Está recién colocado en debate el proyecto de enmienda al artículo 230 de la Constitución venezolana, el cual no esperó para tener posiciones encontradas de quienes están a favor y quienes están en contra.
La propuesta es clara: eliminar la restricción de la reelección que actualmente es para un único período consecutivo.
De esta manera, quien se encuentre en el cargo de Presidente de la República, tendría derecho a postularse al final de cada período y dejando en manos de los venezolanos su posibilidad de ejercer por un nuevo período, hasta que, mediante el voto, se le diga lo contrario eligiendo a otro candidato.
Hay que resaltar que, como ya se señaló, este derecho a seguirse postulando, sólo se le otorgaría a la figura del Presidente, quedando por fuera la posibilidad de reelección por más de un período continuo para cualquier otro cargo de elección popular.
Lo que es bueno para el pavo es bueno para la pava
Más allá de discutir si Chávez es o no indispensable para el proceso político que vive el país desde hace una década, o si el proyecto de enmienda es un capricho o una necesidad -que para eso ya están los medios de comunicación y los voceros de uno y otro lado-, hay que enfocar el análisis en el alcance que tendría este cambio al artículo en mención.
Ciertamente, es darle el derecho a los electores a decidir quién ejercerá sin limitante alguna de número de períodos consecutivos, existiendo únicamente las mínimas requeridas en la carta magna, pero ¿por qué debe limitarse esta propuesta a la figura presidencial? ¿es que acaso los estados y municipios no tienen derecho a continuar con un proyecto local o regional, si así fuese expresado mediante el voto por sus habitantes?
Si de verdad se quiere fortalecer el poder popular este derecho se debería llevar también a instancias regionales y locales, es decir, derecho a la postulación contínua y por ende, de así quererlo el pueblo, el derecho a reelegir a los gobernantes estadales y municipales, de merecerlo, sin limitante de período. Porque el punto donde verdaderamente se articulan las políticas de las instituciones con la actividad de las comunidades es en cada estado y municipio de nuestro país. Son los gobernadores y alcaldes los que tienen el contacto y trabajo directo con las comunidades y sus mecanismos de organización, ya sean los consejos comunales, mesas técnicas, organizaciones independientes, entre muchos otros.
Esto sería dar verdadera fortaleza al poder popular porque es su influencia directa sobre la permanencia de un proyecto que vaya en beneficio de las propias comunidades y su entorno.
La reelección no puede ser estrictamente presidencial, debe ser un derecho de las comunidades a que puedan reelegir, hasta que lo crean conveniente, a todos sus representantes en cargos de elección popular.
Si se quiere otorgar el derecho a reelegir al Presidente sin limitante en beneficio del poder popular, entonces que se otorgue el derecho a reelegir a Gobernadores y Alcaldes para que pueda darse continuidad en el tiempo a todo proyecto, en beneficio de las comunidades, que lleve consigo el contacto y trabajo directo con el pueblo.