En el alma de ese clamor se expresa, con más o con menos conciencia, el malestar histórico de los pueblos contra la lógica demencial del neoliberalismo, contra la idea burguesa que, además de adoctrinar muchachos con fardos ideológicos al servicio de la explotación, pretende cobrárselos, hacerlos que paguen por esa “educación” que el sistema fabrica para servirse a sí mismo. La náusea.
Ese clamor que camina las calles chilenas, transita con una historia a cuestas en la que todos estamos involucrados y todos debemos asumir responsabilidades solidarias. La lucha de esos muchachos, la lucha de ese pueblo, que ha debido padecer canalladas infernales, no se agota con exigir “educación gratuita”. Está muy claro. Ya hemos visto que, además de estar en extinción, la educación pública padece, en lo general, infiltraciones ideológicas de toda calaña, con vicios sectarios y burocráticos de género tan injusto como obsceno. Ya hemos visto cómo la “educación pública y gratuita” ha sido vaciada de su obligación histórica de ser un motor de transformación social y una fuerza del saber para la resolución de los problemas y las necesidades sociales. Ya hemos visto que, bajo el capitalismo, -sin olvidar las excepciones más honrosas- los modelos educativos están condenados al servilismo para el saqueo y la explotación.
“Estudiantes de universidades tradicionales y privadas, escolares, profesores de establecimientos educacionales, académicos y funcionarios de planteles, entre otros, marcharán este jueves, a partir de las 11:00 horas, desde Plaza Italia por la calzada sur de la Alameda y hasta Los Héroes, en demanda por la recuperación la educación pública para Chile y fin al lucro en la enseñanza.”[1]
Ya se preparan los carabineros, ya se preparan los gerentes saliváceos del gobierno… ya se alistan los lebreles de las cloacas periodísticas burguesas, ya se preparan todos los que querrán aprovecharse de este episodio para abonar su cuota de oportunismo, desviación, degeneración y reformismo. Ya están listos, para eso los han “educado” paciente y sistemáticamente. También los muchachos se preparan en el crisol de la movilización y del debate transformador y a ellos debemos hacer llegar un abrazo solidario y una voz de alerta. Ellos lo tienen bastante claro pero… “Hace un mes que los estudiantes agrupados en la Confederación de Estudiantes Universitarios (Confech) se encuentran movilizados. Alumnos de la Universidad de Chile ocuparon la semana pasada la casa central del plantel. La presidenta de la Fech, Camila Vallejo, dijo que para conversar con las autoridades de Educación necesitan garantías porque las veces que se han reunido con éstas ha sido un repaso de información, declaración de buenas intenciones, pero compromisos reales, concretos, que vayan en la dirección real de recuperar la educación pública y de terminar con el lucro, porque es un derecho y no una mercancía, no existen, expresó la dirigenta.”[2]
Para sacar a la Educación del secuestro en que vive hay que proyectar la lucha hacia el Socialismo. El problema no es sólo de recetas pedagógicas o, administrativas. La crisis de la educación es la crisis de la sociedad burguesa y eso es una crisis mundial que se expresa en la pugna de las trasnacionales por negociar con el conocimiento. No nos es suficiente una reforma… es necesario liberar a la Educación de las limitaciones ideológicas y materiales de una sociedad basada en la miseria, la barbarie y la ignorancia. Exigir una educación poderosa en lo cultural, técnico, científico, artístico; para romper con toda enajenación de familia, iglesia… la sociedad burguesa hasta su superación definitiva apoyada en sus mejores conquistas. “Por su parte Camila Vallejo, presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, realzó la transversalidad del movimiento que estalló hace dos meses en el país suramericano y en el que se exige que el Estado sea garante de la educación. La educación debiese ser un derecho y en Chile no lo es, recalcó la dirigente universitaria.”[3] Ese clamor que recorre a Chile es un clamor tan de todo el mundo, es un “fantasma” joven que va y viene entre los muchachos de España. Grecia, Francia. México, Venezuela, Ecuador… es un ánimo nuevo, urgente y necesario. Es imperativo que se sepa acompañado. Rompamos el bloqueo mediático.