UNO: En estos tiempos de infamias para los hermanos colombianos, comienzan a prorrumpir los cadáveres de los desaparecidos “o los caídos en combate” como lo califican el deshonroso ejército colombiano cuyo mayor mando lo ejerce un alto militar acusado de paraconarcotraficante, comandante del Ejército de su país, general Mario Montoya. Hay tierra y cielo despejado y los cadáveres brotan o emergen para acusar a sus asesinos. Quedaron lejos de la vida estos 11 cuerpos de jóvenes desaparecidos. (El Gobierno Nacional informó que desconoce si son más el número de jóvenes asesinados y que fueron reportados como desparecidos de los barrios marginales del sur bogotano). Ellos no podrán germinar en hermosa floración. No tendrán la dulzura del amor, la plenitud de la vida y las alegrías que nos hace diferentes como seres humanos. La amargura de sus asesinos será proverbial, como lo expresa nuestro comandante. Estos jóvenes, reencarnaran en los caminos de América y renacerán en la lucha de todos nosotros y aunque no repartirían la luna en miles de pedacitos, más temprano que tarde, nuestros hermanos colombianos se libraran de las 7 plagas que los están destruyendo. (La parapolítica, la narcopolítica, el “Plan Colombia”, Álvaro Uribe, la oligarquía colombiana, las transnacionales como “Chiquita Bran” y el terrorismo de estado. Inexorablemente vencerá la vida sobre la muerte. Escribo estos en solidaridad con la juventud de Colombia y en recuerdo de mi hijo Leo que felizmente no vive esta macabra experiencia. Oigo la hermosa letra y música de “cielo despejado” de Alí Primera. Algún día, la sabia de la revolución para ser fruto entrará por la raíz de la conciencia de este sufrido pueblo y traerá la paz.
DOS: 11 cadáveres que ya fueron identificados, conmueven a la opinión pública de Colombia. Fueron hallados sin vida en el Norte de Santander, y quienes permanecen en la morgue de Ocaña. Los mataron uno a uno y les dio tiempo para enterrarlos en tumbas separadas y no en fosas comunes como acostumbran hacerlo. La “hiena” Juan Manuel Santos no perdió tiempo y ordenó al ejercito sacar un comunicado en donde describen a éstas personas como muertos en combate para justificarse y ocultar este crimen y asesinato en serie. Reiteran a la opinión pública “la política de cero tolerancia frente a las violaciones a los Derechos Humanos e infracciones al Derecho Internacional Humanitario. Los primeros interesados en que se investigue y sancione cualquier conducta irregular son el Ministerio de Defensa y el alto mando militar”. Este comunicado me suena a cuentos de camino. Seguramente se los cargarán a la guerrilla.
TRES: Hipócritas, fariseos uniformados que apuntan sus armas al pueblo, que cuidan los intereses de una oligarquía en descomposición, traidora, lacayuna y terrorista ,nos hacen recordar los gobiernos adecos copéyanos, a estos les cabe el indeseable honor de ser los propulsores de la industria de los desaparecidos en América Latina. Patriotas vilmente torturados, desaparecidos y asesinados aún esperan y claman por justicia. Cantaura, Yumare, Santander y Norte de Santander, Soacha y Bosa testimoniaran para la historia estas viles matanzas. Posiblemente el ejército los asesinó aunque traten de lavarse las culpas, aduciendo que estos jóvenes fueron reclutados por las Farc.
CUATRO: “La buena Fe” y “¿que es lo que ha pasao? y “que está sucediendo” es el lacónico mensaje del Ministro de Defensa Colombiano. No extraña que mañana salgan militares colombianos aceptar que los mataron por equivocación y un medio colombiano les pague por la macabra historia. Tal como lo han hecho con los testimonios de las AUC. Da horror y causa temor las declaraciones y confesiones de los paramilitares cuando describen los asesinatos con sierra eléctricas de ciudadanos campesinos inocentes. En el vecino país los crímenes se castigan según quienes lo cometan. ¿Quién asesora a estos hombres de uniforme? Adivinen. Sus mentores se derrumban y hacen aguas, están en bancarrota. Tres trillones de dólares lo confirman.
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