La revolución ha podido mantenerse físicamente en nuestras manos, ya que nuestro pueblo, obreros y soldados han probado el ensañamiento de la burguesía el 27 de febrero, y tiene un odio hirviente tanto contra los lideres adecos, como contra los nuevos luderes adecos de Primero Justicia y el partido fascista de Leopoldo Lopez. Nuestro pueblo está templado por las persecuciones contra los revolucionarios el 11 de abril en que participaron los represores adecos, copeyanos, de Primero Justicia y Voluntad Popular.
Hoy, el panorama es completamente distinto.
Hoy, tenemos con nosotros a la clase obrera y el poder popular que son la vanguardia de la revolución y el pueblo honesto, que somos capaces de arrastrar detrás de nosotros a las masas populares revolucionarias.
Tenemos una clara ventaja sobre la MUD, ya que los campesinos y el pueblo humilde saben que no obtendrán la tierra y la propiedad de una vivienda del bloque de la contra revolución y éste es el centro del carácter popular de la revolución.
Estamos en la situación ventajosa de un partido revolucionario que sabe cuál es su camino en medio de las más inauditas dudas y problemas, ya que cuenta con el Plan de la Patria de Chávez, aunque sigue siendo atacado tanto por el imperialismo como de todo el bloque burgués latinoamericano y la burguesía venezolana .
Nuestro triunfo es seguro, pues el pueblo bolivariano está ya al borde de la desesperación por estos ataques burgueses disfrazado de "guarimbas y Cartas democráticas", y los revolucionarios estamos señalando al pueblo entero la verdadera salida: le hemos demostrado, aquel 13 de abril, el valor de la dirección revolucionaria y, después a lo largo de los años, se ha propuesto el diálogo a la burguesía de Fedecamaras y la MUD, diálogo que éstos han rechazado. Por el contrario han declarado la guerra económica.
Sería el más grande de los errores creer que el dialogo propuesto por la revolución, no ha sido rechazada todavía, que la Mesa de la Unidad Democrática puede aceptarla todavía.
La MUD es sólo una "mesa" y nada más. No hay que olvidar una cosa: la mayoría del pueblo revolucionario, los campesinos pobres, obreros, jóvenes, indígenas y mujeres, no tienen representación en ella. Trátase de una mesa de la minoría del pueblo; no se debe olvidar esta verdad clarísima.
Sería el más grande de los errores, que nosotros considerásemos la MUD como una Asamblea Nacional, pues aunque está proclamada como tal, igualmente no ha podido resolver nada: la solución está fuera de ella, está en los barrios de Caracas, Miranda y de Maracaibo; en los campos más profundos de la geografía Patria.