El Comando Antigolpe tiene alto nivel profesional pero bajísima efectividad, es algo así como usar un Mercedes Benz para navegar en el Orinoco. El gobierno una vez más se equivoca, es que sin estrategia, vaciado de ideología no consigue acertar. Veamos.
El golpe es una operación ante todo política, no policial. El Comando actúa como una película de detective, sólo represión, sólo persecución policial. Hasta ahora su epopeya es la captura de un parlamentario de segunda con un fusil descontinuado, el allanamiento a Baduel y la búsqueda de Rodríguez Torres.
El Comando antigolpe debe tener como estrategia, como centro de todas sus acciones, la defensa del Plan de la Patria, del legado de Chávez, la lucha contra la lógica del capital, la batalla por el Socialismo, sólo así se justifica. Puesto en estos términos la situación, se le plantea a los miembros del Comando un dilema de conciencia: si su misión es defender, ante todo, ese legado, entonces deben emplazar a este gobierno desenfrenado en la entrega al capitalismo, en la traición al sueño de Chávez, ya de eso no hay dudas, de allí comenzaría su labor.
No se puede ver el golpe sólo en su faceta policial, militar, se debe enfocar en las bases ideológicas, las condiciones sociales que lo cobijarían, en la forma de defender el proyecto de Chávez. Siendo así se debe atacar el golpe en su componente externo, pero también y principalmente en su componente interno que crea las condiciones.
La primera tarea del Comando Antigolpe, su primer paso debería ser elaborar un documento donde establezca, por primera vez, las fallas que ha cometido el gobierno, y la manera de corregirlas, que se abandone la práctica de endosar la culpa a extraños agentes que un día son enemigos y otro son parte del nuevo modelo económico. Junto a esto se debe decir claro quiénes son los conspiradores, y a cuáles intereses obedecen. Sólo con esta conducta el Comando Antigolpe no será un simple instrumento para la represión a la disidencia, para el apoyo irrestricto de cuanto disparate invente el gobierno.
Ahora bien, si el gobierno insiste en su ceguera, en manos de gatillos alegres que creen que la represión puede soldarlos al poder, resolver los problemas, se debilitará cada vez más y tendrá necesariamente sus días contados, y serán pocos.
Si el Comando Antigolpe tienen como misión defender al gobierno, debe dejarse de tonterías policiales y dedicarse a estudiar un documento que explique: ¿por qué antes teníamos una mayoría sólida y ahora ésta sólo existe en el delirio de algunos dirigentes?, ¿por qué antes teníamos una conciencia del deber social capaz de defender al gobierno en Abril y durante el sabotaje petrolero y ahora tenemos que llenar tres piches cuadras con personal obligado?, ¿por qué ahora tenemos más clientes que militantes?, ¿cuáles serán las razones que moverán a los que salgan a defender al gobierno de la metralla golpista?
El Comando Antigolpe debe llamar al gobierno a una profunda autocritica, a desechar las ilusiones de que todo está bien, explicar los recientes motines con excusas groseras, o imputárselo a una derecha externa que no puede con su alma. Debe exigir coherencia, sobre la cual construir el más importante apresto de combate, la moral que emana de saber que se defienden las causas más nobles de la humanidad. Debe hacerle entender al gobierno que el primer requisito para el golpe es que el gobierno se crea las mentiras que inventa para disfrazar la realidad. Y la mayor defensa es la fortaleza espiritual, la moral, la conciencia que emana del proyecto socialista.
En manos de estos Generales del Comando Antigolpe estamos. Ojalá tengan más capacidad de oír que sus jefes jerárquicos y circunstanciales, criterio para disentir, y una disciplina consciente que les permita la visión creadora de historia.