Muchos colegios privados no tienen derecho al aumento de la matricula escolar porque incumplen las normativas que rige la educación popular sistemática y en nada, benefician el salario de los docentes. Estas alzas, solo benefician a los dueños de las instituciones educativas, que, tienen como mercadería la educación venezolana. En Carabobo, existen colegios que no pagan cesta ticket, bono vacacional y vacaciones, a pesar, de que son visitados por los supervisores distritales y coordinadores regionales. Lo que demuestra una gran falla en el ejercicio educativo del maestro y, quienes conforman el ala administrativa del plantel. La educación privada, debe ser revisada en sus diferentes fases porque no hay un sentido de relación alumno- profesor- directivo. Además que las instituciones operan en viejas casonas, con espacios muy reducidos que perturban el proceso de enseñanza aprendizaje.

La inoperancia en Carabobo no es solo educativa. Al salir a la calle, nos encontramos una ciudad que deprime y el colectivo, no puede caminar por sus calles por los obstáculos de la vía o en su caso, la delincuencia. Por lo tanto, nos encontramos frente a un Estado y un Distrito que nos revela una negligencia total en cuanto a los registros del gobierno bolivariano a nivel nacional. Es necesario, reflejar ante el Poder Popular un proyecto unitario para lograr en Valencia, una ejecución prioritaria de obras ya planificadas con anterioridad, pero, ante la falta gerencial del Alcalde nos sumimos en una apatía total y, no reclamamos nuestros derechos.

Los vecinos, deben reunirse periódicamente para revisar el cumplimiento de los programas de estudios, por parte, de los dueños de colegios y revisar el mantenimiento de las aulas, como ubicar espacios geográficos para que el gobierno nacional evalúe la construcción de escuelas y centros de enseñanza para la mujer, en todo lo relacionado con especialidades femeninas.

En educación, no podemos seguir cabalgando en errores y, el cuerpo de bomberos debe revisar muy bien la permisologia, al igual que en el aspecto sanitario. Allí, vemos la antigua política funcionando, me refiero al de los intereses personales sin importar la calidad de vida y el dinero del docente, en consecuencia, en lo absoluto debe existir un aumento de la matricula escolar, solo resta observar el nivel de vida de quienes se dicen propietarios de colegios y escuelas privadas. La educación venezolana, constituye un verdadero negocio para un grupo reducido de mercaderes.

La educación venezolana, debe adecuarse a un cambio generacional y los pilares políticos de la misma deben darse en un solo sentido y globalizado el mensaje, nadie esta en el derecho de criticar al Estado, en el sentido de asentar las premisas para una educación acertada y donde cada participante tiene derecho a elevar un criterio de sustentación ideológica.

La idea, es el cumplimiento de las directrices emanadas por el Ministerio Popular para la Educación y otorgarle facilidad al estudiante para su trabajo comunitario con el municipio, en el contexto territorial donde se encuentra ubicado el centro de enseñanza. A la vez, el plan de becas integrado que facilita el gobierno bolivariano de Venezuela. Por otro lado, la educación pública contrasta con la privada que, en algunos casos tiende a ser más dialéctica y pragmática y donde el profesor es preparado de una manera integral y adaptado a los nuevos sistemas de desarrollo científico.

La ciudad debe crecer acompasada en los polos de desarrollo humano y la industria del crecimiento social que, tiene su origen en las bases educativas del Estado. Hay que darle a la escuela una solidez impecable, gracias al esfuerzo mancomunado de nuestros maestros en todos los niveles de educación, establecida por quienes regentaron su oficio en el pasado.


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