En Chicago, conocida por mucho tiempo como ‘la ciudad de los vientos’, la gente está presenciando unos verdaderos vendavales que acompañan la llegada de la OTAN a la ciudad.
No cabe duda que los delegados de la Organización del Tratado Atlántico Norte (OTAN), estarán parloteando sobre la paz mundial y la seguridad internacional, pero a decir verdad, eso es puro viento.
Hablan de la paz, pero son un arma de guerra para las naciones imperialistas, un arma contra el mundo árabe, africano y asiático ––un instrumento de los banqueros de mundo.
La OTAN es una reliquia de la Guerra Fría, y su propósito original fue contener y constreñir a la antigua Unión Soviética. Pero ahora, cuando la Unión Soviética es sólo una memoria, es un instrumento de Occidente para entrometerse en las naciones antes llamadas tercermundistas ––como Libia.
Debido a su aversión hacia lo que queda del socialismo árabe en Libia, la OTAN lanzó más de 100,000 ataques aéreos contra el gobierno Jamahirya y decenas de miles de misiones de combate. Miles de libios fueron bombardeados y asesinados en un esfuerzo para expulsar al gobierno de Muamar el Gadafi – visto durante décadas como una espina clavada en el costado de Occidente.
La OTAN es una herramienta de los banqueros, las empresas petroleras y las empresas financieras que siempre han querido apoderarse de los fabulosos recursos naturales de Libia, como el petróleo y el agua.
Su retórica humanitaria no es otra cosa que la misma vieja avaricia colonialista que dio lugar a cientos de años de explotación y ‘titerismo’ que siempre ha estado al fondo de su injerencia militar en Oriente.
Por otro lado, son pocos los gobiernos que han sido más represivos que el de Arabia Saudita, donde ¡hasta la fecha! es un crimen que una mujer maneje un coche, donde un sinnúmero de sauditas están sometidos a la tortura y brutalidad del gobierno al capricho de los príncipes (y esta información viene de los informes del mismo Departamento de Estado estadounidense). Pero el Estado saudí es aliado de las empresas petroleras, y por eso, intocable.
A la Cumbre del Pueblo, les digo: ¡Digan ‘NO’ a la OTAN!
Vayamos más allá de esta reliquia del pasado distante y dejemos de apoyarla como un proxy para las guerras de financiamiento corporativo!
En 1966, Francia se retiró del comando militar de la OTAN para reafirmar su soberanía e independencia ante Estados Unidos. Luego, bajo el presidente derechista Nicolás Sarkozy, el país se integró de nuevo a las aventuras de la OTAN en África. Pero hace unos días, la gente echó al ‘Sarkozy’ del poder y eligió un gobierno de izquierda.
Es hora que nosotros, el pueblo, rompamos con la OTAN. Es cosa del pasado. La Guerra Fría ya se acabó.
No hace falta un instrumento peligroso que será una tentación demasiado grande para cualquier político que busque utilizar a la OTAN para hacer sus fechorías con el afán de ganar votos.
Sarkozy, un político astuto, intentó usar los ataques aéreos de la OTAN contra Libia para fortificar sus credenciales nacionalistas en casa. Esa misma táctica funcionó para George W. Bush ¡dos veces! Pero no funcionó para el ex presidente Nicolás Sarkozy.
Es hora de devolver este instrumento a la caja de herramientas y cerrar con llave esa caja para siempre. Entonces, ¡Digan ‘NO’ a la OTAN!
De la misma manera que la ONU fue utilizada por el llamado Consejo de Seguridad de dicha organización para lanzar una guerra injusta e ilegal contra Irak durante más de una década y para causar sangrientos y espantosos estragos en Afganistán, la OTAN ha sido un instrumento del capital global para castigar y provocar la bête noir del mes.
¿Cuántas decenas de miles de hombres, mujeres, niñas y niños han muertos en Irak, en Afganistán, en Libia, en Somalia desde el berrinche generado por el ataque contra las torres gemelas aquél 11 de septiembre? ¿Más de un millón?
Un millón de personas muertas a causa de una mentira (las armas de destrucción masiva, el terrorismo, etc.) porque Estados Unidos quería aparecer ‘fuerte’.
La triste verdad es que la ONU falló a la comunidad internacional. La ONU falló a los pueblos del mundo.
Como en el caso de la ONU, la OTAN fue establecida idealmente, para mantener la paz y no para hacer guerra. Pero lo que estamos presenciando no es la ley internacional, sino la delincuencia internacional. Estamos viendo guerras que destrozan a naciones enteras en búsqueda de fantasmas bajo pretextos, teorías, poder y mentiras.
¡Hace falta echar este aspecto de las relaciones internacionales al basurero de la historia para siempre!
Que quede claro en la Cumbre del Pueblo de 2012, que la OTAN no nos representa, tampoco representa la gran mayoría de la gente del planeta Tierra. Es un obstáculo para la paz y un instrumento de guerra. Que quede en el pasado.
Somos el noventa y nueve por ciento!
Entonces, ¡Digan ‘NO’ a la OTAN!
©’12 Mumia Abu-Jamal
discurso escrito el 8 de mayo de 2012
Audio grabado por Noelle Hanrahan: www.prisonradio.org
Texto circulado por Fatirah Litestar01@aol.com
Traducción Amig@s de Mumia, México
http://amigosdemumiamx.wordpress.com/2012/06/04/digan-no-a-la-otan/
http://www.lahaine.org/index.php?p=62048