégicas, que sin llamarnos a engaño, no hay señales que nos
permitan hacer esperar que estos empecinados enemigos de nuestra
revolución bolivariana, al servicio de la oligarquía y de los intereses
imperiales, hayan renunciado a sus planes de asaltar Miraflores y
restaurar el gobierno de la vieja política.
Pero sería mezquino considerar que este centro representa la
mayoría del pueblo venezolano. Sin duda que allí habitan muchas
personas, que se concentra la mayor cantidad de población, más no es la
mayoría nacional, esa mayoría que voto a favor de Hugo Chávez y de un
proyecto socialista, aunque como lo señala el compatriota Antonio
Aponte no solamente debemos quedarnos con el análisis cuantitativo,
sino que debemos hacer análisis cualitativos.
Pero aún así, por donde se le quiera mirar, el triunfo de la
Revolución es innegable, no sólo por los casi 5.5 millones de
compatriotas que votaron por la Revolución, y que de sumar el resto de
los votos de la izquierda, fácilmente llegaríamos a los 6 millones, lo
que refleja la recuperación, cuantitativamente hablando, de la
tendencia de los otros once procesos electorales. Por otra parte, aún
cuando sabemos que los personeros de la oposición que ganaron esos
espacios en este proceso comicial, y el reconocimiento de su victoria
por parte de nuestro Presidente Chávez, echa por tierra las tesis del
autoritarismo de Chávez, y eso tenemos que anotarlo como una victoria,
en lo cualitativo, a la Revolución Bolivariana y a Hugo Chávez también.
Ahora, sin duda que el triunfo de estos señores en esa zona,
constiuyen unas amenazas a nuestro proceso que no podemos menospreciar
ni desdeñar. Pero a su vez, constituyen elementos que si los sabemos
aprovechar, pueden contribuir a la profundización y a la
readicalización si se quiere, del Proceso Revolucionario en esas zonas.
Por aquello de que a veces los procesos revolucionarios requieren del
látigo de la contrarrevolución para avanzar.
También, y como ha sido la propuesta de este humilde servidor y de
los compatriotas de "Marea Socialista", del compatriota Stalin Pérez
Borges, con quien me gustaría conversar, estamos en la oportunidad de
que en el año 2009 debatir el tema de la reelección continua del
Presidente de la República, y que el elemento más adecuado tiene que
ver con enmendar el artículo 230 de nuestra Constitución. Sin embargo,
antes de llegar a ese debate y hacer esa propuesta, necesario es hacer
estas consideraciones.
La oposición representa hoy y ayer la vieja política que fracasó
en dar a Venezuela soluciones a los graves problemas que confrontaba su
población: exclusión de las capas pobres y trabajadoras, problemas de
salud, educación, vivienda, seguridad, salarios, alimentación, además
de la persistente destrucción de los valores culturales y morales, la
dependencia económica y la exhaustiva explotación de sus riquezas
naturales, el despilfarro de los recursos, la extendida corrupción en
la administración pública, el acaparamiento del producto del trabajo
por una minoría privilegiada y la imposición al país del dictado
neocolonial del Gobierno de los Estados Unidos.
Tal era la esencia de esa vieja política, práctica y doctrina de
los partidos AD y COPEI y de su ávida burocracia y clientela política.
Si esa política logró ganar por una ínfima ventaja en Zulia, Carabobo,
Táchira, Miranda y Nueva Esparta es por viejos prejuicios
anticomunistas y contrarrevolucionarios que aún mantienen su arraigo en
capas de la población, especialmente en sectores de las capas medias
que no han sido ganadas por el proceso revolucionario.
Pero contra esa vieja política se pronunció la mayoría del pueblo
venezolano este 23 de noviembre. No hay marcha atrás. Más que el
triunfo de candidatos a gobernadores y gobernadoras, alcaldes y
alcaldesas, y diputados y diputadas a los parlamentos regionales, ganó
un mensaje, un proyecto nacional cuyo objetivo es sepultar para siempre
la Cuarta República a fin de poder refundar una Nación con vocación de
grandeza.
