Ya oficializada la remoción del cargo del Director de la Onapre, no queda más que esperar nuevos nombres de otros y otras removibles que deberán salir también como consecuencia de la crisis con los docentes. Hemos dicho e insistimos que esta crisis salpica hasta al aparato comunicacional oficial. Fue evidente como "el canal de todos los venezolanos" y muchos "comunicadores de moda" apenas repitieron como loros una versión idealizada del país, cercenando y tratando de ocultar deliberadamente la otra cara de la moneda.
Es justo admitir hoy que entre los trabajadores de la educación que se movilizaron por la defensa de sus derechos laborales vulnerados abundan los que nunca llegaran a concederle ningún acierto al gobierno y hoy se frotan las manos creyendo que ahora si aparecieron los que derrocaran al chavismo. Pero así como reconocemos esto, desde el gobierno es importante que se admita que la movilización de maestras, maestros, docentes, profesores y trabajadores de la educación fue legitima y justa y fue motivada por rechazo a la política salarial que desde 2018 se está instrumentando. Si no se comienza a revisar con detenimiento lo que en materia laboral ha ocurrido desde 2018 al día de hoy, vendrán nuevos conflictos.
Es una contradicción insostenible que la economía del país comience a despegar y que los sueldos y salarios de los trabajadores apenas les permitan lo mínimo para subsistir en un país en el que aparecen "sectores privilegiados" minoritarios que se permiten derrochar desenfrenadamente.
Si bien al gobierno del Presidente Maduro hay que reconocerle haber sorteado la crisis y hoy mostrar signos importantes de mejoría, en el tema de la mejoría de los sueldos y salarios de los trabajadores hay un rezago que se hace impostergable. El modelo económico no puede reproducir el del capitalismo clásico en el que minorías disfrutan de privilegios mientras grandes mayorías están sometidas a la miseria y la escasez. Ese modelo fracaso estrepitosamente en la Venezuela del pasado reciente y si el actual gobierno erróneamente piensa que la restauración del capitalismo en el país es el camino, que se prepare para recibir la respuesta de la gente.
Es verdad que Chávez ya pronto cumplirá una década que nos dejó físicamente y no estamos en los mejores tiempos del frenesí revolucionario, pero que no se equivoquen quienes creen que el pueblo que ha resistido, como nadie más, aceptara mansamente que tantos avances y conquistas que se alcanzaron con Chávez sean borrados de un plumazo.
Hasta quienes en el pasado adversaron a Chávez en el seno del pueblo, saben valorar hoy los avances y progresos que se lograron en los tiempos de esplendor del chavismo. No se equivoquen quienes tienen la responsabilidad de tomar decisiones fundamentales en el gobierno. El pueblo sabe lo que le conviene y si algo queda más claro cada día es que en nuestro país restaurar el modelo capitalista superado solo convendría a minorías y elites que no responden a los intereses generales del pueblo.
