Hoy, 27 de Febrero conmemoramos uno de las gestas políticas más relevantes de las últimas décadas en nuestra América, nos referimos a los hechos justos, de rebeldía, de verdadero levantamiento popular contra el otrora sistema puntofijista, que oponía frente a la situación de miseria, hambre y de exclusión de las enormes mayorías sociales, la arrogancia de los sectores burgueses y la depravación cada vez mayor de los factores políticos dirigentes, que proponían continuar pagando las deudas de los ricos con el dinero del pueblo, imponiendo el modelo neoliberal de apertura e inclusión a las grandes empresas imperialistas y a su vez, la exclusión de las grandes masas empobrecidas de la distribución de las riquezas nacionales.
Saqueos no fueron los hechos de rescate popular de los alimentos acaparados en los anaqueles de bodegas y mercados de aquellos días, saqueo fue lo que el imperialismo impuso con la complacencia de los gobernantes en aquellas décadas, en las que el escritor Eduardo Galeano resumía con profundo tino en Las Venas Abiertas de América Latina, afirmando que en Venezuela “los taladros han extraído, en medio siglo, una renta petrolera tan fabulosa que duplica los recursos del Plan Marshall para la reconstrucción de Europa, desde que el primer pozo de petróleo reventó a torrentes, la población se ha multiplicado por tres y el presupuesto nacional por cien, pero buena parte de la población, que disputa las sobras de la minoría dominante, no se alimenta mejor que en la época en que el país dependía del cacao y del café”.
También la represión militar pasó de ser persecución a los elementos revolucionarios insurgentes a ser represión brutal directa contra los pobres, en los días posteriores al 27 de febrero, se suspendieron las garantías constitucionales, se disparó contra civiles inocentes, a comunidades y edificios populares, y cuyo saldo final fue el asesinato de miles de personas, podríamos decir que las oligarquías de antes y de ahora no enfrentaron las protestas de los pobres con gases y perdigones sino con disparos de fusiles. Entre los caídos en aquellas fechas estuvo Felipe Acosta Carles y su sangre selló con dolor el compromiso del movimiento revolucionario que se movía sigilosamente entre los escombros de la IV república y que aparecería como un hilo histórico el 4 de febrero de 1992 para orientar la senda por la que los oprimidos en Venezuela nos vamos liberando: La Revolución Bolivariana.
Y Justo en estas fechas cuando los sectores del gran capital en su histeria fascista intentan llevar al pueblo trabajador a un escenario de guerra y de desgaste con el fin de imponer nuevamente sus intereses de apertura a las empresas transnacionales, a la privatización de la educación y la salud, a los recortes de los gastos sociales, al desplome y desarticulación de la democracia participativa y protagónica, en fin, al conjunto de conquistas populares en estas décadas de lucha; nuestra respuesta firme y sin vacilaciones debe ser la revolución del poder popular, profundizar la organización de las comunas, evitar que los capitalistas tomen el control de PDVSA, de nuestros 513 mil millones de barriles de petróleo en reservas probadas, los 500 trillones de pies cúbicos de gas y su nefasta necesidad de asestar un golpe moral estratégico a las revoluciones latinoamericanas.
Sin vacilaciones, con trabajo férreo y moral comunista, las acciones del pueblo bolivariano deben impedir el derrocamiento del gobierno Bolivariano presidido legítimamente por el camarada Nicolás Maduro; proteger y ejercer control popular de las zonas estratégicas de interés imperialista; articular permanentemente con la Fuerzas Armadas Bolivarianas y fortalecernos en la doctrina militar bolivariana; y seguir la batalla por consolidar los movimientos revolucionarios de manera activa articulada y apegados al legado recogido en el Plan Patria para vencer el capital. Esta época de cambios, como dijo el comandante Hugo Chávez: “Es una época de cambio que exige renacer en dignidad popular”. Avancemos!
Honor y Gloria al pueblo que despertó el 27 de febrero e ilumina con su fuego nuestra ruta de la dignidad popular.
Hoy más que siempre, No hay pueblo Vencido!
Hoy los hijos del Caracazo, somos Revolución Bolivariana! Somos anticapitalistas y Antiimperialistas!
En Carabobo, a 25 años del Caracazo.