La muerte de Alfonso Cano no significa el fin de las FARC

Los asesinatos, tanto Raúl Reyes, como el mono JoJoy y Alfonso Cano –detectados hace rato por la tecnología yanqui- fueron ejecutados premeditadamente con fines políticos y de propaganda. Este desenlace era previsible. Formaba parte del “Plan Burbuja”, según el cual, hay que golpear a los mandos guerrilleros para provocar un proceso de “bandolerización”. Por una parte, estimular las deserciones. Por la otra, desestructurar la cadena de mando por la pérdida de los mandos político-militares.  

Cano supo descentralizar la organización, para facilitar el trabajo político de masas y absorber los golpes del “Plan Burbuja” sin resentir la organización. Cano, buscó formas para que las propuestas de la insurgencia volvieran a instalarse en la mesa como parte del debate político (actualizado con nuevas lecturas políticas y nuevos análisis de la realidad nacional e internacional). Entendía que la resistencia de las FARC-EP no dependía solamente de lo militar, sino fundamentalmente de lo político. 

¿Morirá todo este trabajo hecho, en el último tiempo con Cano? 

Craso error, si se entiende de esta manera. Cano no tomaba decisiones sólo sino como parte de un cuerpo colectivo, el Secretariado Mayor. Los movimientos insurgentes de carácter orgánico como las FARC-EP han sabido sobrevivir y aún fortalecerse -después de la muerte de sus dirigentes- porque no esta basada en caudillos carismáticos.

Pero sería  incorrecto, afirmar que nada cambiará en el escenario post Cano. No es descabellado suponer que este nuevo escenario podría convertirse en una derrota política para los factores de poder, actualmente representados en Santos. (Son claras sus intenciones de “paz y diálogo”. Además, ha posado como el presidente de los “derechos humanos”. Por demás abierto a la “negociación”). ¿Cómo hablar de paz mientras se asesina al interlocutor? ¿O lo que se quiere realmente, es la paz de los cementerios para lograr la desmovilización o pacificación sin ninguna transformación política? Y eso no es, lo que la mayoría del pueblo quiere para Colombia.

¿Cómo reaccionará la insurgencia?

Es difícil predecir lo que vendrá. Iniciados por Uribe y aprobados por Santos -los hambreadores TLC- someterán a las muchedumbres a una situación aún más desesperada de la que viven. Es posible que el gobierno de Santos responda a las protestas del pueblo de manera militar –radicalizando aun más el conflicto social y armado- pues no sabe responder de otra manera. Y con ello, se cerrarían las puertas pacificas al conflicto. Ya sabemos lo que esa vía puede ofrecer para Colombia.

Los tiempos actuales son de lucha, de revoluciones, donde las masas vuelven a adquirir protagonismo Especialmente en America Latina y El Caribe. El escenario donde se definirá el combate son las calles de Colombia, donde las masas volveran a desafiar al sistema y a articular su proyecto emancipador. Este es el significado del asesinato de Cano. Ejemplo que debemos cultivar, para seguir su senda. Los hombres son mortales, pero la lucha revolucionaria es inmortal.  

¡A nuestros caídos, ni un minuto de silencio, sino toda una vida de combate!

yocatari@hotmail.com



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Oswaldo J. Flores


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