Opuesto al proceso de construcción del sujeto histórico de la revolución bolivariana, tenemos el proyecto contrarevolucionario de construir una sociedad de individuos soberanos cuya meta no es cambiar sino conservar el viejo orden social capitalista burgués La llamada MUD, en inglés el Pantano, agrupa o trata de agrupar individuos que defienden sus privilegios, viejos o nuevos, utilizando el partido mediático (Globovisión, Televen, El Nazional, el Universal, Ultimas Noticias, las radios, etc) como vehículo para vocear sus eslogans y las consignas que mueven a la masa de individuos cuyas mentes ya han sido convenientes disociadas, alienadas y alterada para que no puedan percibir, entender o analizar la realidad social que les circunda y que solo responden a los estímulos pavlovianos inducidos mediáticamente: fuera Chávez, Muera Chávez.
Una vez asentadas en la Asamblea Nacional las augustas posaderas de los diputad@s de la contrarevolución, est@s tendrán que responder a los intereses de quienes financiaron la campaña de El Pantano: la CIA, la NED, la USIS y el Departamento de Estado del gobierno de los Estados Unidos, las fundaciones y NGO europeas, los “empresarios” venezolanos agrupados en Fedecámaras y sus compinches internacionales “empresarios” de Colombia, México, Panamá, España, Perú, Chile, Alemania, etc., intereses que no son generalmente compatibles con la masa de individuos que los eligió y muchos menos con los interéses nacionales de Venezuela. Ya volveremos a oír a los pobres explotados exclamar el eslogan masoquista de: con mis empresarios no se metan, ellos me explotan porque me aman...
Para desconstruir esa masa de individuos alienados y mistificados por la ofensiva ideológica mediática es necesario desmistificarlos construyendo un imaginario cultural revolucionario. Como nos enseña la realidad venezolana, no basta con dar a los ciudadanos una mejoría en sus condiciones materiales de vida, meta que ha logrado y sigue consolidando con gran esfuerzo la Revolución Bolivariana bajo la guía de nuestro líder Hugo Chávez Frías. Esta aparente contradicción nos enseña o debería enseñarnos que es necesario que, al mismo tiempo que se mejoran las condiciones materiales de vida, diseñar y poner en práctica políticas culturales que apunten hacia la desalienación de esa masa de individuos a los fines de ganarlos para el sujeto histórico de la Revolución Bolivariana. Ya durante más de veinte años hemos expuesto, analizado y detallado en numerosos libros y artículos escritos en coautoría con Iraida Vargas-Arenas, las teorías y las prácticas para llevar a cabo –en nuestra opinión- el diseño y funcionamiento de esa política cultural. Lamentablemente no hemos logrado ser oídos -por ahora- pero seguimos insistiendo y apostando por el triunfo del sujeto histórico de la Revolución venezolana, que es motor que anima nuestras luchas y nuestras vidas.
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