La política de nombramientos en Pdvsa y la necesaria guerra a la corrupción

"Actuar con integridad para reflejar positivamente los valores,

imagen y prestigio de la Empresa"

(Norma 16 del Código de Conducta Ética Socialista de PDVSA)

La corrupción en la industria petrolera es una práctica de larga data que por razones de dignidad de la Nación tenía que hacerse pública, como en efecto ha pasado. Y hacerse pública no porque los medios informativos –traficantes de la noticia- lo digan; sino por que lo afirma una instancia del Estado Venezolano con competencia en la materia, como lo es la Fiscalía General de la República, a la cual los trabajadores petroleros le damos absoluto respaldo en la cruzada por el adecentamiento administrativo de PDVSA, sus Filiales y Empresas Mixtas.

Evidentemente esta situación que ha develado los delitos en los cuales están incursos cuadros gerenciales de la Industria ha generado profundo malestar en la clase trabajadora petrolera. En primer lugar porque el trabajador petrolero sabe y le gusta respetar al líder honesto, y en segundo lugar porque justamente esa clase trabajadora petrolera viene denunciando, desde el año 2015, con el inicio del Plan Estratégico Socialista 2016-2025, todo el entramado burocrático de la Industria que se presta para ocultar la corrupción y la ineficiencia; esta denuncia fue refrendada en las Jornadas de Golpe de Timón, efectuadas en marzo de 2017, en las cuales la vocería PES-Golpe de Timón diseñó, con las propuestas emanadas de la clase trabajadora, 5 documentos históricos cuya acción medular apunta al rescate de la ética en la Industria, a través del Código de Conducta Ética Socialista de PDVSA, sus Filiales y Empresas Mixtas, la necesaria e imperativa contraloría de los trabajadores sobre los procesos administrativos y operativos, a través de la conformación de los Consejos Socialistas de Trabajadoras y Trabajadores, la refundación legal de la Industria con la redacción de nuevos Estatutos de PDVSA, la transformación del modelo organizacional con el documento sobre Transformación Estructural de PDVSA y una nueva filosofía para que la clase trabajadora genere nuevas formas de asumir el proceso productivo como lo es el documento sobre Injertos Socialistas. Cabe destacar que estos documentos están siendo soslayados.

Vale decir, la clase trabajadora petrolera, comprometida con la Nación, consciente de su papel histórico, ha dado los pasos pertinentes para desmontar los vicios que fundacionalmente configuraron la genética de la industria petrolera nacional. Recordemos, nuestra Industria era un enclave norteamericano en el país; eso implicó que sus principios administrativos y organizacionales correspondían a una visión antinacional que gradualmente desnacionalizaba a su personal. Pero más allá de esto, esta Industria fue utilizada para desangrar al país, a través de procesos corruptos, amañados. Desde sus inicios las trasnacionales cometieron todos los desmanes posibles e impusieron sus prácticas "empresariales" dentro de las cuales la corrupción era eje fundamental, por ello se hizo rutina el chantaje, el testaferro, los "obsequios", el sistema de prebendas. Larga es la lista de despojos en el devenir histórico.

Igualmente, la política petrolera de la Nación también fue signada por prácticas corruptas: la manipulación del mercado para impulsar la política de bajos precios y mayor producción, la política de internacionalización (para ser eternos exportadores de crudo lo que nos llevó a comprar refinerías en el exterior que en nada nos beneficiaron), en lugar de la internalización, que debió ser la política asumida para desarrollar en el país los procesos industriales que permitirían el procesamiento del crudo para generar sus derivados y obtener mayores ganancias para el fisco nacional. Todas fueron prácticas lesivas al interés nacional, prácticas corruptas, acordadas para comprometer la soberanía nacional incluso hasta hoy, porque hubo acuerdos que fue imposible deshacer legalmente.

Si hacemos referencia a la nacionalización, igualmente encontramos que fue un hecho históricamente corrupto de estafa al pueblo venezolano, donde incluso se indemnizó a las transnacionales con una onerosa cifra para la época por entregar una infraestructura en proceso de obsolescencia. Pero además, gradualmente, se fue implementando todo un sistema de tercerización, de contratación de servicios con trasnacionales y de siembra de contratistas a lo largo del territorio en las áreas petroleras; sistemas empresariales cuyo fin histórico fue succionar los recursos que generaba la renta petrolera, succionar no sólo a través del servicio, sino a la través de la obtención amañada de contrataciones y otras ardides en las cuales las trasnacionales son expertas porque desde su fundación su lógica ha sido la apropiación del recurso por los fines que sea, incluso la guerra cuando la han "necesitado".

El "éxito" del sabotaje petrolero en el 2002-2003 constituye también una evidencia de la corrupción del ser que puede generar una organización fundada bajo los principios de las transnacionales petroleras. ¿Bajo qué lógica actuaron los trabajadores que sabotearon instalaciones, sustrajeron y dañaron equipos de importancia medular para la operatividad de la Industria? Bajo la lógica de la arrogancia de las trasnacionales que buscan imponerse, una lógica destructiva y aniquiladora del otro, una lógica que llevó a estos trabajadores a verse como "propietarios" y asentirse con el derecho a destruir la industria si no se cumplían sus caprichosas peticiones.

