Se acepte o no, la lucha electoral en esta etapa terminó con el triunfo de la derecha; este resultado teóricamente es la negación del Psuv y la afirmación de la MUD. Este resultado es un elemento político propio del proceso.
Lo que sorprende es que el triunfo de la MUD ha revelado la otra faceta del Psuv, lo que no hizo, es decir su negación y la tendencia que lleva la derecha mundial.
Lo que no se hizo, lo están lamentando las direcciones del Psuv y del gobierno; ante la problemática de la derrota, están proponiendo recomposición y reestructuración; pero con los mismos recursos.
Por otra parte, los ejemplos recientes de Guatemala, Argentina, Francia, y el impacto de Donald Trump en Estados Unidos, son la confirmación del asunto, que es el interés fundamental de las derechas: El TPP, los fondos buitres, el malinchismo pro norteamericano, el anti-Rusia, el anti-chavismo, etc.
Estos avances de la derecha mundial, significan una negación destructiva para la revolución, y lo más progresista que se había logrado hasta ahora en el planeta. Eso es lo que a largo plazo no alcanzó a ver el electorado popular venezolano. No vieron que votar por la derecha, contribuye al retorno del neo liberalismo.
¿Pero, que le tocaba hacer al pueblo?
No votar, anular el voto, llorar de arrechera o…
Para que esta negación no sea una destrucción caprichosa de lo que no va bien con el chavismo y el socialismo o de someter a duda irracional todo lo logrado por la revolución, hasta ahora; sino, un anuncio optimista del porvenir, tiene que verse radicalmente como derrota electoral de la social democracia y exigencia de reencuentro con una revolución más radical y más militante. Que cuente con revolucionarios a tiempo integral, ya los medios tiempos, cuartos tiempos o los, horas clases deben dar el salto por lo menos a tiempo completo en la revolución. Y las demandas deben romper los límites socialdemócratas y ajustarse a la revolución.
Solamente así, el pueblo puede convertir el resultado negativo, en una revolución en la revolución.
