Todos y cada uno de los que han ejercido cargo de Presidente de la Republica, de la Asamblea Nacional, del Banco Central de Venezuela, del Tribunal Supremo de Justicia, de Cadivi y Cencoex, de la Comisión Permanente de Contraloría de la Asamblea Nacional, Fiscales, Procuradores y Contralores Generales de la República, Defensores del Pueblo y Ministros y Viceministros durante el período comprendido desde el inicio del control de cambios hasta la presente fecha tienen cuentas pendientes con todas y todos nosotros, son responsables (por acción u omisión) del desfalco y robo mil millonario del dinero proveniente de la venta de petróleo, nuestro petróleo, dinero que pertenece a todo el pueblo venezolano y al ser robado afecta nuestro bienestar, nuestro futuro, el de nuestros hijos, nietos y biznietos.
Con el dinero desfalcado -robado- que asciende a la bicoca de más de 500 mil millones de dólares (500.000.000.000 $), fortuna que al cambio que manejan los comerciantes inescrupulosos que día a día nos chupan la sangre bajo la mirada cómplice del gobierno (1.100 bolívares por cada dólar) representa quinientos cincuenta millones de millones de bolívares, es decir 550 billones de bolívares que en cifras podemos expresar en Bs. 550.000.000.000.000, cantidad más que suficiente para haber construido hospitales modernos, con todos los servicios y dotados de los aparatos de diagnóstico más sofisticados que existan hoy en el mundo, en cada uno de los 24 estados del país y cincuenta de las ciudades más pobladas del país, haber construido comedores populares y terminales de pasajeros dignos en todas las ciudades del país, haber finalizado la construcción y puesta en marcha del sistema ferroviario nacional, haber finalizado la construcción de viviendas dignas para todas las familias venezolanas y acogidas en el país, haber construido en todo el territorio nacional los más modernos centros de estudio desde educación inicial hasta universitarios, centros de investigación, haber saneado todos los cuerpos de agua y predios contaminados producto de la explotación petrolera y extracción minera, haber reforestado nuestros diezmados bosques y montañas, en definitiva haber hecho de nuestro país una tasita de oro, sin haber dejado de asistir financieramente a los pueblos hermanos más necesitados del mundo.
Pero no fue así, los arriba señalados, enmafiados y organizados para delinquir con familiares, amigos y empresas privadas nacionales e internacionales, dilapidaron esa fortuna y pretenden seguir saqueando al país en nombre de la cleptocracia que conforman con toda la elite política y económica que pretende polarizar la vida republicana.
Hoy, con los cientos de miles de dólares robados pudiésemos invertirlos para que el pueblo que vive honestamente de su trabajo produzca los bienes y servicios que necesitamos; para que pueblos originarios y campesinos venezolanos produzcan los alimentos que diariamente consumimos; para que nuestros pescadores cuenten con una moderna flota pesquera que arrime al mercado el pescado que no podemos consumir por su alto precio a pesar de tener una costa tan extensa; para construir e instalar 50 empresas como Sidor, Venalum y Alcasa, refinerías de petróleo para no seguir exportándolo a precio de gallina flaca y transformarlo en productos derivados que aportarían mayor cantidad de divisas (dólares) y cientos de miles de puestos de trabajo bien remunerados. Dinero con el cual pudiésemos terminar de construir las vías férreas y viajar en tren por todo el país de manera económica, rápida, segura y confortable.
Ese dinero que es nuestro, del pueblo que vive honestamente de su trabajo y que estamos en el deber de reclamar y recuperar, servirá para que educadores, trabajadores de la salud y demás servidores públicos gocen del salario que la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela prescribe, un salario que supere el costo de la Canasta Básica; servirá para que las y los compatriotas que le han dado a la patria el esfuerzo de trabajo de toda una vida reciban del Estado las prestaciones sociales que le corresponden y no mueran esperando cobrarlas; para que las y los pensionados reciban una pensión que al menos supere el costo de la Cesta Alimentaria, reciban de manera gratuita las medicinas prescritas para seguir sobreviviendo y un Bono de Recreación que compense su dedicación de por vida al servicio del Estado, al servicio de toda la comunidad.
Con el dinero robado al pueblo venezolano nuestras hijas e hijos tuvieran disfrutando de modernas y adecuadas instalaciones escolares, parques infantiles, comedores escolares, útiles y uniformes completamente gratis, escuelas deportivas gratis, sin pagar un solo centavo para adquirir uniformes, útiles deportivos y contribuciones a entrenadores y demás personal de apoyo.
También somos culpables del desfalco a la nación los que no ejercemos la defensa del patrimonio nacional y nos convertimos en cómplices al no exigir a organismos nacionales e internacionales investigar estos hechos de corrupción, por ello también estamos incursos en el desfalco denunciado pero tenemos la ventaja de enmendar nuestro error y asumir la defensa de nuestro patrimonio ya.
A las personas señaladas debemos pedirles cuentas claras y eso lo lograremos exigiendo y luchando por que se practique la Auditoría Pública y Ciudadana de los entes responsables de administrar nuestras divisas, es decir ejercer la Contraloría Social que establece nuestra Constitución y la Ley (investigación contable profunda con participación del pueblo organizado).
NO NOS QUEDEMOS PARALIZADOS Y LAMENTANDONOS DE LOS MALES QUE PADECEMOS POR CULPA DE ESTOS Y OTROS CORRUPTOS QUE LA AUDITORIA DESNUDARÁ EN SU MOMENTO
¡LUCHEMOS POR LO QUE ES NUESTRO!
¡VENCEREMOS AL RECUPERAR LO QUE NOS HA SIDO ROBADO!
¡SOLO EL PUEBLO SALVA AL PUEBLO!