Capriles se delata

Algo concebido les falló... ¿Esta idea es descartable?

¿Esta idea es descartable?

Fue en el hermano país, durante estos años bolivarianos dirigidos por el comandante Hugo Chávez Frías, que se puso en práctica un transparente, legítimo, preciso y confiable sistema electoral con una tecnología electrónica avanzada y sólida. Se ha reiterado que Jimmy Carter lo ha reconocido como el más seguro y confiable del mundo, por ser él, precisamente, un ex presidente de la potencia imperialista. Pero no solo él, todos los observadores internacionales, o han coincidido con este veredicto, o han validado positivamente este sistema.

Sin desconocer lo anterior y compartiéndolo por demás, desde que escuche los resultados dando a Maduro un escaso margen de votos a su favor sobre su contendor Capriles, quede perpleja. Algo no encajaba y pensé como por reflejo: “si son capaces de producir un temblor, porque no van a ser capaces de interferir electrónicamente el sistema”?, bueno, me refería a que la derecha venezolana cuenta con el apoyo y respaldo de los planes USA para someter a América Latina, a ellos se acuña aquello de producir intencionalmente movimientos telúricos.
Mi hijo, un académico pensante, al escucharme me dijo: ¡mamá esa idea no tiene ni pies ni cabeza!, acepté, pero se me había sembrado la duda y seguía hilando delgado tratando de explicarme que había pasado.

Dos hechos entre tanto me asaltaban: Uno, las encuestas hasta pocos días antes de las elecciones, habían dado como ganador al candidato del pueblo con más de dos millones de votos y éste ganó con menos de 300.000 votos. Una diferencia tan contundente da para pensar. Dos, vimos siete avenidas colmadas con el mejor fervor y un coro rojo aclamando a Maduro. En contraste, Capriles lo máximo que logró fue llenar una de estas avenidas. ¿Dónde estaban sus numerosos seguidores, no que pasan los siete millones?.La diferencia de “1 a 7” en el escenario de las calles, se convirtió en “7 a 7” en el escenario de las urnas. Esos son, sin duda, indicadores muy significativos.

Pero no solo eso. Durante 9 días, ante nuestros ojos atónitos, ríos de hombres, mujeres, niños, viejos, llegaban de todas partes a dar el último adiós a quien gestó el socialismo bolivariano. El pueblo allí congregado, una vez más expresó un impresionante amor por su líder, e igualmente develó una impresionante muestra de comprensión y compromiso con este proyecto histórico. Aquella marcha fúnebre contenía el tejido de una manifestación política. En ella, se invocó la decisión del comandante para delegar a Nicolás Maduro como sucesor de la ruta emancipadora.

Y decía, una vez más, porque similar respaldo se había manifestado en las elecciones efectuadas solo algunos meses anteriores. Ocho millones largos, votaron por Chávez. Es el decir común y coincidente que con su muerte no se debilitó el proceso, que por el contrario se fortaleció. Posteriormente ya “sin el comandante Chávez, el 15 de diciembre se ganaron 20 gobernaciones de 23”.

Entonces no deja de resultar extraño que este pueblo con identidad bolivariana, consiente y empoderado, en menos que canta un gallo, traicionara a su líder amado. ¡Que por un personajillo de la oligarquía venezolana, miles de humildes dieran la espalda al candidato de la revolución! ¡Que de aquellas multitudes venidas de las barriadas y de las entrañas del pueblo a dar el último adiós al comodante Chávez, surgieran los simpatizantes de un necio, caprichoso y rico!¡Que un juramento sagrado, “Chávez lo juro mi voto es por Maduro”, se hubiera roto en un instante!

Departía con mis semejantes las dudas, leía artículos, informaciones, escuchaba Telesur y también a los medios de manipulación masiva. Efectivamente la pregunta estaba en el centro del debate, ¿qué pasó? Las respuestas, reflexiones y análisis, no coincidían con esta idea. Sin embargo, hace unos días, apareció un artículo en Aporrea titulado: “¿De dónde salieron, abruptamente, 711.337 votos a favor de Henrique Capriles Radonski?” Su autor, Braulio Martínez Zerpa, con soportada argumentación planteaba esta hipótesis.

Como aun no hay respuestas definitivas y supongo que el tema seguirá martillando, me he tomado el atrevimiento de volver a él. Excúsenme, es razonable que los acontecimientos amargos provocados por las prácticas desestabilizadoras de la derecha venezolana, centren toda la atención. Pero he de cerrar y tendré que añadir otras líneas más.

De donde surge la pataleta de Capriles y su banda MUD, cuando ha perdido tan ruidosamente dos elecciones anteriores? En que indicios, hechos o circunstancias podían basarse para esperar mayor afluencia de votos de los que obtuviera Nicolás Maduro? Resultaba acaso tan insólito este resultado como para quedar tan trastornados y acuñar fraude? (Sin prueba alguna). A mi juicio, esta reacción inadmisible e inaudita, podría explicarse en que algo concebido y aplicado les garantizaba la victoria electoral. Como les falló, no daban crédito a sus ojos. En sana lógica deberían estar complacidos por no haber perdido estrepitosamente.

La derecha venezolana cuenta con un plan desestabilizador, un intento golpista marcha contra la Revolución Bolivariana. Desde acciones mediáticas, hasta asesinatos a mansalva, pasando por eventos relacionados con manipulación informática.

Leo por ejemplo: 21 abril 2013: “en las últimas semanas se ha desatado una ola de hackeo en contra de las páginas públicas de la Revolución Bolivariana, así como cuentas en la red social Twitter de algunos ministros y la del Ejecutivo Nacional”. Antes del 14 de abril habían efectuado no pocas operaciones. Recordemos que se hackeó la cuenta de Nicolás Maduro y que hubo exceso de intentos de acceso al portal del CNE. El 3 de abril el Comando Bolivariano de Telecomunicación, solicitó investigar una presunta vinculación del Comando de campaña del candidato de derecha, Capriles Radonski, con empresas de telecomunicaciones extranjeras para ejercer terrorismo electrónico.

Capriles dice que abran todas las cajas de votación porque “pudieran haber depositado papeletas falsas -imitación de las auténticas que emite la máquina de votación-“Se delató. Son mentalidades de trampas y triquiñuelas estilo compra de votos. No será un lapsus producto de su propio plan, hacer corresponder las papeletas con la adición de votos que hicieron mediante una manipulación informática? Bueno, ya dije que estaba hilando delgado.

Por lo anteriormente expresado, sigo pensando que Venezuela no está dividida “en dos mitades” de “7 a 7”, que de alguna forma incrementaron votos a Capriles. Eso se correspondería con la menor abstención. Esta idea no desconoce las visiones críticas que muestran graves inconsistencias del proceso bolivariano, ojalá sirvan para hacerse fuertes.

Es muy alentador, y hasta magnifico que existan 7.575.506 millones de votantes chavistas. La unidad debe prevalecer, “amaos los unos a los otros”, entre otras razones porque no solo es la cantidad lo que importa, también es la cualidad. El Chavismo es mucho más que un número. Con sus excepciones, un voto bolivariano es un voto convencido, un voto bolivariano no es un voto comprado, un voto bolivariano es un voto de amor y conciencia, un voto bolivariano no surge de intereses mezquinos, un voto bolivariano es un voto de redención de un proyecto histórico.


esperanzazul@yahoo.es
Colombia


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