Pillaje estudiantil

Lo que más defrauda con la llegada de los años no es ni siquiera que nos anuncian que serán mucho menos los que deberán de llegar, sino que los hasta ahora llegados parecieran no haber sido suficientes para alumbrar el camino de los que vienen atrás, de aquellos que heredando el orgullo y el compromiso de ser estudiantes universitarios ciertamente les corresponde responder y garantizar una mejor presencia de nuestra humanidad en el planeta.

El grado de descomposición reinante actualmente en la dirigencia estudiantil, específicamente en la Universidad del Zulia, es francamente tétrico. Lamentablemente los “nuestros” tampoco han demostrado escapar de tan fatídica realidad. Por algo en las recientes Elecciones Estudiantiles sin derecho a pataleo les aplicaron un aventajado RR. La dirigencia estudiantil de la Oposición literalmente barrió con los nuestros.

Sin pretender el lugar común que infaliblemente suele delatar a los que ya se sienten más de allá que de acá, pero en el pasado las cosas resultaban ser de modo muy diferente de como se manifiestan actualmente. Y no porque hayamos sido mejores, sino simplemente pues sabíamos que luchábamos contra algo que tenía como mejor aliado nuestros propios bolsillos, nuestras propias debilidades.

Mucho de lo que actualmente sucede parte de la actitud desviada de algunos compañeros que en nuestro tiempo perdieron el sentido de nuestra lucha pretendiendo hacerse de herramientas para lucha. Pero en la actualidad el grado de descomposición ha venido tornándose peligrosamente homicida. Resulta nada “extraño” ver como los más destacados “líderes” estudiantiles mantengan en sus cuentas bancarias cifras astronómicas y, además, constantes vendettas que les impone el ritmo antisocial de su personalidad . Por ejemplo, el año pasado asesinaron al en ese entonces presidente de la Federación de Centros Universitarios de LUZ, en sus cuentas bancarias reposaban unos varios miles de millones de bolívares (viejos por supuesto), producto del reivindicativo y disputado negocio de los Tickets del pasaje estudiantil.

Pero así como los de arriba están muy bien “aprovechando” sus estudios, los de abajo se hallan disciplinados a también cumplir responsablemente con esta “pasantía”, y presurosos y algo envalentonados asumen la inventiva. Uno de los modus operandi es cobrarle de la manera más abierta y desvergonzada “vacunas”, “impuestos” o “colaboración” a los micros o autobuses que diariamente transitan por el frente de la Facultad de Humanidades e Ingeniería. Nadie se salva, la advertencia de su encendedor Zippo es elocuente señal de las piromaniácas intenciones de lo que son capaces de hacer.

Suelen actuar varios, los visibles o recaudadores se hayan apostados en ambos extremos de la calle. También hay otros que haciéndose pasar por simples estudiantes se encuentran prestos a aleccionar a cualquier desordenado chófer o a cualquier ex-dirigente estudiantil que les reclame tal vandálica actitud. Según los profesionales del volante diaria y cotidianamente realizan tales actividades.

waldomunizaga@hotmail.com







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Waldo Munizaga


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