06-05-16.-El diario PANORAMA publicó el 16 de abril de este año un video donde se ilustra el comercio de alimentos y medicinas en Las Pulgas. Los fármacos, que se expendían a cielo abierto desaparecieron de las mesas, pero el bachaqueo de alimentos y otros productos regulados se mantiene igual, sin control alguno.
Jabón en polvo y de tocador, pañales, toallas sanitarias, harina de maíz, arroz, fórmulas lácteas, crema dental, aceite y muchos productos más siguen ofreciéndose a precios exorbitantes que multiplican, incluso, hasta por 250 su valor regulado.
Ayer, 5 de mayo, un equipo de reporteros volvió al mercado y grabó un nuevo video que evidencia una realidad que en el Zulia, llega a 4 años: los productos se ofrecen al precio que solo unos pocos pagan obligados por la imperiosa necesidad.
Lo que se observa en las imágenes no se consigue, por lo regular, en los mercados y supermercados. (Imágenes de Panorama).
Panorama visibiliza lo que todos los parroquianos pueden observar: a simple vista puede verse que los operativos, implementados por las autoridades regionales a raíz de la denuncia de este medio, no han surtido efecto permanente pues la mercancía sigue ofreciéndose libremente y por grandes cantidades.
En el mercado popular Las Pulgas, donde a diario compran decenas de miles de personas, especialmente en los pasillo de los bloques 12 y 13 el necesitado comprador, dispuesto a pagar cualquier precio por un producto que no consigue en el supermercado, puede conseguirlo a cualquier hora del día.
Lo que se observa en las imágenes no se consigue, por lo regular, en los mercados y supermercados.
Si necesita una crema dental familiar de 150 ml. debe cancelar 1.500 bolívares y hasta 1.700, pues los precios varían entre una y otra mesa. Un litro de aceite de comer cuesta 2.000 y 2.200. El kilo de arroz lo ofrecen a 1.200 y el paquete de harina precocida, de la más popular, ya llegó a los 1.200 bolívares. La pasta de jabón Las Llaves, que cuando se consigue en los mercados y supermercados tiene precio de Bs. 7,50, se expende en esos sitios entre 300 y 500 bolívares la unidad.
“Cada día nos lo traen más caro. Nosotros no la podemos bajar de precio”, dijo un vendedor a una señora que pidió rebaja al precio de un kilo de azúcar por el cual le pidieron mil bolívares. Falso, ellos son “bachaqueros” que son surtidos por sus propios familiares encargados de hacer las fraudulentas colas.
Hay que recordar la Gaceta Oficial 40.526, del viernes 24 de octubre de 2014, en la que expresamente se establece que los productos alimenticios, de higiene personal, para la salud, la educación y vivienda, de aluminio, hierro, acero, cartón y papel no podrán ser vendidos a través del comercio informal, ambulante o eventual.
Las imágenes son de hace 20 y 21 días respectivamente.
La especulación, vale decir la venta de productos por precios adulterados o por encima de lo establecido legalmente, es un delito, y quien comete un delito es un delincuente, por lo que hay que sancionarlo según lo establecen las leyes de nuestro país, dado que vivimos en un Estado de Derecho. Ante lo anterior, y lo que vemos a diario en los mercados y supermercados, y por supuesto en los puestos que pululan al aire libre, existe una manifiesta complicidad de los empleados de los puestos de abastecimiento, de los funcionarios responsables de aplicar la ley, con esos delincuentes.
A lo anterior se suman aquellos que aparentemente delinquen a la sombra, como lo son los distribuidores de los productos comestibles, de belleza, de limpieza…, desviando sus lugares de destino. Así, por caso, se ven gandolas que a toda hora, preferiblemente altas horas de la noche y en la madrugada, vacían sus bultos de mercancías en galpones ubicados en los alrededores de la Curva de Molina y en otros sectores de la ciudad, obteniendo ganancias excesivas, iniciando de esa manera una cadena especulativa que termina en las mesas de buhoneros y bachaqueros.
El caso es que las autoridades, regionales y municipales, están al tanto de esta situación. También los funcionarios de la Superintendencia de Precios Justos SUNDDE.
Pues bien, el Estado eroga miles de millones de bolívares al año para pagar los sueldos y salarios de estos funcionarios para que cumplan con su deber aplicando las leyes.
El no actuar aun a sabiendas de lo que ven, comparten y hasta disfrutan, es una manifestación de complicidad. Yo los denuncio como delincuentes por complicidad, incluso, algunos practican el cohecho, porque es sabido que agentes policiales y funcionarios de la GNB, tienen puestos de esta naturaleza a través de personas por mampuesto.
En tanto, el Gobernador del Estado, el Secretario de Seguridad, el Comandante de la Polícía y de la Guardia Nacional, La alcaldesa de Maracaibo, los fiscales de rentas municipales, son delincuentes por complicidad. ¡¡¡ASÍ LO DENUNCIO!!!Y DEMANDO ANTE EL MINISTERIO PÚBLICO SU ACTUACIÓN IPSO FACTO ANTE ESTA NOTITIA CRIMINIS!!!!IGUAL PARA LOS FUNCIONARIOS DE LA SUPERINTENDENCIA DE PRECIOS JUSTOS.
ASÍ CUMPLO CON LO QUE CONSTITUCIONALMENTE ES UN DERECHO DE LOS VENEZOLANOS