Mi artículo anterior que habló de guabineo, hizo roncha. No sólo alcanzó una lectura elevada sino que motivó a unos cuantos, numerosísimos lectores a escribirme. Unos para dejar constancia de sus desacuerdos, acuerdos y otros para insultarme. Y hasta hubo uno que me amenazó. Creo que muchos por esa, en veces, mala costumbre de abusar del salteo, mal interpretaron, como para calificarme de adulante de Cabello, por el sólo hecho, quizás, digo yo, de abrir el título con su nombre. Sin percatarse que le criticaba, tanto como haber dicho que hasta a mí mismo por su lenguaje escatológico, me hacía sentir acusado por él de guabinoso.
Por cierto, mi próxima entrega sería un artículo en el cual respondo a alguien y por él a todos quienes me escribieron y parecieron mal interpretarme o leerme ligeramente, pero como aquí la vida marcha a la carrera se presentó este tema y entonces ese quedará para la siguiente entrega.
Pero hablando de guabinear o culipandear, es oportuno, hasta ineludible, referirse al tema o asunto de última hora, lo relativo a la suspensión de las marchas, incluyendo aquella que del este de Caracas, llegaría a Miraflores. Como se intentó en abril del 2002.
Acabo de leer, como se decía antes, un cable, según el cual el diputado Henry Ramos Allup anuncia la suspensión de las marchas que estaban planificadas para ese día:
Anunció Allup, “La Santa Sede y el vaticano – por cierto ¿no son la misma cosa? – nos ha pedido – observen que la nota ahora usa el verbo en singular - se suspendan las marchas de ambas partes y nosotros creemos que es sensato acatar y que el proceso de diálogo no sea empañado”.
Anoche, un vocero, creo que de Voluntad Popular, dijo a los medios televisivos de manera categórica, que esa marcha a Miraflores iría, pues le entregarían a Maduro una carta de su renuncia al cargo para que lo firmase. Una cosa por cierto como infantil, para ocultar algo demoníaco. Agregó que lo del diálogo era una concesión a Maduro para que ganase tiempo. Escuché con detenimiento aquello y sonreí. Me pareció un gesto de carajito. Muchachito malcriado, no un diputado y menos dirigente de partido, más cuando justificó la intención en la constitución, haciendo mención del número del artículo, que según él, faculta a la Asamblea Nacional para destituir al presidente por abandono de cargo. Es una variante apenas, del simplismo del juicio político. Pero es también una manera de dejar encendida la antorcha, que pudiera bajar el volumen de la llama, pero allí esta lista para ser avivada.
Al escuchar aquello, mi compañera, me preguntó acerca de lo que pensaba de ese asunto. Le respondí, “esas son patadas de ahogado. Esa marcha está suspendida”.
-“¿Por qué crees eso?”, me preguntó mi interlocutora.
-“Acompáñame a ver algo en la computadora que fundamenta lo que te estoy diciendo”, respondí y la conduje a donde la invité.
Abrí la página a la que me refería y procedí a leerle:
“El Subsecretario de Estado, Thomas Shannon, viaja a Caracas a apoyar el diálogo”. Agregó la información que “venía a reunirse con funcionarios de gobierno, representantes de la sociedad civil y de la oposición política”.
Yo ya había tomado nota del asunto e inmediatamente escribí el siguiente comentario, “Viene a quitarle el protagonismo a Francisco y a amarrar sus locos”. Una nota del Departamento de Estado, dijo “subrayará nuestro apoyo al proceso de diálogo en curso y nuestro interés en el bienestar del pueblo venezolano”.
Le comenté a mi compañera, “por esto la marcha del jueves se murió”. “Será otro día”.
Mientras aquello acontecía, el PCV, una vez más se quejaba de los desaires del gobierno y Psuv para con ellos. Es decir, del sectarismo de quienes gobiernan que, a los “aliados” no les dan vela ni en el entierro.
Más tarde, el día lunes, el presidente Maduro recibía de nuevo a Shannon, como siempre con bombos y platillos en Miraflores, no le queda otra opción y son gajes de la diplomacia. Al presidente le acompañaron los representantes del gobierno en el diálogo. En esa oportunidad, Maduro declaró, leamos con detenimiento:
“Fue una reunión de mucha armonía, la de hoy, de mucha empatía en la visión, siempre, como ustedes saben, desde nuestra óptica bolivariana y ellos desde su visión de Estados Unidos”.
En el texto, al cual tuvimos acceso, el presidente de Venezuela no hace mención al asunto del diálogo. Queremos, nos parece pertinente, recordar al lector que la palabra empatía, según el Drae, significa “sentimiento de identificación con algo o alguien”. “Capacidad de identificarse con alguien y compartir sus sentimientos”.
Quienes escuchan los discursos del presidente, que es bastante gente, incluyendo aquello del “último coletazo de Obama”, no dejarán de sorprenderse de este empalagoso de ahora. Y uno no se pregunta ¿por qué tanta verborrea inútil, inoficiosa, que se vuelve basura y crea murallas innecesarias y hasta inútiles?
Lo de Ramos Allup, quien según se suspenden las marchas por pedido del vaticano no se lo cree ni el mismo. Pues pese la reunión del domingo, con representación papal y los expresidentes, siguieron sosteniendo que el jueves irían a Miraflores e insistieron en convocar a su gente.
No fue el pedido de “La santa Sede y el Vaticano”, como dijo Allup, lo que les llevó a desistir de sus propósitos, para mayor frustración de las multitudes que carean, sino la presencia y la “sutileza” de Shannon. El mismo por quien a Maduro, de golpe, pese sus irreverentes discursos, de golpe sintió “empatía”.
Por supuesto, uno siempre estará del lado de la paz, pero no cuando soplan aires de guerra, sino siempre, por eso al actuar se debe medir cada gesto, palabra, acción para que aquella no se desate o lo que es lo mismo, no darle opción a los violentos. La postración del proceso bolivariano ahora, atado como está, es el resultado de no haber sabido actuar en concordancia.
¿Por qué tanta gente le molesta y hasta le parece de mal gusto que uno use un verbo que está en el diccionario, como culipandear?