Ahora bien, superado el sabotaje petrolero del año 2002-2003, ¿qué medidas tomó la dirigencia de nuestra Industria para nacionalizarla e igualmente a su personal? Ciertamente se han hecho esfuerzos desde lo político, sobre todo desde el Ejecutivo Nacional, tanto con el Comandante Chávez como con el Presidente Maduro, sin embargo, es necesaria una revisión profunda de los principios organizacionales, operativos y administrativos que fundamentan la gestión de nuestra Industria. Toda empresa capitalista tiene intrínsecamente el germen de la corrupción en su estructura constitutiva; porque el capitalismo es corrupto, esa es su naturaleza. Como sistema vive y se nutre de la corrupción, por lo tanto las organizaciones conformadas bajo régimen capitalista también son corruptas. PDVSA fue creada como una organización absolutamente capitalista, sin embargo, ha sido el gobierno revolucionario el que ha aportado para que, desde sus fines políticos sea una organización socialista, constructora de solidaridad internacional y responsable del compromiso social con el pueblo venezolano.

Nuestra Industria petrolera, hay que decirlo, no ha dado los pasos decisivos para curar el germen de corrupción heredado. Las estructuras organizacionales siguen siendo esencialmente las mismas del patrón trasnacional. La forma administrativa para la toma de decisiones sigue intacta. No basta la asignación de gerentes cuando el modelo organizacional está dado para anonimizar y ocultar la corrupción, la ineficiencia, el clientelismo, el grupismo, el amiguismo; tanto en la administración de recursos como en la administración de personal. Se han realizado algunas reestructuraciones, pero básicamente han servido para crear más burocracia y acrecentar las profundas brechas en la toma de decisiones, concentrando en pocas manos la discrecionalidad en el manejo de recursos, contratos, compras y sus similares.

Administrativamente PDVSA funciona como un conglomerado de empresas, que terminan siendo micropoderes, cada micropoder se encadena a otra instancia de poder; así se arma el entramado funcional desde lo local hasta lo corporativo. Desde las regiones el gerente dirige su micro mundo y le informa a su línea, desde su visión y su discrecionalidad, el desenvolvimiento de "su" organización; la toma de decisiones no se hace en colectivo, no se escucha a quienes operativizan los procesos sino a los "líderes" de cada proceso, que tampoco consultan a su personal o tienen poco contacto. Hay sus excepciones, pero son sólo eso, excepciones.

En cuanto a las decisiones de cargos de responsabilidad, realmente la Industria no ha tenido una verdadera política, ajustada a la equidad y a la justicia buscando el equilibrio entre las competencias técnicas, humanas y revoucionarias de quienes ostentan cargos gerenciales. La verdad es que desde el grupismo implantado por las transnacionales, poco ha variado esta práctica. Se hizo tradición. Dependiendo del grupo al que se pertenece, y de las posiciones de poder que van escalando tales o cuales grupos, así se opera para los cargos de decisión, tanto en las Divisiones como a nivel Corporativo. Esta es una verdad como una catedral. La política de nombramiento de cargos es además excluyente, como lo era en la vieja PDVSA (esto se ha mantenido intacto en la Norma, ¿a qué se deberá?), la nómina no contractual no puede accesar fácilmente a cargos supervisorios, hay limitantes administrativas que no se han "corregido". Así, entre las exclusiones, las nóminas y el grupismo cabalga, entre aciertos y desaciertos, la asignación de cargos de responsabilidad. Esta es una realidad que debe ser transformada y que la clase trabajadora no va a renunciar a hacerlo.

En las actuales circunstancias es urgentemente imperativo empoderar a los trabajadores, no hacer de ellos gerentes, sino hacer de ellos verdaderos contralores de los procesos, mientras que los gerentes sólo deberían figurar como habilitadores de esos procesos. Es lo que tanto Chávez como Maduro llaman "mandar obedeciendo". La clase trabajadora está preparada para ello. Su mayor ambición es hacer de nuestra Industria Petrolera una Corporación Socialista indestructible, desde su visión, sus objetivos y, especialmente, en la operativización de sus procesos y decisiones. No vamos a dar reposo a nuestra alma ni descanso a nuestro brazo hasta no romper las cadenas que nos atan a esa cultura ignominiosa sembrada por la visión capitalista. Ha llegado el momento de hacer letra viva la Norma 3 del Código de Conducta Ética Socialista: "Garantizar una estructura organizacional con estrategias, objetivos y valores éticos, que potencien la autonomía, la integración, la igualdad; propiciando la eficacia y la eficiencia en la gestión, convirtiéndose en un elemento esencial de bienestar y satisfacción"

¡Vivieremos y venceremos!

¡Independencia y Patria Socialista!

¡El sol de Venezuela nace en El Esequibo!

 

 



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Mary Madueño


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