Podríamos parafrasear el pensamiento bíblico y decir que la historia se escribe con trazos torcidos, o junto a Trotsky afirmar que "la madeja de la historia se desenrolla por la punta equivocada". Hoy, paradójicamente, una gran derrota coloca a la Revolución en situación magnifica para avanzar. Veamos.
La derrota que sufrió el gobierno el 6 de diciembre no fue una derrota del Socialismo ni de Chávez, fue un fracaso rotundo de la ideología socialdemócrata que venía obstaculizando la posibilidad socialista.
Luego de ese fracaso se descarna el verdadero carácter de la confrontación, por un lado el gobierno que viene de regreso de las veleidades socialdemócratas, desengañado de su maridaje con la burguesía, es puesto en el dilema de entregarse desvergonzadamente en los brazos de la derecha externa, claudicar, firmar un armisticio que sería más bien su acta de defunción, o resistir de la única manera que ahora, agotada la socialdemocracia, le es posible, avanzando hacia el Socialismo.
El latigazo de la contrarrevolución ha elevado el espíritu de resistencia chavista dentro del gobierno, se nota el empeño de la resistencia, de no claudicar, de no humillarse. Son buenos aires que alimentan la esperanza. Ahora bien, los deseos, la voluntad son necesarios pero no suficientes: es imperioso recomponer el ejército socialista, y esto pasa por vigorizar la teoría revolucionaria, de esto depende todo lo demás, recordemos a Martí: una idea justa desde el fondo de una cueva puede vencer a un ejército, o la clásica: sin teoría revolucionaria no habrá práctica revolucionaria.
Quiere decir lo anterior que el entusiasmo revolucionario, la apertura a la crítica, el propósito de rectificación necesitan de una vigorosa teoría revolucionaria, esa es la tarea de hoy; sin teoría navegaremos sin puerto definido y de eso sólo pueden resultar errores, extravíos, y finalmente triunfo definitivo de la burguesía.
El reto del gobierno es mantenerse firme en la rectificación, desechar el armisticio que se presenta en la forma de pacto, y con celeridad avanzar en la consolidación de la teoría revolucionaria. Allí esta la presentación del Plan de la Paria que el Comandante Chávez hizo ante el CNE, quizá su última intervención densa; allí está el libro “El Chavismo, según Chávez”, que recoge esta proclama de combate. He allí la guía para el gobierno en los próximos años, es de esa proclama que todo debe partir. Este estudio sería un extraordinario instrumento, comienzo para acerar las fuerzas revolucionarias.
La teoría esta allí, en boca del propio Comandante Chávez, la masa esta allí esperando instrucciones de su dirigencia chavista, no hay excusas para no avanzar. Es hora de defender el legado de Chávez, y de defenderlo a él. Tal como se esperaba el burgués quiere borrar hasta sus huesos, tienen la vista puesta en el “Cuartel de la Montaña”. Debemos tener claro que la única manera de defenderlo, de hacerlo respetar es avanzar hacia el Socialismo. Sin Socialismo somos débiles, ya las elecciones lo demostraron.
Es una hora estelar para el gobierno, siga por el sendero de Chávez, por el Socialismo, de esa manera recuperará, sin duda, la fuerza perdida en las ambigüedades de la socialdemocracia. Rectifique de verdad, verdad y se reencontrará con su pueblo.
¡Chávez vive en el Socialismo!
P.D.: Luego de la derrota del 6 se desataron las viles pasiones contenidas por conciencia revolucionaria, la retaliación se hizo presente, la sospecha cundió, la cacería se activó, lo que sí faltó fue la discusión seria, la reflexión.
Los análisis fueron muy raros, diríamos cómicos sí la situación no fuera tan seria, las cabriolas para no aceptar la derrota son dignas del circo de los hermanos Razzian, para seguir disfrazando a la realidad, como aquel que dijo "no perdimos, nos ganaron". Es hora difícil y en estas horas es necesario la voz del jefe, y el jefe es el Presidente Maduro, no es momento de ir a la base, a los organismos, con las manos vacías, la masa golpeada espera, necesita, orientaciones, de las buenas, no podemos seguir pensando que decir la triste realidad es derrotismo, el engaño hace más daño.
El gobernante debe decir la verdad: "Nos derrotaron", "nos equivocamos", "la política que seguimos no dio los resultados esperados"… tomar medidas ya, urgente, tomar las riendas de la nación. Se podría nombrar un Estado Mayor para la Emergencia que sea auxiliar del Presidente, que regule tanta habladera de paja, tanta necedad de voceros que confunden a la masa, que el gobierno luzca coherente, mandando, no como un guapetón de barrio.
Si el gobierno no asume su función de gobierno, de dirección de la sociedad, aquí puede suceder cualquier cosa. Lo que pasó con Giordani es grave y anuncia hechos más graves aún, el caos se asoma en el horizonte, la lucha de clases se agudiza, la batalla entre los
burgueses y los restos de chavismo recrudece. Y en esta situación la falta de dirección de este lado propicia el espontaneísmo, tomar justicia por su propia mano, que prevalezca el argumento de la violencia, el matón de barrio se transforma en líder político. El gobierno debía condenar duramente las iniciativas violentas. Ya llegará la hora de la violencia, la partera de la historia, y esa violencia será tan efectiva, cuanto disciplinada, organizada.
