Este flagelo se ha constituido en uno de los mayores problemas de la economía particularmente en los países cuya renta es prácticamente una sola y dominante sobre el resto de actividades.
Produce un efecto estructural en la economía de difícil solución hasta tanto no se produzca lo que se ha dado por llamar la diversificación económica, que no es otra cosa, que incentivar el aparato productivo para el desarrollo del resto de las actividades económicas, entre ellas la manufactura y el turismo, entre otras.
Cuando hablamos de incentivos, es el puro sentido del servicio del Estado a las empresas para que se dediquen cada una en su rama a originar inversión y de esta manera generen productos finales o intermedios o insumos para otras empresas. Cuando esto no se da no obstante el papel del Estado, estamos hablando de empresas y empresarios acuñados detrás de la fórmula rentística como desafortunadamente ha ocurrido en Venezuela con muy pocas excepciones.
Por supuesto que esta situación ha originado que al no haber producción nacional, se tenga que recurrir a las importaciones de todo aquello que requieran las empresas y el resto de los agentes económicos, de allí que a la economía venezolana se le ha denominado en oportunidades “economía de puertos”, es evidente que no es nada fácil salir de esta situación en tanto y cuanto la empresas venezolana por ende los empresarios se dediquen verdaderamente a lo que deben hacer, que es producir, invertir y reinvertir y no seguir jugando al valor de la divisa extranjera para sacarle frutos al vigente Control de Cambios.
Es inexplicable que a estas alturas del siglo XXI, el país no cuente con empresarios que se dediquen a gerenciar en función de producir para el país, para la población en general, lo que ha trastocado la función productiva y obligado al Estado a convertirse en empresario, lo que luego reclaman con aquello de menos Estado y mas Capital.
Cuando se dice que el empresario venezolano o en Venezuela, es parasitario, no se está diciendo otra cosa, sino lo que dibujan las anteriores afirmaciones. Como salida eventual a esta situación generadora de los niveles de inflación se impone pues, la necesidad de producir, porque independientemente de la subida de precios por causa de los costos, se agrega la costumbre inveterada de ganancia fácil en el corto plazo y recuperación de algún nivel de inversión que realizaron ya sea por vía propia o la asistencia crediticia del Estado. Es indudable que en la actualidad hay eventos extra económicos que atentan contra la buena marcha de la economía, a eso se le ha llamado “la guerra económica”, que ha producido de manera intencional distorsiones importantes en la fijación de precios a modo de una carrera que pareciera interminable, cuyo efecto mas evidente es la generación de niveles de especulación atada a la subida indiscriminada de precios, para lo cual se ha solicitado una Ley Habilitante que permita corregir debilidades en la tipología del delito financiero y económico, de tal manera que la economía tome el camino de la normalidad fuera de la intencionalidad subversiva. Fijense que empezamos por esto, es decir la causa del rentismo en nuestro caso el petrolero y finalizamos en la aptitud y actitud de la gran mayoría de empresarios a la hora de enfrentar los reales retos de un empresario. Hasta tanto esta mentalidad domine la escena económica y no nos dediquemos en conjunto empresarios y Estado a producir unos y a procrear mecanismos de flexibilidad el otro, nunca lograremos revertir la situación.
Independientemente de lo anterior, la política dirigida a construir el poder comunal, debe sostenerse igualmente en la actividad productiva y generar el financiamiento adecuado y la sostenibilidad en el tiempo a partir de la construcción de unidades productivas que poco a poco vayan apropiándose de espacios que la empresa privada conocida, o no atiende efectivamente por diversas causas o no reinvierte produciendo obsolescencia de sus medios de producción. Definitivamente se debe ir reduciendo la dependencia de las importaciones y una manera de hacerlo es incentivando a la creación de unidades productivas de interés social en distintas formas de asociación, ese es el futuro y debemos apostar a que así sea.