Cuando alguien sostiene que en Venezuela hay comunismo, evidentemente ignora lo que la palabra significa, desde el punto de vista socio-político e histórico, pues el comunismo, como tal, no ha existido nunca dentro de la historia conocida: lo que más podría acercarse a esta idea habría sido el denominado Socialismo Ingenuo Inca, que a pesar de estar presidido por un principado, no tenía propiedad privada (el término propiedad privada no se refiere a las cosas personales, sino a los medios de producción social).
Fue el mismo Carlos Marx, quien definió, utópicamente, la palabra comunismo como una etapa posterior al socialismo, en la cual la sociedad funcionaría sin Estado, significando un grado de conciencia ciudadana tan elevado que las personas estarían en capacidad de convivir sin leyes ni coerción alguna, lo cual, hasta donde sabemos, ni ha ocurrido ni podría ocurrir mientras la conciencia humana no se desarrolle hasta superar el egoísmo que caracteriza la política mundial y los actos humanos en general.
Todo ser humano se orienta, fundamentalmente, a partir de dos tendencias innatas: el egoísmo (todo para sí) y el altruísmo (todo para los demás), tendencias que en el sector socio-político de la realidad se manifiestan como derecha e izquierda, capitalismo y socialismo, caracterizando el individualismo al capitalismo, y la búsqueda de la igualdad social al socialismo.
Pero ocurrió que, durante la Revolución Soviética, de tendencia absolutamente socialista, Lenín decidió llamar comunista al partido político que liderizaba, en honor a la idea propuesta por Marx, antes de que el derechismo occidental extremista, procediera a satanizar el término, a partir de una ideología caracterizada por la la falsa conciencia, como diría Ludovico Silva.
Los términos izquierda y derecha vienen por otra parte de que, durante la revolución francesa, los representantes de la tendencia socialista se sentaron a la izquierda de quien presidía la mesa, cuando se discutían las tendencias que ibana caracterizar las políticas a seguir.
El llamado fascismo, vocablo proveniente del partido promovido por el gobernante ultradrechista italiano Mussolini, quien terminó convirtiéndose al nazismo, razón por la cual el pueblo itliano lo condenó a muerte, representa hoy un movimiento extremista, que suele recurrir a la violencia, como en el caso de los guarimberos que actuaron, recientemente, en Venezuela.
Obviamente hay un capitalismo que podríamos considerar como equilibrado, pero quienes lideran el capitalismo radical saben que todo socialismo, finalmente, propondrá la igualdad social, lo cual está en contra del individualismo que lo caracteriza, razón por la cual, ideológicamente, lo ataca por todos los medios posibles.
El socialismo que predominó en la Unión Soviética, por lo tanto, no era aun, propiamente hablando, comunismo, sino un socialismo sui generis que podríamos denominar Marxista-leninista, caracterizado, entre otras cosas, por un ateismo militante, que terminó cerrando templos, etc., lo cual no fue una medida deltodo positiva, pues para que un pueblo abandone los dogmatismos religiosos, debe, ante todo, previamente expandir su conciencia.
El experimento soviético, mal denominado socialismo real, que consistió en el ensayo para construir un socialismo fundamentado en el marxismo-leninismo, ensayo más que justificado dada la terrible explotación que ejercía la aristocracia azul rusa en contra de su pueblo, falló principalmente por las siguientes razones: (1) Su dirigencia se vio forzada a desarrollar una economía de guerra (invasiones por parte del imperialismo/capitalismo europeo, Segunda Guerra Mundial), lo cual probó que el sistema era tan exitoso que en 50 años se industrializó, compitiendo con Occidente, aunque también impidió que ese pueblo mejorara su calidad de vida; (2) Su dirigencia derivó la economía, que ha debido socializarse (propiedad social) hacia un Capitalismo de Estado, deviniendo, además, en un Estado parcialmente represor; (3) el ataque mediático (Guerra de 4ª Generación) por parte del gobierno oscuro de los EU, que lo asediaba, día y noche, con trasmisiones desestabilizantes en ruso, asedio que contaba con un equipo especial (think tank) para cercar a la Unión Soviética económicamente, y (4) la carencia, dentro de la tesis marxista-leninista, de elementos doctrinarios y propuestas lo suficientemente profundas como para extender la revolución que intentaban practicar en lo social hasta las estructuras intimas de la conciencia, principalmente de sus propios actores, expandiéndola y generando una revolución espiritual en la dirigencia y el pueblo. Esto sería aplicable, igualmente, para los demás países que participaron en este ensayo, incluyendo los sobrevivientes como Corea y Cuba, aunque tal vez estos últimos, dados sus caracterizaciones culturales, sin excluir a China, habrían producido variables híbridas cuyo progreso está en curso, sin haber sido lo suficientemente analizadas hasta ahora.
En Venezuela, por tanto, no existe, de hecho, ningún comunismo, sino un socialismo abierto, un constructo, en el cual participa, activamente, el pueblo bolivariano, estando en proceso de concresión las ideas fundamentales propuestas por su fundador, como la del empoderamiento popular a través de las comunas, la idea de un mundo pluripolar, etc., pero practicando una verdadera indpendencia política y económica, y un respeto por la libertad de todos los ciudadanos, hasta el punto de que ha sido reconocido internacionalmemente, lo cual, de ninguna manera significa que no se haga justicia.