Hermano colombiano, permite que se te dedique con cariño estas breves líneas. Te las escribe de todo corazón alguien que, como tú aunque por otros motivos, ha llegado a esta tierra de gracia como un emigrante más.
Viniste hace dos, u ocho, o hace 40 años, en busca de paz y futuro. A menudo huías frente a la miseria, al avance y las amenazas de la guerrilla, o más a menudo, de los paracos y de sus violentísimas tácticas de guerra. Tuviste que abandonar a juro tu pedazo de tierra, fecundada por la vida de tus ancestros y el sudor de tu frente honrada. Temías que te fueran a quitar la vida si te hubieras quedado, pues ¿quién te iba a proteger frente a la violencia que destruía tu porvenir y el de tus hijos?
Y viniste a esta tierra hermana. Pasaste la frontera legal o ilegalmente, pero en ambos casos, aquí te respetaron y te cobijaron. Encontraste aquí, sin discriminación, cuidados de salud de parte de los médicos cubanos, educación para tus hijos de parte de maestros venezolanos y productos de alimentación en los Pdval nacionales. ¿Lo sabías? Tú y tus hermanos nacionales son ¡casi 5 millones en Venezuela! ¿Te has puesto a pensar en la tremenda responsabilidad de las autoridades de tu país frente a una situación de exclusión que, de por sí, pone en claro su indiferencia por hacerte sujeto digno de justicia?
Los libros especializados dicen que cuando una población determinada (en ese caso, la venezolana) recibe más de 7% en inmigración foránea, tiene la impresión de una invasión y se levantan voces de hostilidad, "xenofobia" la llaman, contra los nuevos llegados. Sin embargo, tú y tus hermanos representan aquí no 7%, sino el doble, un increíble 15% de presencia extranjera. ¡Es como si Colombia tuviera que recibir la bicoca de 6 a 7 millones de venezolanos que huyen supuestamente de Chávez! En cualquier otro país de Europa o en EEUU, con esas cifras serías recibido a pedradas y pronto expulsado.
Hermano colombiano, dos cosas te quisiera pedir. Una: no permitas que otros compatriotas tuyos organicen sistemáticamente en Venezuela la violencia mortal que te hizo huir. Y dos: ¡ayuda a que todos respeten esta tierra hospitalaria!
Sacerdote de Petare