Una matanza como la efectuada por el gobierno de Israel en Palestina, requiere de un periodista de la talla internacional de Fernando del Rincón (CNN) pero, eso si, diciendo la verdad. No como hizo en Venezuela cuando llegó en apoyo a los guarimberos, violentos que intentaban derrocar al presidente obrero, Nicolás Maduro, incendiando al país por los cuatros costados, derribando árboles, destruyendo la infraestructura y provocando asesinatos.
En esos hechos, el conocido periodista demostró que le gusta el reporterismo truculento, que se desvive por la sangre, por el cuerpo de un inocente desmembrado, la tristeza en la mirada de un niño, la amargura en el rostro de la señora, el llanto de un padre, los gritos de angustias, el fuego, los tiros, las explosiones, eso que en los medios venezolanos denominamos sensacionalismo, amarillismo, morbo, pero que en CNN es la realidad y la objetividad en pasta cuando le conviene a la cadena de noticias gringa, y que los comunicadores sociales están obligados a demostrar con “ética” al público receptor.
Sería bueno entonces que del Rincón se trasladara al Medio Oriente, y realizara una serie de reportajes acerca de tal masacre, que le dé respuestas a interrogantes como: ¿Se justifica esa matanza sean cuales sean las causas? ¿Se explica el uso de un armamento tan poderoso y destructivo por parte de Israel? ¿Por qué la obsesión de ese Gobierno en matar y matar, sin importarle siquiera que una buena parte sean criaturas los despedazados? ¿Qué opinará ese pueblo viendo a sus representantes asesinar inocentes?...Dicen que mucha gente celebra esa carnicería con bombos y platillos ¿será verdad tanta crueldad?… Las madres y los padres israelíes, ¿estarán de acuerdo con que maten a los hijos de los palestinos?
¿Qué sienten los árabes ante la zozobra de que pueden ser bombardeados en cualquier momento? ¿Cómo hacen para dormir en sus casas con el miedo de que los destroce un misil, o no duermen? Y si duermen, ¿Qué precauciones toman? ¿Dormirán debajo de las mesas, en el escaparate o en algún otro lugar de sus viviendas? ¿Existe actualmente en ese Estado, un sitio que pueda estar exento de bombardeos? ¿Hay algún lugar seguro?
¿Están trabajando los palestinos? ¿De qué viven? ¿Se están alimentando? ¿Qué comen? ¿Cuántas veces comen? ¿Sus chiquillos están estudiando o dejaron de estudiar? ¿Qué les dicen a los hijos muy pequeños que no deben entender lo que ocurre? ¿Les dirán que se adelantó la Navidad? ¿Qué esos tiros forman parte de la celebración de alguna efemérides? ¿Qué les comentan a los niños que ya tienen conciencia de que los están matando? ¿Cómo asumen los muchachos tal situación? ¿Tienen ánimo para jugar como todo infante en cualquier parte del mundo? ¿Están dando clase en las escuelas? ¿Por qué atacar un colegio convertido en refugio de seres indefensos? ¿Cuánto tiempo y dinero le cuesta a un palestino hacer su casa, esas mismas que le derriban de un cohetazo en cuestión de segundos? Ante la masacre de la que han sido víctimas, ¿será posible que ese pueblo se vuelva a recuperar? De continuar los bestiales ataques, ¿qué tiempo tardaría Israel en acabar totalmente con Palestina?
Para efectuar tales reportajes puede consultar las siguientes fuentes:
Resoluciones de la ONU sobre el conflicto Arabe-Israelí.
Benjamín Netanyahu. Fernando del Rincón debe preguntarle al Primer Ministro del Estado agresor si duerme bien como hizo su colega, la periodista de CNN Christiane Amanpour, la vez que entrevistó al presidente Nicolás Maduro además de interrumpirlo en reiteradas ocasiones.
Representantes del Gobierno de Israel.
Representantes del Gobierno de Palestina.
Estudiosos de la política. ¿Cómo ve la matanza uno palestino y cómo la ve uno israelí?
Expertos en armas. Que hablen sobre la disparidad de armamento entre Israel y Palestina.
Las madres y los padres. Sería bueno que les preguntaran como hacen para proteger a sus hijo, ¿cuál es su reacción sabiendo que en ese momento los tienen en frente, y de pronto ya no los tendrán más nunca en la vida? Yo leí el desgarrador tuits de una progenitora palestina que decía: "Cuando muere un niño, los padres mueren una y mil veces, esta muerte es lenta e insoportable”.
Los niños víctimas, aunque en esas circunstancias todos son víctimas; pero me refiero a los que han recibido en su piel el fuego de las bombas y han tenido la suerte de quedar vivos. Que relaten lo que sienten, su experiencia, la masacre desde la perspectiva de un infante.
Las señoras o los señores que perdieron a toda su familia. ¿Qué sueño tenían antes que la muerte tocara las puertas de sus casas de la mano de Israel?
Los hijos e hijas que perdieron a sus padres. ¿Qué sienten recogiéndolos muertos de los escombros?
Los padres y madres que perdieron a sus hijos. ¿Qué sienten recogiéndolos muertos de los escombros?
Entrevista, aunque sea de un israelí encargado de ejecutar el ataque mortal. ¿Qué piensa en ese momento ante la certeza de que matará a un poco de gente inocente? ¿Tendrá hijos, padre, madre? ¿No se le arrugará en algún momento el alma, el corazón? ¿Qué le correrá por las venas? ¿Les correrá sangre como a las personas normales?
Un psicólogo. ¿Cómo está y cómo puede quedar la salud mental de esos palestinos expuestos a la muerte? ¿Será posible recuperarse de tan terribles secuelas?
Un psiquiatra. Consultarlo sobre lo que puede haber en la cabeza de la gente que ordena esos ataques, ¿por qué no se detienen y, por el contrario, siguen la matanza con más saña, con más sed de sangre? ¿Son sanos mentalmente?
Los hospitales. ¿Cómo hacen ante esos bombardeos que dejan decenas de heridos? ¿Tienen medicamentos, personal, equipos para atenderlos?
Hay muchas preguntas más, inquietudes propias de reportajes, entrevistas, perfiles, crónicas y Fernando del Rincón, repito, sería magnífico para desarrollar este tipo trabajo, pero por la experiencia que dejó en Venezuela cubriendo las guarimbas, no extraña que ponga a los peligrosos y temibles niños de Palestina armados de piedras, palos y hondas, a bombardear a los inocentes e indefensos soldados de Israel dotados de drones, bombas de gran calibre y armas largas y de alta potencia.