En Venezuela no existe oposición, entiéndase el término como grupos de personas que se oponen con ideas, programa de gobierno racional, nacional y argumentado al grupo que ostenta el poder del Estado. El país se debate entre sectores entreguistas pro-imperialistas o revolucionarios-nacionalistas; entre irracionales o los racionales; entre terroristas-asesinos o los pacíficos; entre tira mierda o chavistas; entre barbarie o justicia revolucionaria.
El terrorismo es el arma perfecta de la maldad y la codicia empleada históricamente por las clases dominantes para intimidar, desmoralizar al pueblo chavista y manipular la realidad venezolana en el perverso juego de la guerra comunicacional. Hoy, los codiciosos lideres de la derecha lacaya pro imperialista terminaron por romper sus falsas máscaras de “demócratas” con sus llamados públicos al caos, la persecución y/o asesinato de chavistas, a la destrucción de la infraestructura pública y el desorden, a la traición militar y la intervención extranjera para derrocar al legítimo gobierno del Presidente Nicolás Maduro. La maldad y la antipatria no necesita máscaras en nuestro país.
Los muertos suman a la estrategia de la derecha. En Venezuela se reproduce el mismo guión intervencionista desarrollado por el estratega estadounidense Gene Sharp, que fue aplicado para derrocar los gobiernos anti-otanista de Georgia, Ucrania, y las mal llamadas primaveras árabes en Libia y Siria que derivaron en cruentas guerras y masacres llevadas a cabo por demonios fascistas, mercenarios y bandas criminales para arremeter contra el pueblo en general y las fuerzas del Estado. El terrorismo proyecta lo que realmente persigue como programa de gobierno: el terror.
La muerte y destrucción de la infraestructura pública sigue siendo capitalizado por las hienas imperialistas y su lacayos venezolanos, pese a todos los esfuerzos que hace el gobierno para desmentir y señalar a los reales responsables de los crímenes. Cualquier ser racional podría entender que las muertes y el caos sólo suman en saldo político y mediático al plan intervencionista imperial. Pero es precisamente el raciocinio, la razón, el real ausente entre los disociados del país y la mayor parte de la opinión pública internacional manipulada por los grandes medios internacionales.
Del trabajo sucio de mentir y responsabilizar al gobierno bolivariano de todos los desmanes que cometen los terroristas se encargan los medios de comunicación nacionales e internacionales. Cuales sombis descerebrados, sus descerebrados salen en masas o pequeñas hordas para secuestrar, persiguir y asesinar a quienes piensan o se atraviesan en su camino; trancan las calle y Avenidas prohibiendo el libre tránsito, incluso a sus propios disociados. Destruyen y queman todo a su alcance.
Así como sucedió en Libia, o como continúa sucediendo en Siria, los medios se encargan de disfrazar a los grupos terrorista de "pacíficos manifestantes" o "demócrata luchadores por la libertad" que son perseguidos por una extraña dictadura que no termina de ejercer su legítima autoridad para imponer el orden. La estrategia es el caos, o por lo menos simular mediaticamente que existe un caos en el país para que EE.UU., y a sus instrumentos como la OEA, justifiquen una hipotética agresión militar bajo la recurrente excusa del "Estado fallido" y la lucha contra la "brutal tiranía” que reprime a su pueblo. ¿Les recuerda ésto a Libia en 2011? ¿Necesita el jefe del Comando Sur de Estados Unidos, Kurd Tidd ser más explícito en sus intenciones de intervenir al país si la OEA lo autoriza? el mundo de Maquiavelo.
El terrorismo es el arma perfecta empleanda por el imperialismo contra todos los gobiernos y los pueblos insumisos bajo el claro propósito de crear las condiciones que justifiquen una intervención "humanitaria".
Con los terroristas no se negocia. A ellos se les combate. La inacción e impunidad del Estado venezolano ha servido de acicate para el incremento de la violencia terrorista. Ésto debe entenderlo el gobierno. Mientras el alto gobierno continúe creyendo en la errada estrategia del desgaste de la derecha y evitando el uso del legítimo monopolio de la fuerza contra los grupos terroristas para evitar que sea responsabilizado por los medios internacionales de “dictadura” y “cruento régimen opresor”, el caos podría terminar por imponerse en el país y la excusa del “Estado fallido” será perfecta para justificar la acción del jefe del Comando Sur. El fascismo venezolano dispone de inagotables recursos económicos y logísticos provenientes de las ONGs estadounidense para seguir promoviendo la guerra terrorista y mediática. El terrorismo se ha convertido en una especie de trabajo muy bien remunerado para sus actores.
El gobierno tiene el deber de hacer cumplir la justicia revolucionaria y la autoridad para que alcancemos la paz. Los responsables del terrorismo deben ser llevados a prisión.