Todo lo contrario de lo que podía esperarse la
lucha a pesar de la fatiga, los miedos y el aislamiento original, ha dado pie
para la generación de una espiral de unidad y protesta a todo lo largo de la
ciudad de El Callao, produciéndose distintas asambleas generales donde
trabajadores y comunidades además de ratificar su apoyo a la lucha contra la
transnacional HECLA han comenzado a extender la lucha contra otras
transnacionales (Compañías Agapov, Cristalex, HP, Transnacional China, etc). Todo
esto se condensa en dos consignas ¡Fuera las transnacionales del sur de
Bolívar!, ¡el oro y el diamante es del pueblo venezolano!. Este jueves está
prevista una nueva asamblea donde existen las expectativas de que todas las
comunidades y trabajadores de la zona minera de El Callao, incluida Minerven
cuyo comportamiento antiobrero y la violación de todas las reivindicaciones
laborales sigue igualita, avancen hacia un paro general por la salida de una
vez por todas las empresas transnacionales de la zona; empresas convertidas en
agentes de destrucción ambiental, aislamiento y empobrecimiento de comunidades,
contrabandistas del mineral, explotación sin límtes, sin dejar de lado las
acusaciones hechas de que algunas de ellas están colaborando con la
introducción del paramilitarismo en el
sur del país.
El gobierno no tiene más que hacer valer las
propias palabras del presidente inmediatamente después del estallido de la
rebelión minera de Las Claritas ya hace dos años. Hasta ahora todas aquellas
promesas se han hecho polvo, faltaba como siempre que el pueblo termine de
arrecharse a ver si el gobierno y el propio presidente es consecuente con sus
palabras. Esperemos que sí, que esta sea la oportunidad para todos de comenzar
a hacer una planificación a largo plazo de lo que puede convertirse en el punto
de partida para la producción de un modelo de desarrollo humano,
autogestionario y alternativo que sea ejemplo para el mundo. Tenemos la
oportunidad para ello, está la voluntad popular, los saberes obreros e
indígenas, una riqueza inconmensurable a nivel de aguas, biodiversidad,
tierras, madera, oro, diamante, etc, que hasta hoy solo ha servido para que se
fuguen del país millardos de dólares anuales y queden en manos de estos
malditos explotadores sin patria, incluidas todas las castas de políticos,
militares y mafiosos de la zona que actúan en conjunto y a favor de ellas, se
destruyan inmensidades de tierras, ríos, bosques, dejando a la final un pueblo
trabajador, obrero e indígena, sumido en la peor miseria en medio de lo que es
una de las tierras más ricas y hermosas del planeta. ¡Ya basta coño!.
Esperanza, esperanza, esperemos que siguiendo
la victoria parcial de los pueblos del Perijá en contra de las transnacionales
y la explotación del carbón en sus tierras. Tres años de lucha continuos, todo
tipo de acusaciones, descalificaciones y amenazas no bastaron y a la final el
acto comprometido y racional forzado por la propia disposición de resistencia
de la base indígena obligó al estado a parar los proyectos de explotación
carbonífera. El acumulado resistente, las luchas vitales y concretas encuentran
allí un momento para robarle el campo al espectáculo del poder. Esperemos que
en esta oportunidad, por tratarse de una causa nacional donde esta en juego
nuestro propio compromiso con nuestras fronteras, nuestros pueblos, la riqueza
amazónica, ese acto de razón y compromiso se repita sobre la brisa de una nueva
aurora.