Antes que nada, disculpen la parte personal de este artículo. Pero es que mi hijo menor ¡se graduó hoy de ingeniero! En la Universidad Central de Venezuela. Y naturalmente asistí con orgullo y felicidad al acto formal. Felicidad que se diluyó algo cuando oí con atención parte del discurso del Rector encargado doctor Nicolás Blanco. Un discurso que se esperaba académico, un dictado de cátedra magistral para todos esos jóvenes que hoy salen al mundo con su título en la mano, un discurso extraordinario como sí pudimos oir ayer en el Acto de Imposición de Medallas, en la misma Aula Magna. Palabras del orador de orden, profesor Julio Rodríguez quien lleva 49 estupendos años dictando aún clases y sirviendo al país. En resumen una enseñanza de vida que yo también aprendí en algún momento: resulta mucho más valioso el tiempo que un profesional pueda dedicarle a la familia que el tiempo que se invierte y, digo yo hasta se pierde, en producir dinero y éxitos. Igualmente académico, de otro tenor el discurso de la Decana de la Facultad, ligado a la actividad profesional de los ingenieros muy asociada a la gran responsabilidad que conlleva colaborar con el cambio climático. Pero lo más hermoso de éste fue pedirle a los casi 200 graduandos que no acrecienten las estadísticas de jóvenes que abandonan el país porque "Venezuela ha invertido en ustedes y ahora ustedes todos deben invertir en ella".
Esos dos fueron los discursos emotivos, sentidos, con significado especial, apropiados para el momento, un regalo para los graduandos.
Pero el Doctor Nicolás Bianco, aprovechó, ni corto ni perezoso, ese especial ámbito académico, el principal auditorio de la UCV, Patrimonio Mundial registrado por la Unesco, lleno de profesionales jóvenes de agronomía, ciencias e ingeniería, de sus profesores, familiares y amigos. En un acto de gran alegría y esperanza, sentimientos que utilizó para recordar a todos que "ahora si tenemos una Asamblea democrática", ahora sí, afirmó que la UCV y las universidades públicas van a apoyar fuertemente, porque es perentorio enfrentar la mayor de las crisis económicas, sociales y políticas de Venezuela, y entre otras, se hace necesario y urgente que la primera ley sancionada sea la de Amnistía para liberar a los jóvenes héroes de la patria encarcelados injustamente. Palabras más palabras menos, algo así, con este sentido. ¡Ah! y pidió el doctor Bianco que los aplausos del público sirvan para incentivar, apoyar y animar a los 112 diputados que empezarán sus funciones en las próximas semanas.
Pero en tan desacertado discurso, donde el orador aprovecha un Acto de Graduación para manifestar sus muy personales opiniones, que sabemos son también las de la Rectora García Arocha y de los otros directivos, olvidó el doctor Bianco que no movieron un dedo para evitar que grupos de estudiantes de las universidades, incluyendo la UCV, fueron manipulados para participar en las guarimbas, cuando además ahora se sabe que participaron también paramilitares y delincuentes, incluso descuartizadores. En su hablar muy democrático, olvidó el orador que TODOS los egresados de este día, de las varias facultades, perdieron un año o más de sus carreras a causa de paros y suspensión de clases avalados por estas mismas autoridades que hoy los felicitan.
Olvidó el doctor Nicolás Bianco, tocayo de nuestro presidente, que esta universidad debe ser plural, y abierta a todas las corrientes del pensamiento, y que ha debido respetar la menor, pero significativa representación del 40 por ciento que no votaron por esos 112 diputados, y que ahí nos encontrábamos en ese recinto. Seguramente, y con cierta razón, pensó el Rector encargado de la UCV que ese 40 por ciento no debía estar presente en un día como hoy, día de graduandos universitarios, porque los hijos de los pobres difícilmente se gradúan y menos en universidades donde se sabe del ingreso elitesco, de clase media para arriba. Lo que impulsó por cierto al Presidente Chávez a crear la Universidad Bolivariana y todos sus Núcleos esparcidos por el país. Si, ciertamente con muchas deficiencias a las cuales estos centros históricos del saber debían contribuir a mejorar.
En este discurso tan democrático, de estímulo y apoyo únicamente a los 112 nuevos electos diputados de la oposición, también se le olvidó mencionar que estas mismas autoridades, ellos mismos que hoy todavía confieren títulos universitarios, han vencido su período legal hace varios años, desatendiendo e irrespetando la sentencia de la Sala Electoral del TSJ sobre la reforma del Reglamento de Elecciones Universitarias de la UCV, a fin de ajustar su contenido a las disposiciones de la vigente Ley Orgánica de Educación. Tremendo ejemplo a los nuevos profesionales, de claro desacato de la Ley. Y seguramente estas autoridades universitarias también pedirán a la nueva Asamblea Nacional su derogación o modificación.
Como bien señaló un compañero profesor universitario "las autoridades rectorales no están realizando el papel que le corresponde de dirigir una institución del Estado venezolano, el de cultivar los valores de convivencias, solidaridad, paz y respeto al pensamiento universal. Esto ocurre porque hay intereses políticos que provienen de la MUD, siendo algunos profesores y estudiantes, grupos activistas políticos conduciendo a la UCV en una ramificación de la MUD". He aquí la respuesta a la lamentable falta de pluralidad en el discurso de orden del día especial de graduación realizado por Nicolás Bianco.
No obstante lo ocurrido el día de hoy, ¡quiero ser optimista! Y esperar que esto fue sólo un lamentable discurso puntual, que mi universidad, la Universidad Central de Venezuela, de donde salieron tantas glorias, que tuvieron magníficos Rectores como Francisco De Venanzi, vuelva pronto, muy pronto a seguir siendo la casa que vence las sombras.
