Subjetivamente, podríamos preguntarnos con asombró qué pasará en Venezuela después de los primeros días de enero del próximo año, cuando los diputados de la ultraderecha representados en la MUD asuman el control político de la Asamblea Nacional. Por ejemplo, el secretario general de AD, Henry Ramos Allup, ya se pronunció con la firme intención de modificar la Constitución Nacional aprobada por una abrumadora mayoría del pueblo venezolano en 1999. ¿Será que los parlamentarios de la oposición, valiéndose de la transitoria y circunstancial mayoría parlamentaria, utilizarían sus viejos artificios para redactar una nueva Carta Magna a la conveniencia de EE.UU., y de los lacayos patrios sin consultar al soberano?
Sabemos perfectamente que este hostil triunfo de la MUD sobre el Polo Patriótico no fue producto de ningún liderazgo representado por la oposición. Que no se caigan a coba ni a pasiones los parlamentarios electos este 6-D, incondicionales rastreros del imperio y del fascismo. Esta presuntuosa adversidad para la Revolución Bolivariana responde única y exclusivamente como resultado de una guerra económica inducida desde hace más de dos años en nuestro país, donde un grueso sector del pueblo venezolano, que en otrora época no muy lejana le juró lealtad al Comandante Eterno Hugo Chávez, se dejó confundir por una oferta electoral engañosa, promovida por líderes con “Pie de barro”, y no me refiero precisamente a la novela de Mundodisco, la saga escrita por Terry Pratchett, sino a seres de peor calaña, carentes de ética política, sin ningún decoro y con sus almas hipotecadas al Diablo.
Reconocemos que vienen momentos muy difíciles en el acontecer político venezolano. El imperio, gestor de primera línea en todos estos acontecimientos adversos, girará instrucciones precisas a sus lacayos de la Asamblea Nacional para que legislen con mayor frenesí, para arrodillar al pueblo con recetas sofisticadas pero más venenosas que la inducida guerra económica, para debilitar a la Revolución y llevarla a su desaparición total en una nueva contienda electoral.
Sobre los resultados de este 6 de diciembre, considero necesario que debemos hacer una profunda reflexión y analicemos la derrota electoral con dignidad, desde los sectores populares que creyeron fielmente en el legado del Comandante Chávez, pero que este domingo votaron por la oposición, hasta las esferas políticas más ennoblecidas del PSUV, y del Gobierno, para comenzar a trabajar por un mejor país, basado en el legado del Comandante Eterno, Hugo Chávez Frías, sustentado en el Plan de la Patria, abriendo las puertas del partido a connotados dirigentes que acompañaron al extinto presidente desde sus primeras luchas hasta el día de su elevación al infinito, pero que hoy se encuentran en situación de exclusión. Sumemos todas esas voluntades y vayamos por el mismo y único camino de las próximas victorias de la Revolución Bolivariana. ¡Viviremos y Venceremos!