Hoy apenas falta una semana para que los docentes deban cobrar la segunda quincena del mes de septiembre. Y pese lo avanzado del tiempo, nada se sabe de las tablas salariales. Uno pegado a la sensatez, nada ha dicho al respecto porque bien sabemos que a partir del salario mínimo, en el gremio docente, por razones derivadas de la Ley, que no pueden ser borradas por un decreto porque que ellas resultaron de largas luchas, se aplican las categorías que, sólo en el caso de quienes tienen título universitario van del I al VI. Sin olvidar que entre activos y jubilados hay otras escalas distintas a esas. Por la misma sensatez está dispuesto a entender salidas que tomen en cuenta las disponibilidades del Estado, lo que no significa aceptar se viole la normativa y justicia.
Pero pasan los días y nada se dice. Hasta la dirigencia gremial asegura no saber nada al respecto y según sus voceros todavía no se han podido reunir con el nuevo ministro para hablar de tan importante como peliagudo asunto. Lo que empieza a preocupar, dado el inicio del nuevo año escolar y los comentarios acerca de la "fuga" de un número importante de educadores, justamente buscando mejores salarios.
No lució casual la salida de Jaua del Mppe. Pareciera que, aparte de otras razones, privó la necesidad de tener allí un personaje con la suficiente disposición e historial y "credenciales", en el sentido pragmático que se la da a la palabra, para enfrentar lo que pudiera venir. Los hechos prueban que la iniciativa de aumentar el salario mínimo ya está frustrada, como la de los llamados "Precios Acordados", pues la inflación y la especulación que les acompañan se encargaron de eso. Por lo que el asunto de las "Tablas Salariales", toma mayor importancia y obliga a los profesionales de la docencia, como a otros trabajadores, volverse muy rígidos y vigilantes con el cumplimiento de la Ley, racionalidad y justicia. Está bien aquello de "igual trabajo, igual salario", Como que quienes ejecutan la misma tarea con un organismo municipal, regional o nacional reciban la misma remuneración. Pero no hay que confundir las cosas.
Aparte de otras razones, posiblemente Maduro y sus asesores, no vieron en Jaua el hombre competente para enfrentar lo que significa el conflicto que pudiera derivarse de la aplicación de las tablas salariales en el ámbito administrativo y docente en el Ministerio de Educación. Algo de eso se dejó entrever con la muy divulgada arenga del Ministro Padrino López a un sector de la Fuerza Armada, relacionada con el mismo asunto. Aristóbulo llegó a ese cargo por primera vez con el aplauso unánime de los educadores, incluso de quien esto escribe. Pero tengo razones de distinta índole para sentir muchas inconformidades, gremiales y académicas, de su gestión. Para no abundar mucho debo recordar como aprovechó la anti gremial conducta de los sindicatos, de dejar vencer la fecha para introducir un proyecto de contrato, ocupados en querer tumbar al gobierno, en virtud del vencimiento del vigente, para imponer unas tablas salariales o porcentajes de aumento de miseria en un momento que la situación económica del país era bastante buena o por lo menos el precio del petróleo y la producción del mismo estaba en altos niveles. Lució Aristóbulo vengativo y juez por demás injusto, queriéndole cobrar la conducta a todas luces equivocada de ciertos gremios a los educadores todos. También, sin atender a lo establecido en el "Reglamento del Ejercicio de la Profesión Docente", entonces vigente, limitó la escala V a quienes tuviesen postgrados o maestrías. Dejando a muchos, como el suscrito, en el nivel IV. No hice maestría y postgrado, porque el único aliciente que había, por lo menos para mí, era que me subiesen el sueldo y no estaba dispuesto en mi ámbito, el único al que tenía acceso, a someterme a un procedimiento que restaba el demasiado tiempo que necesitaba para estudiar lo que en verdad me interesaba. Además, los docentes que entonces dictaban y administraban esos postgrados y maestrías, no parecían tener lo que uno buscaba. En la vida he estudiado para aprender y no para que me aumenten el sueldo. No tuve posibilidades de hacer un postgrado que me interesara como a nivel de investigación en el campo de las Ciencias Sociales, Historia de la Economía, Pedagogía. En nuestro espacio eso no se ofrecía sino unos como "administración escolar" que no estaban en el campo de nuestro interés. Aquellos había que hacerlos en Caracas y no gozaba de recursos para eso ni respaldo político para que diesen permiso remunerado.
Si alguien tuvo una conducta como gobernante absolutamente contraria al interés de los educadores, ese fue Aristóbulo mientras ejerció la Gobernación del Estado Anzoátegui. Tanto es esto cierto, pueden preguntarlo a cualquier maestro, que sistemáticamente se negó a negarles el derecho a contratar. Cuando comenzó su ejercicio de gobierno, habiendo sido antes gobernador Tareck William Saab, el contrato estaba vencido y se fue sin renovarlo. Los docentes quedaron sujetos a los aumentos de salario mínimo que decretaban desde el Ejecutivo nacional. Pero aún así, hasta eso se negó consecutivamente a pagarlos con la debida prontitud. No creo equivocarme si afirmo que el docente peor pagado de Venezuela fue el de Anzoátegui siendo Istúriz gobernador. Su sustituto, de cuando se lo llevaron para la ANC, Nelson Moreno, por asuntos de sensibilidad, tuvo que dedicarse a pagar, hasta irse, esa deuda enorme entonces dejada por Aristóbulo, sin dejar por detrás la larga lista de jubilados a quienes tampoco les pagó las prestaciones.
De manera que no es una buena noticia, como decir, "llegó uno de los nuestros", como una vez creí, eso del retorno del ex dirigente sindical del magisterio, para más señas, al Ministerio de Educación. Aparte de otras razones que pudieron determinar la inesperada salida de Jaua del Ministerio, sin que lo enrocasen en lo inmediato a otro destino como es lo usual, pareciera ser que esperan una dura confrontación y creen ver en Aristóbulo - otro sueño iluso de Maduro- el hombre duro, por decir lo menos, como lo ha sido con el magisterio mientras ha gobernado o quien por sus antecedentes pudiera manejar con propiedad la aplicación de las nuevas tablas salariales.
La verdad y hasta lo inconveniente, es que el silencio sepulcral del gobierno sobre ese tema, como quien espera pasar un clavo caliente, es que todo pudiera resultarle al revés de lo que piensa. Pudiera más bien estar aumentando el nivel y capacidad destructiva de una bomba de tiempo. El gremio, en todos sus niveles, desde el universitario hasta la escuela inicial está pendiente de lo que va a acontecer y hasta tiene sus tablas, derivadas de lo previsto en las leyes y los contratos. Y lo que es peor, lo que vienen haciendo los empresarios, productores y comerciantes, como que a partir de unos "Precios Acordados", bastante altos, un mes antes que el nuevo salario entrase en vigencia, aumentan más y más cada día y hasta desconocen públicamente lo que firmaron, pone a los gremios y trabajadores de la administración pública y la docencia en actitud no sólo vigilante sino beligerante. Basta con leer las redes sociales para comprobar que, pese la mudez oficial p quizás por ella misma, los interesados están a la expectativa.