En el Nº 523 de la Revista Resumen (13 de Noviembre de 1983), fue publicado un artículo por el Sr. Domingo A. Labarca P., con el título arriba transcrito, quien comienza citando un trabajo publicado por E. Fernández, “La Muerte de los Dinosaurios”, publicado en El Nacional un año antes. En síntesis lo publicado por Fernández decía que “aquellos animales desarrollaron un cuerpo exageradamente grande, que no se correspondió, proporcionalmente, con el desarrollo de su cerebro, de suerte que al cabo de algún tiempo terminaron teniendo un cerebro demasiado pequeño para ordenar y gobernar la gigantesca masa ósea y muscular del resto de su organismo”.
Comoquiera que en pleno 2014, las ideas de estos dos partidos, AD y COPEI, continúan influyendo en la política venezolana, aunque de una manera minoritaria y antiprogresista, por dinosaurios como Antonio Ledesma, vamos a hacer una síntesis de lo expuesto por el Sr. Labarca, por considerarlo muy interesante en cuanto señala, en estos dos partidos, pero multiplicado muchas veces, aquello de lo cual ellos, principalmente lo que queda de los adecos, acusan al gobierno socialista y sui generis de Hugo Chávez, heredado por el Presiente Nicolás Maduro. Y decimos sui generis, es decir, único en su género, porque el ensayo socialista que inició el gobierno de Chávez, ni es marxista-leninista, ni sigue los patrones de otros socialismos habidos, como el denominado “Socialismo Cristiano”: por el contrario, se trata de un constructo original, democrático, y que no reniega de lo espiritual. Le corresponde a la sabiduría popular señalar las fallas que puedan darse, para corregirlas y seguir avanzando.
Es evidente – sostenía Labarca hace 31 años – que tanto a AD como COPEI son aplicables las consideraciones de Eduardo Fernández, respecto a los dinosaurios: “Al hacerse presente la competencia con otras especies, el combate se hizo desigual. La agilidad de los otros animales no podía ser contrarrestada por los movimientos lentísimos de aquellos enormes dinosaurios: ´de sus pequeños cerebros, para movilizar cualquiera de las extremidades en función de defenderse del ataque de los otros, o llegaba muy tarde, o era torpemente atacada, con desventaja manifiesta, para el dinosaurio´.
“Al otro lado del corrupto gigantismo burocrático, tenemos que agregar el fenómeno de la corrupción sistemática – sostenía Labarca – vía por la cual se ha generado una verdadera hemorragia en el país. Esto explica, que no obstante haber obtenido el país doce mil millones de dólares en los últimos nueve años, ho se encuentra en la lamentable y humillante situación de país pordiosero (subrayado nuestro). Ese dinero se ha quedado en los avales de la CVF, en créditos contaminados, en obras públicas sobrevaluadas o sin ninguna planificación, en las oscuras operaciones de Corpomercadeo, etc., etc., etc”.
“Suscribimos lo que señala el Dr. E. Fernández, en el sentido de que en el caso concreto venezolano, es fácilmente observable un fenómeno parecido al de los dinosaurios: un cerebro cda vez más pequeño para solucionar los males gigantes, que con dimensión de dinosaurios ellos han generado en el país. El miserable debate Caldera-Lusinchi, puso en evidencia que la pequeñez cerebral de AD y COPEI, resulta, más bien, un fenómeno de anacefalia”.
¿Con qué moral, lo que queda de esos partidos antiprogresistas, que persiguieron, policialmente, a miles de personas que no comulgaban con sus ideas, pueden, ahora, hacer críticas, la mayoría de ellos sin fundamento o mal intencionadas, contra un gobierno verdaderamente democrático, y que ha tenido un respaldo popular como el actual?