Lunes, 03 de julio de 2023.- ¿Qué es más importante el saber o el tener?, me preguntó un joven como de unos quince años, mientras esperábamos en una estación del Metro de Caracas, en la de Capitolio, para los curiosos.
Estábamos esperando que llegara nuestro transporte, que ya se tardaba un poco y con un andén a medio llenar.
Me le quedé viendo, un poco sorprendido y casi atontado por tremendo e inesperado gancho a mi cerebro, que andaba en otra cosa, directo y mirándome a los ojos, me volvió a preguntar, ¿qué le parece a usted maestro, qué es más importante?
Me le quedé mirando, tratando de precisarlo y le respondí: ¿qué te parece a ti?
Fue rápido al ripostar y me dijo, yo le pregunté primero.
Ahí nos reímos los dos y se desarrolló una conversación que intento sintetizar en esta corta nota.
En el país que vivimos, le dije y en el mundo que te ha tocado, el conocimiento, el saber, el manejar información valiosa puede ayudarte a vivir mejor y más sabiamente, a comprenderlo mejor y a hacerlo más llevadero, una de las bondades del saber, bien manejado, parece ser esa.
Por otra parte, el tener, es el valor más importante y de mayor reconocimiento en casi todas partes, pero sobre todo en nuestra Venezuela contemporánea, donde si no tienes, prácticamente no puedes hacer nada.
El tener es el norte de casi todos, porque es lo que nos permite sobrevivir, en esta época crítica y medio loca que nos ha tocado transitar.
Y no llegaba el vagón y el jovencito recomponía su artillería de preguntas: pero, usted se me está saliendo de la pregunta, maestro, a usted ¿qué le parece, cuál es su opinión?, precisó el joven bachiller o estudiante de algo, que no me atreví a preguntar.
Seguía llegando gente y nada que llegaba el metro, como le decimos aquí, en Caracas.
Mira, todo depende de lo que tú quieras de la vida, que establezcas que es lo que más te importa y de qué forma quieres vivirla, ese es un buen comienzo para determinar la importancia de algo, le dije mientras miraba al túnel oscuro, que no anunciaba la proximidad del tren.
Por otra parte, saber y tener no necesariamente tienen que estar divorciados, una cosa te puede ayudar a obtener la otra.
Se me quedó viendo con cara de incrédulo, que no pude seguir apreciando porque hubo como un parpadeo en la estación, por una falla eléctrica y aunque duró unos segundos, nos desalojaron de la estación.
En la evacuación de la estación, con el gentío, se me perdió el curioso y me hubiese gustado seguir conversado con él, si alguien lo conoce o lo identifica, por favor muéstrele este intento de respuesta.
Creo que dada las circunstancias actuales, aun cuando es una tendencia marcada en las grandes ciudades, la hipervaloración del tener arropa a casi todas las actividades del ser humano en estos años de inicios del siglo XXI, la obsesión del tener, el fetichismo del dinero y el poder del cual dota, de alguna forma a quien lo posee, hechiza y seduce, sobre todo a los jóvenes, de tal forma, que se transforma prácticamente en el único y principal objeto de su vida.
Capitalismo salvaje en su más fina expresión.
Tanto tienes, tanto vales.
Este axioma está hipervalorado y sobrestimado en los actuales momentos, en la vida de esta, nuestra nación, y el valor del conocimiento, de acuerdo a mi estimación, muy personal, está en su peor momento.
Hay un desprecio, prácticamente abierto y promocionado de forma descarada por algunos, hacia el conocimiento, al cual podríamos decir que aborrecen.
Se promueve lo práctico, se desprecia a la teoría, al estudio, a la investigación, al aprender, al estudiar, al leer se le mira casi como una pérdida de tiempo y sólo se valora el tener y el poseer como eje central de la vida de los ciudadanos.
Casi que se alaba a la ignorancia, cuanto menos sepas, mejor, parecen decir los promotores de este estado de ignorancia colectiva, conveniente para quienes quieren manipular a un país plagado de desconocimiento y de desprecio por el saber.
Deberías estar alerta con ese sonido de alarma, mi apreciado compañero de El Metro.
El estudiar no te produce billete y nos estamos transformando en una sociedad de comerciantes, contra los cuales no tenemos nada en contra, siempre han existido y son necesarios, pero una cultura que sólo gira en torno a la ganancia y en meterle la mano en el bolsillo al otro, para ver que obtienes, que le arrancas, una sociedad o comunidad que solo piensa en el tener, debe y tiene necesariamente que revisarse a si misma.
Pueden promoverse como se hace en otros países, competencias sobre el conocimiento en determinados temas de interés general, promover el amor al conocimiento, en vez de despreciarlo, hace años tuvimos algunas experiencias en esa área.
Recuperemos el valor del conocimiento y moderemos, en lo posible, la sed excesiva por el tener a costa de lo que sea.
Espero que estas reflexiones te sirvan a ti y a quien pueda aprovecharlas.
Buenas tardes, mi querida Venezuela y no se nos olvide que el ser humano es perfectible y puede mejorar su condición en casi todos los órdenes.