La mayoría del pueblo votó por Venezuela, votó por su presente y futuro.
Y es por eso que el proceso entra en una etapa de consolidación
bien importante, ya estamos superando la etapa de toma e instalación en
el poder, ahora debemos consolidarnos y mantenernos.
Es por eso que es vital y capital que el PSUV asuma en primer
lugar la conformación de las Escuelas de Formación de Cuadros, ya que
ante esta batalla ideológica y cultural que estamos dando bajo la
espiritualidad y superestructuras capitalistas y oligarcas, nos ayuden
a resistir, y en consecuencia, avanzar en el proyecto revolucionario.
Sin duda esto será mucho más importante que la apertura de un
nuevo proceso de inscripción de militantes, si tenemos la gente, más la
misma no cuenta con la formación sociopolítica revolucionaria y
socialista, se corre el riesgo de que el sistema capitalista pueda ser
restaurado en nuestra Patria.
Es importante que los gobernadores y gobernadoras, alcaldes y
alcaldesas y diputados y diputadas del PSUV, sin descuidar el aspecto
de la vivienda, de la infraestructura, de los servicios, de la
respuesta a las necesidades más urgentes y sentidas del pueblo, se
dediquen a esa formación, en como lo señala el amigo Antonio Aponte en
su columna "Un grano de Maíz": "avanzar en la creación de la conciencia
del deber social, ampliar la zona de propiedad social de los medios de
producción", será lo que en definitiva marque si sus gestiones son
auténticamente socialistas, o si por el contrario, son reformistas, con
el consecuente riesgo de restauración del capitalismo.
El Socialismo siempre será más eficaz porque tiene como centro al
ser humano y no a la ganancia, a la plusvalía como lo señalaba Carlos
Marx, los oligarcas no son democráticos, y que la única democracia
verdadera es la democracia socialista.
Teniendo claro todo esto, es que se podrá debatir acerca del tema
de la reelección presidencial continua, y en consecuencia, decidir cual
será el medio más adecuado para implementarla, si a través de una
enmienda, si a través de una reforma constitucional por iniciativa
popular, o si a través de una Asamblea Nacional Constituyente.
Por el contrario, las destempladas declaraciones de algunos
voceros de la oposición, los desmanes provocados por grupos extremistas
en las puertas de las juntas electorales de Barinas, Maracay y otras
ciudades, y la obstinada negativa de la oposición a reconocer la
imparcialidad y transparecia del Consejo Nacional Electoral, son
indicios evidentes de que continúan sus planes de violencia contra la
institucionalidad democrática y las conquistas revolucionarias.
Esta oposición altanera y subversiva ha tomado desde hace años dos
caminos muy peligrosos: el viejo procedimiento del golpe de estado al
estilo del brutal zarpazo del 11 de abril de 2002, derrotado
valientemente por el bravo pueblo y su Fuerza Armada; y el más
reciente, copiado del este de Europa y no menos artero, de intentar
ganar la calle, crear un clima de ingobernabilidad y desconocer la
autoridad del Jefe del Estado.
Por cualquiera de los dos, se trata de un atentado a la paz, a la
democracia y al orden constitucional que obliga al Gobierno
Bolivariano, al pueblo y a la Fuerza Armada a mantenerse alerta en
resguardo de los intereses venezolanos.
Lo evidente es que la oposición extremista pretende usar las
posiciones ganadas por pequeñas diferencias de votos para acentuar los
planes contra el Proyecto Nacional Simón Bolívar que conduce el
Presidente Chávez.
Sin duda que estamos a las puertas de un nuevo período de agudización de la lucha de clases por el poder.
El Gobierno Revolucionario, el PSUV, la Fuerza Armada
Revolucionaria y Bolivariana y todo nuestro pueblo deben prepararse
ideológica, política y moralmente para enfrentar este período y vencer.
Patria Socialista o Muerte!!!
Estamos Venciendo!!!