No podemos descansar la pluma. No podemos dejar que nuestras ideas se las lleve el viento. No podemos dejar que Honduras se convierta en noticia de segundo día, de tercer día y que tarde o temprano muera oculta en las últimas páginas de los diarios.
No podemos dejar que el desgaste nos consuma porque lo que está en juego no es solo un “paisito” de siete millones de almas. Está en juego toda una victoria popular, un continente, dos continentes, muchas voces alzadas. Lo más parecido a lo que nuestros padres y abuelos añoraron, que vivieron la década de los 60, la política de la Alianza Para el Progreso, la sumisión a Estados Unidos. Oscuros personajes de esos años terribles de cruentas dictaduras han revivido en nuestra hermana Honduras. Tal es el caso del “canciller” Enrique Ortez Colindres, mejor conocido como el “Quique” Ortez.
Dueño de uno de los más costosos bufetes de Tegucigalpa, este abogado sin carrera diplomática se ha convertido en el bufón del gobierno de facto, empañando el brillo que Patricia Rodas le imprimió a la política exterior hondureña. Detractor del gobierno de Zelaya, bendecido por los medios golpistas de Honduras, especialmente por El Heraldo, el “Quique” también es el vocero consentido de CNN.
En el blog hondureño “El Emilio”, encontramos esta definición del columnista César Lazo: “Quique Ortez Colindres: canciller golpista quien, en todos los gobiernos, siempre ha vivido del erario nacional menos con Zelaya”.
En otros blogs de Honduras escriben lo siguiente: “Enrique Ortez Colindres un pobre senil, que a pesar de tener medio siglo en política (50 años), no ha hecho nada relevante, absolutamente nada destacable, ahora y siempre nunca ha tenido el respeto de nadie, por eso al igual que Juan Ramón Martínez, ha terminado de supuesto “analista” político, obedeciendo y criticando cualquier acción a favor del pueblo. Considerando la pobre carrera de este hombre solo esperamos que todos lo conozcan como uno de los personajes mas humillantes y repudiables de Honduras”.
Lean esta otra perla extraída de una entrevista publicada por el diario El Heraldo en octubre de 2008: “Una vez mi abuelo estaba acostado en la hamaca y me dijo que yo fuera abogado y le pregunte que por qué y él me respondió que para que luchara por la justicia (…) y luego me fui a Francia, porque he sido admirador de la libertad”.
Y más adelante dice: “Yo fui socio del papá de "Mel", alguien muy querido y trabajador en el departamento de Olancho; entonces, "Mel" es pariente mío, es tío en segundo grado”. El “Quique” llama despectivamente “melcocheros” a los partidarios del gobierno de Zelaya.
En el fondo, una de sus grandes molestias con Zelaya es que éste no lo designó embajador de Honduras ante la ONU.
Es este uno de los personajes que ahora gobiernan Honduras, apoyado desde fuera (ahora hay mucho más certeza de eso). No sabemos si para despistar, se refirió al presidente Obama recientemente como “ese negrito que no sabe nada de nada”. En el fondo, la soez irreverencia de “Quique” descansa sobre un poder que comienza a mostrarse más explícitamente, con la designación de Oscar Arias como “mediador” ante estos golpistas, por parte de Hilary Clinton.
Las “excusas” presentadas por Ortez ante las expresiones catalogadas de “rascistas” por la Casa Blanca, contrastan con su ratificación de que no se negociará el regreso de Zelaya.
Cuidado con el giro de los acontecimientos, pues mientras el pueblo hondureño está en la calle resistiendo, los hilos poderosos hacen movimientos para debilitar al bloque latinoamericano que ya no se cala más las políticas imperialistas.
Cuidado, porque en nuestros países puede haber muchos “Quiques” esperando resurgir…
luisana.colomine@gmail.com
