Bastó un lustro para saber la catadura del Alcalde Edgardo Parra, una ciudad abandonada, toninas muertas o con opción de “intercambio” con Corea, una Plaza Bolívar desecha, el nepotismo en cada acto y cada esquina, tauromaquia como acto sangriento y perverso.
No fue mucho y ya la profesora Roraima había advertido de quien era este sujeto, la lucha en silencio de muchos y la acción de otros muchos que de vez en cuando no asumieron la consigna de guardar silencio, fueron años tristes y oscuros y cada segundo que pasaba se sentía que la ciudad marchaba hacia el KAOS y la desidia.
En Valencia la de Venezuela ni un solo nuevo teatro de uso público, ni tampoco una propuesta novedosa para el problema de la basura. Nada las veces que Parra deseaba salir en público como el caso del Estadio José Bernardo Pérez era abucheado por la multitud era como un rey momo si gracia y sin salero un alcalde descafeinado y bastante turbio en el hacer diario.
Al fin se salió del tipo no me atrevo a decir si fue o no un pillo pero de que fue incapaz eso ni dudarlo. Nada más lejos de los que pensamos que podíamos hacer de la ciudad de Valencia una ciudad vivible. Nunca el sur estuvo tan maltratado, nunca el sur se vio tan sufrido y desvalido.
Creo que la acción de enfrentar la corrupción no solo con golpes espectaculares es necesaria, debe ser investigado él y todo un equipo que lo acompaño en su gestión o “indigestión municipal” que se diga, informe y se transparente que ocurre. Que no se le dé trato preferencial a nadie y que las acciones no vayan a terminar en fianza o algo parecido.
La vida de los hombres públicos tiene que ser ejemplo para el ajeno y el que tuvo como encomienda hacer de una ciudad un espacio amable, solidario, revolucionario, democrático la transformo y no fue la metamorfosis para que apareciera una bella mariposa, fue una metástasis administrativa que todo contamino e intento destruir.
De ser cierto lo que señala acerca de Parra, la vida nos estaría dando una lección de que no basta con llenarse la boca de consignas que incendien corazones para hacer un trabajo que se recordado por propios y extraños. Parra hizo lo posible para ser recordado como sinónimo de ineficacia, opacidad y poca gentileza con la ciudad y la ciudadanía que puso en sus manos la responsabilidad de dirigir sus destinos.
Del hijo “Edgardito” al parecer “no se sabe dónde anda” aunque anda y si algo le vienen dando a Parra es un tratamiento algo mejor que lo cotidiano, baja sin esposas, habla sin cesar, su hijo lo visita. Algo que no es muy común y que indica que inclusive ante la ley hay distinciones.
Por ahora estoy escuchando las cosas de Miguel Flores que es el candidato en que se fincan muchas esperanzas, el papel del Alcalde sustituto será transparentar, sacar conclusiones de problemas que vive la ciudad, entregarle al que gane la elección una radiografía de lo que la ciudad.
Edgardo Parra no lo hizo mal, simplemente no hizo nada. Creo que ya se acabaron las disculpas y también los antidepresivos, la batalla continua pero un pillo no debería dirigir tropas.
De verdad y de la manera más sencilla espero que estos meses en que Alexis López estará como Alcalde de la ciudad le de luces a lo que venga. Luces Alexis. El desafío es enorme y la ciudad y la ciudadanía te miran con esperanza, que esta no se pierda es tu deber…