De verdad que hay malestar en la población Zuliana por el desabastecimiento producto del contrabando y el acaparamiento. Esto puede generar en cualquier momento una explosión social que la oposición aproveche y la desvié para favorecer sus intereses. Hace semanas el gobierno implemento un grupo de políticas para acabar con el bacahaqueo y el traslado de productos hacia Colombia. No entendemos, si se supone, que la Guardia y el Ejército han redoblado su presencia en la frontera y, se controló el contrabando, por qué persiste el problema de falta de productos con largas colas para adquirirlos. Pero, eso no es todo, el gobierno no ha sido capaz de acabar con las perversiones de las instituciones que debería mejor la calidad de vida. El Gas Comunal solo tiene el nombre pues los niveles especulativos de los distribuidores son impresionantes. Mercal ya no existe en el Zulia y cuando se ve solo grupos clientelares tienen acceso. Cantv ha cerrado casi todas sus oficinas de atención al público y para el pago; por lo que se hacen colas interminables para cualquier trámite, además, de empleados haciendo negocio con la instalación de teléfonos e internet. El SAIME ha desmejorado su atención al público y para obtener una cédula o un pasaporte hay que invertir todo un día en una cola. Los comentarios de los ciudadanos es que hay que hacer cola para todo, hasta para el trámite más sencillo. En Abasto Bicentenario nunca hay nada y no entendemos como en otras partes del país están surtidos. Estamos ya en febrero y no se vislumbra una solución para el problema del ensamblaje e importación de automóviles.
El gobierno tiene que mejorar todas estas deficiencias en el corto plazo pues es lo que espera el ciudadano común, de esto depende la estabilidad y continuidad de la Revolución, ya que los logros sociales e inclusión han sido muchos en estos años. No pueden ser solo soluciones discursivas tienen que palparse en el día a día, los altos funcionarios no pueden seguir con la perorata de que todo está bien y que no hay problemas de abastecimiento, ineficiencia y corrupción hay que enfrentar esto, darle la cara al pueblo y demostrar que si podemos resolverlo desde la Revolución. Eso pasa por sincerar el diálogo con el pueblo, minimizar la derecha endógena, oír a los sectores revolucionarios del país y no solo al reformismo, señalar a los corruptos con nombre y apellido, excluir a los funcionarios ineficientes e ineficaces, sincerar los precios y ajustarlos periódicamente para que la especulación no tenga donde generarse, supervisión honesta de los planes y misiones, fortalecer, reconstituir y multiplicar los medios alternativos y comunitarios que fueron desmantelados o cayeron en manos de los privados.
La REVOLUCIÓN se encuentra en una encrucijada, pero tiene las herramientas y el potencial humano para decidir el mejor camino.
*Docente/investigador. Universidad del Zulia. Licenciatura en Antropología
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