Así como el Esequibo es nuestro y Cuba no nos acompaña en esta exigencia y en esta batalla política y jurídica, si y es que el Esequibo es tan nuestro como Guantánamo es de Cuba aunque en ese territorio estén aposentadas tropas de los Estados Unidos en clara violación a toda legislación conocida.
Y claro la historia de las naciones latinoamericanas está llena de baches e ignominias cometidas por propios y extraños, por potencias imperiales, por ejércitos invasores y por ejércitos nacionales que se comportan como un ejército invasor, si leemos o releemos El Canto General del poeta asesinado por militares chilenos o por lo menos con su complicidad, leemos a Neruda :
No es necesario pagar tanto
a estos nativos, sería
torpe, señores, elevar
estos salarios. No conviene.
Estos rotos, estos cholitos
no sabrían sino embriagarse
con tanta plata. No, por Dios.
Son primitivos, poco más
que bestias, los conozco mucho.
No vayan a pegarles tanto.
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Mientras nuestro pueblo está en la cola, en la fila para conseguir el pan, se le da una puñalada por la espalda y se entregan a las transnacionales casi 150 mil kilómetros de territorio, no sé qué estarán haciendo los hombres y mujeres de verde olivo mientras desde los cenáculos del poder del cual ellos forman parte, por lo menos su alta oficialidad colocan en una mesa de juego la soberanía de la patria.
La batalla, la lucha, el combate por la soberanía no es un desfile, va siempre más allá de lo simple, el Arco Minero es una condena a nuestra población actual y futura, es la entrega del patrimonio de nuestros hijos y nietos, de los venezolanos y venezolanas que todavía no nacen.
La batalla se debe dar en todas las instancias, en los tribunales, en los libros, en el desprecio futuro a quienes firmen dicho decreto, tendremos que recordarlos uno a uno y saber que más allá del gozo del presente, en algún momento, en textos que aún no se escriben aparecerán sus nombres cargados de asco y de vergüenza, de “venezolanos” que juraron honrar y defender la patria y solo la negocian, que no les basto con mal administrar decenas, cientos de empresas del Estado con orden jerárquico, hombres y mujeres de verde que se quisieron dedicar a administrar empresas y dieron al traste con un modesto, modestísimo aparato productivo, que los llevaron a la quiebra para importar sin importarles nada el juramento hecho.
Nunca hubo CONTROL OBRERO solo existió una casta que impidió la existencia de los sindicatos en las empresas falsamente estatizadas, negociados turbios, negociados de miedo y ahora el desfile de la independencia, pero con menos territorio independiente y con una gran dependencia de todo lo imaginable.
Pero volvamos a Neruda: “Vuelvo a ocupar la atención del Senado, en los dramáticos momentos que vive nuestro país, para ocuparme del documento enviado por mí a diversas personalidades americanas en defensa del prestigio de Chile y que hace una rápida historia de nuestro sombrío panorama político.
El Presidente de la República ha dado un paso más en la desenfrenada persecución política que lo hará notable en la triste historia de este tiempo, iniciando una acción ante los Tribunales de Justicia, pidiendo mi desafuero para que, desde este recinto, se deje de escuchar mi crítica a las medidas de represión que formarán el único recuerdo de su paso por la historia de Chile.”
La entrega de casi 150 mil kilómetros de territorio será el último clavo del ataúd político e histórico que al parecer el Presidente Maduro parece haber mandado a construir a su medida, pero no olvidemos quienes firmaron el decreto, debemos recordarlos uno a uno, saber quiénes son y por lo menos que sepan que tienen todo nuestro desprecio…