Viernes, 22 de marzo de 2024.- Así mismo, con mayúscula y que no les quepa la menor duda en algún requisio de su entendimiento, ninguna, es la incertidumbre la gran aliada de aquellos que mueven los hilos secretos del poder, una de ellas, de las principales.
Urbi et Orbi.
Observemos.
Dicen una cosa y hacen otra, crean incertidumbre en el corazón y en la mente de la gente.
Dicen una cosa y hacen otra, prometen cosechas abundantes a un pueblo hambriento y necesitado pero jamás hablan de las malas yerbas, de las plagas, de los peligros que acechan a la siembra, de la metodología que van a usar, del cuido de la naturaleza y ¿de porcentajes de éxito?, ni hablar, está todo garantizado por un discurso bien elaborado, que convence pero que ordinariamente carece de bases reales.
Hablan de Paz y viven preparándose para la Guerra.
Hablan de salud y no hay prevención, no se cuidan, ni nos cuidan.
Como diría un poeta trasnochado: palabras que se las lleva el viento.
El eterno retorno de lo idéntico.
Decir algo, sostener un principio, desarrollar una visión y luego de manera súbita actuar de forma totalmente opuesta, sin pestañar, sin aviso y sin protesto como indicaban las antiguas letras de crédito.
Creando incertidumbre.
Si pensamos en su capacidad de autocrítica, de sopesar los errores cometidos, las estrategias inadecuadas, las experiencias erráticas de las cuales se pueda aprender, estas prácticamente no existen.
Ah, y la culpa de no coronar los objetivos establecidos es siempre del otro, de los enemigos visibles o invisibles.
Parte de la mitología del poder, necesaria para controlar a las masas, sobretodo, a la masa desmemoriada.
Ficción a granel para quienes la necesitan con carácter de urgencia.
Y para quienes, a pesar de la realidad que los circunda, necesitan creer, como las aves necesitan el aire para volar.
Y creen.
Siguen creyendo a pesar que la realidad les indique lo contrario.
No deja de impresionarme la capacidad de soñar del ser humano.
Menos mal.
La incertidumbre entre lo que se necesita, lo que se aspira, lo que se desea, lo que se nos ofrece y las posibilidades reales de lograrlo.
Incertidumbre me sigues como mi sombra, nos persigues.
Parece que siempre ha sido así y afortunadamente los pueblos maduran, evolucionan y pasan a fases superiores en su desarrollo.
Permanezcamos moscas, pendientes, alertas.
Mucho cuidado con la incertidumbre que nos rodea, en este alocado mundo que nos ha tocado vivir.
Amanecerá y veremos.
Buenas tardes, mi querida Venezuela y que Dios nos agarre confesaos.