Mientras que la delincuencia hace estragos en las comunas, el cuerpo policial de Venezuela coloca puntos de control en las principales avenidas y calles con el único fin de matraquear a los conductores, como caso típico lo vemos en la barriada La Adobera y California, en la parroquia San Blas, donde se forman largas colas porque los agentes allí destacados se dedican a entorpecer el normal tránsito, para exigirle a los conductores una cinquentada, (dinero en efectivo), sobretodo en las pasadas días de fiestas, teniendo en cuenta que ésta es una vía importante para abordar la autopista que nos dirige a otros Estados de ésta República Bolivariana de Venezuela.
Esta anomalía, forma parte del país que no queremos, ya atrochado por la corrupción y falta de autoridad de quienes conducen las riendas del poder público. Debo enfatizar que el sector privado no se ha quedado de brazos cruzados y ha expresado en algunas instancias este borchonosos asunto que lo vemos a lo largo del Estado sin la presencia de un efectivo del ejército y de la policía técnica judicial, como fue el convenio acordado en años anteriores, luego del secuestro y vil asesinato del apreciado y querido industrial como empresario, el Señor Sindoni, hombre que dio todo su esfuerzo para el crecimiento socioeconómico del Estado Aragua, Venezuela.
Estos puntos de control deben ser supervisados, porque, esta alentando niveles de corrupción que daña la ética del funcionario público.
La seguridad es un derecho inalienable de los venezolanos y, por eso cancelamos nuestros impuestos. Sin duda, la seguridad del país debe ser revisada muy bien por nuestro presidente, que, hasta el momento ha asumido un papel de importancia en este segmente, pero,confiando en sus subalternos.
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